La frustración, la ira, la desesperación de ver que las autoridades no actúan tan rápido como ellos quisieran es lo que puede llevar a un grupo de personas a realizar un acto violento como un linchamiento, algo que es incorrecto, pero que responde a un momento de shock.
Así lo explica el psicólogo y psicoterapeuta Israel Gutiérrez Rendón al preguntarle sobre el caso ocurrido en Taxco, Guerrero, en el que un grupo de habitantes de la población linchó a los presuntos secuestradores y asesinos de una niña de 8 años de esa población.
El caso ha conmocionado a Guerrero y a México en general, por el hecho de privar de