La bióloga Lilia Emma Carrillo Sánchez, coordinadora de Colecciones y Horticultura del Jardín Botánico Regional “Roger Orellana” del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), afirmó que los árboles en Mérida dejarán de ser un problema urbano cuando se planten las especies correctas en cada espacio disponible.

El 2 de octubre pasado, como informó el Diario, cayó un enorme árbol dentro de una casona de la calle 60 con 35 donde ahora funciona una funeraria y aplastó diez vehículos estacionados. En sus ramas vivían abejas que atacaron a los bomberos y las tareas para retirarlo tardaron días.

A raíz de este accidente natural, los lectores de este periódico enviaron fotografías de otros árboles que por su antigüedad y extensión consideran que representan un peligro para los peatones, guiadores y propietarios de los inmuebles en la ciudad.

La bióloga Carrillo Sánchez, quien es coautora de tres libros sobre especies de árboles idóneos para plantar en Mérida y en la Península de Yucatán, señaló que un árbol representa un riesgo dependiendo del lugar donde esté. Sin embargo, admitió que muchas de las especies que hoy forman el arbolado urbano de Mérida causan problemas urbanos como destrucción de aceras, levantamiento de pavimento, ruptura de bardas divisorias, de cablerías aéreas y subterráneas, deformación del piso que hace tropezar a la gente y en algunos casos las raíces “entran hasta la cocina” de las viviendas, entre otros perjuicios urbanos.

Esto ocurre porque hace años plantaban árboles por desconocimiento de las especies.

Puso dos ejemplos sobre si los árboles son o no un peligro para la gente. En el parque de Las Américas hay unos majestuosos que no son un peligro porque están en espacios amplios y aunque levanten con sus raíces la tierra, no destruyen. Si en algún momento alguien detecta que sus ramas están rasgadas o quebradas y puede representar un peligro, se puede podar y ya.

Otro caso muy emblemático es el amplio camellón de la avenida 2000 donde hay hermosas ceibas y otros árboles grandes que no son un problema.

“La ciudades tienen que ser arboladas, Mérida es bellísima, es verde, todos quisiéramos que fuera más verde porque tiene muchas ventajas de que hayan árboles”, señaló.

Mérida es una ciudad muy antigua y hay árboles muy viejos, pero son parte del patrimonio de la ciudad. Hay varias estrategias que se pueden hacer sin que representen un riesgo. Recuerdo cuando el Ayuntamiento solicitó al CICY, en ese entonces estaba el doctor Roger Orellana, que es el fundador del jardín botánico de esta institución y es perito botánico. Él hizo un peritaje sobre los árboles del Paseo de Montejo y con base al estudio se quitaron algunos ejemplares porque estaban enfermos, desgajándose, y se plantaron nuevos de la misma especie de los que hay en ese lugar, como son ramones y robles. Con esta renovación se solventó en ese momento esa preocupación”.

“Recordemos que los árboles son seres vivos, crecen, se reproducen y eventualmente se van a morir, pero en bastante tiempo, mucho después de nosotros. En algunas ciudades del mundo hay árboles de miles de años de antigüedad y hasta los veneran”, reiteró.

Árboles en Mérida, parte del patrimonio bio cultural

“Los árboles de Mérida son parte de nuestro patrimonio bio cultural, todos los de las avenidas emblemáticas como el Paseo de Montejo, Colón, Cupules, son hermosos y nos dan mejor calidad de vida e imagen urbana”.

Desde su óptica y saberes, los árboles que están en las vías públicas son propiedad del Ayuntamiento y los que están en el interior de las casonas y toda propiedad privada son de los dueños del predio. Y así como cuidan, vigilan y dan mantenimiento a la propiedad, así deberían estar pendientes de los árboles porque son parte de su jardín. Deben cuidar que estén bonitos y saludables y cuando representen un peligro lo deben podar.

Tiene claro que es casi imposible que el Ayuntamiento tenga el personal suficiente y el recurso financiero para atender la gran cantidad de árboles que hay en Mérida, pero una de las mejores estrategias a las que recurrió para evitar en el futuro todos esos problemas urbanos es la de plantar los árboles correctos en los diferentes tipos de espacios y crear un Comité Ciudadano del Arbolado que hace las recomendaciones sobre la política verde municipal.

“Las especies tienen una talla, el CICY ya editó dos libros sobre especies recomendadas en la Península de Yucatán. Estamos por sacar la tercera edición sobre árboles, arbustos y enredaderas óptimas para esta región peninsular”, informó.

“En esos libros se dice que tal árbol alcanza hasta 40 metros de altura y evidentemente no lo pueden plantar en la acera o camellón. Si ya plantaste un algarrobo que no es nativo de aquí, corres el riesgo que pasen todos los perjuicios urbanos. No se puede hacer más chiquito como un bonsái, no creo que ese sea el caso de las funciones de un árbol”.

Más que controlar el crecimiento de los árboles, que es un poco complicado, se deben poner las especies correctas en cada espacio, indicó.

¿Quién debe vigilar los árboles de la vía pública para que no sean un peligro?, se le preguntó.

“Es un problema, supongo que lo debería de hacer el Ayuntamiento. Tengo claro que no hay el suficiente personal para atender todos los árboles de la ciudad, pero sí debe haber una vigilancia, por muchas razones. Ya se sabe que en la ciudad hay especies que van a romper algo, implica un gasto para el Ayuntamiento o el estado. Las raíces van a romper las calles, las banquetas, los predios, las bardas, van a llegar a los cables de electricidad. Llegarán brigadas de la CFE y los van a cortar, pero muchas veces no de la manera correcta”.

“Esto implica varias cosas, pero las más importantes son: uno, que la poda debe hacerse con más cuidado porque entre árbol y árbol debes desinfectar las herramientas que usas porque si uno tiene una enfermedad contagias a los otros y se vuelve un problema general; dos, desacomodar y deshacer la arquitectura natural del árbol es un riesgo mayor porque ya no tiene equilibrio; si viene un huracán es más factible que se caiga; y tres, ya no cumplan con su función estética que queremos que cumplan.

He visto que poden hasta palmeras y estas plantas no se deben podar, no son árboles, son palmas, tienen un funcionamiento diferente. Son las cosas que deben tomar en cuenta todos los actores que estén involucrados en el arbolado urbano”.

Con los árboles correctos

Afirmó que el estudio del CICY arroja que hay árboles para todo tipo de espacios, hasta para las viviendas con poco espacio, los camellones pequeñitos, las aceras pequeñas y por esta razón es valioso este material académico. Y es tan valiosa esta información porque hoy en día se ve la diferencia en la reforestación. En camellones amplios como la avenida Mérida 2000 hay ceibas que están en medio del espacio, pero en la avenida Prolongación Paseo de Montejo, donde el camellón es reducido, hay flamboyanes, maculís y otras especies no recomendadas que rompen con sus raíces la guarnición, acera y pavimento y crean topes invisibles en la calle.

Nunca se deben poner en camellones, aceras y menos en las calles árboles con raíces someras, explicó. Incluso, en fraccionamientos nuevos que tienen su cablería subterránea y son zonas urbanas tipo europeo, en su afán de enverdecer las zonas habitacionales estaban sembrando árboles a diestra y siniestra en las aceras y frente a las casas.

Sembraron neem, maculís, almendros, entre otras especies, pero a los cinco años empezaron a dar problemas como levantamiento de aceras, ruptura del cableado subterráneo, invasión a las viviendas, y empezaron a pedir su retiro, pero el problema es que como es un árbol sano es difícil matarlo.

Precisamente de ese problema surgió la necesidad que el CICY realizara la investigación y editara los libros sobre los árboles recomendados para la Península de Yucatán.

Por ello, todos los actores del arbolado urbano necesitan investigar un poquito porque a veces quieres hacer algo positivo por el fraccionamiento, por tu espacio y vas a terminar afectándote y causando problemas a la ciudad, dijo.

“Hace algunos años las dependencias hacían acciones de reforestación, hacían campañas y varios dependencias tenían sus viveros, como la Sedena, Conafor, y reproducían flamboyanes, almendros, lluvia de oro, colorines, maculís, árboles grandes y bonitos, pero la gente empezó a reportar daños en sus propiedades y pedían que los quiten, pero lo curioso es que quitaban la especie que causaba el perjuicio y sembraban otro que con los años haría lo mismo. Entonces, llamaron al CICY y les recomendamos las especies que debían producir para sus campañas de reforestación. Entre estas figuran las palmeritas, balché, jicarito, guayaba, y en espacios grandes el tzalam, kitanché, entre muchas otras especies que hoy son alrededor de 700 recomendadas”.

Hoy, las campañas de reforestación se realizan en coordinación con el CICY y expertos porque el ayuntamiento formó un comité de arbolado urbano y contrató a un experto en el tema como el doctor Jorge Trejo Torres, quien es experto en plantas nativas y arbolado urbano.

¿Qué se debe de hacer con los árboles de 100 o más años de antigüedad que están en Mérida?, se le preguntó.

“Primero que nada hay que ubicarlos porque son parte del patrimonio bioculutural, son importantes para la ciudad. Una vez ubicados, se puede hacer una evaluación por gente experta como ingenieros agrónomos, biólogos, especialistas en horticultura, patólogos de plantas, realizarles pruebas para ver si no están enfermos, porque el hecho de que estén viejos no quiere decir que estén enfermos. A veces no lo parecen y sí están, pero muchas veces aunque estén viejitos y medios feos, son majestuoso”, manifestó.

“Si está bien de salud, solo con una poda formativa quedará más bonito y no será un problema. Aquí en el rumbo del CICY había un chacá que estaban precioso, nadie sospechaba que lo mataba un hongo. Expertos de patología de plantas que lo descubrieron comentaron ‘pobrecito está muerto, pero no lo sabe’. Tenía un aspecto normal, frondoso y cuando el hongo lo minó, lo mató”.

“Si los árboles están bien no son peligrosos, a veces solo necesitan un corte, no porque estén viejitos se les va a dormir, eso no, deben tener un ciclo de vida natural”, subrayó.

 

Opiniones de los colaboradores de Grupo Megamedia

Eric Moisés González Martín- Coordinador de la sección Local de Diario de Yucatán

La reciente caída de un enorme árbol en el estacionamiento de una funeraria de la calle 60 abre de nuevo del debate de a quién le corresponde la poda y el cuidado del ejemplar, pero también sobre qué instancia pública puede ayudar al propietario, si es que lo hay, o al afectado, en caso de hallarse en la vía pública.

Más que entrar en polémica sobre responsabilidades, lo cierto es que hay poca difusión, o más bien nula, de las condiciones que se deben reunir para que el Ayuntamiento o en su caso la CFE se encargue de esa poda.

La inmensa mayoría de los propietarios de predios sabe que tiene responsabilidad de los árboles que hay en su predio, ¿pero a quién acudir si el ejemplar está en un lote baldío vecino, y sus raíces ya rompieron suelos o muros? O ¿qué pasa con aquellos que se plantan en las aceras para darle vista a los predios, sin tomar en cuenta que por su especie no es la adecuada para espacios pequeños? ¿O los que nacen de manera silvestre en pequeñas áreas verdes junto a predios y que con el tiempo comienzan a causar daños?

Los supuestos pueden ser muchos, pero algo que muy pocos saben incluso es qué autoridad realmente puede dar una orientación sobre este tema, porque incluso en Ayuntatel desconocen cuál es el procedimiento.

 

Rosa Aracely Quiñones Sánchez- Editora de la sección Local de Diario de Yucatán

 

La ciudad cada día se convierte en una gran plancha de concreto, con menos árboles y zonas verdes, pero sí más casas y calles pavimentadas, lo cual genera un impacto negativo en la población que se tiene que adaptar a temperaturas cada vez más altas.

La falta de árboles representan un gran problema para el medio ambiente y la ciudad, para ello el gobierno debería adoptar campañas que realmente sirvan para la conservación del medio ambiente. Sí, es bueno que regalen arbolitos, pero también es de suma importancia que cuiden los arboles longevos que tanto bien le hacen a la comunidad.

De igual manera es de suma importancia vigilar los árboles que alcanzan grandes dimensiones ya que, dependiendo de su ubicación podrían representar un riesgo para la población. Las autoridades se encargan de aquellos que se encuentran en la vía pública, pero se lavan las manos cuando el “problema” se encuentra en un predio privado.

En la mayoría de los casos, el cortar un árbol de grandes dimensiones representa un gasto muy elevado, el cual no todas las familias pueden costear. Sí las autoridades cuentan con el equipo necesario para talar y cortar este tipo de plantas ¿por qué no ponerlo al alcance de los ciudadanos? Claro, con precios más accesibles.

En algunas comunidades del interior del estado, como es el caso de Sinanché, las autoridades apoyan a los ciudadanos con la poda de plantas de grandes dimensiones. Esperemos que en la capital yucateca adopten este ejemplo y ofrezcan el servicio a precios justos, ya que el no poder pagar por servicios de poda podría generar que muchos se desanimen a plantar más árboles, aunque se los regalen.

 

Luis Alberto Luna Cetina- Coordinador de la sección Nacional-Internacional de Diario de Yucatán

 

Coincido con una verdad que nos recuerda la bióloga Lilia Emma Carrillo Sánchez, experta en horticultura: “Los árboles son seres vivos(…) en algunos lugares hasta los veneran”. Esto me lleva a otra verdad planteada por el psiquiatra Brian Weiss en su libro “Muchos cuerpos, una misma alma”.

Para mí, el fondo del asunto de cuidar los árboles y el planeta es que todos y todo somos uno. ¿Ahora cómo aterrizar esta filosofía a las cuestiones prácticas? Me parece que puedo adoptar la propuesta de Lilia Emma y hacerme responsable de las plantas y árboles que forman parte de mi hogar.

Y, por extensión, cuidar y no dañar los vegetales de los parques, camellones y otros sitios públicos. Comulgo también con la idea de que las autoridades se apoyen en un comité ciudadano que asesore en el cuidado de las áreas verdes.

Aquí en confianza, les comparto dos ejercicios que acostumbro hacer: abrazar árboles e intercambiar con ellos aliento vital: ellos me regalan oxígeno y yo les agradezco con una buena ración de dióxido de carbono.

Thiaré Guadalupe Pérez Pacab- Editora de yucatan.com.mx

 

Vivir en la cálida Mérida y ver en el camino la sombra de un frondoso árbol, sin duda representa un aliado para refrescarse durante la caminata o bien, para que un automóvil estacionado tenga resguardo de los rayos del sol; sin embargo, las circunstancias cambian cuando las ramas o el tronco generan un peligro como ocurrió en días pasados al interior de un predio de la ciudad.

Aunque los árboles son testigos del paso del tiempo, también sufren desgastes, y sus condiciones tanto en tamaño como ubicación, ponen el peligro a quienes los tienen a su paso por lo que considero que es importante que las autoridades municipales continúen haciendo énfasis en el proceso para reportar o alertar del peligro que pudiera generar un árbol.

El proceso y reglamentos para hacer la revisión de las cortezas de los árboles existe y también hay una línea telefónica para hacer el reporte, pero se requiere que esa información llegue a los ciudadanos de manera constante, al igual que una revisión más periódica del mantenimiento y conservación de las condiciones adecuadas.

También sería recomendable que los vecinos de las colonias colaboren con sus reportes ya que el más reciente accidente afectó a varios vehículos, pero no debería llegar al extremo de que haya personas afectadas o heridas por algún posible siniestro con un árbol.

Joaquín Orlando Chan Caamal, reportero de la Agencia Informativa Megamedia (AIM); es periodista desde 1987 y en 1993 ingresó a Diario de Yucatán, buque insignia de Grupo Megamedia. Escribe sobre el ámbito local y peninsular, especialmente contenidos sobre educación, economía, medio ambiente, sectores empresariales, sociedad y seguridad.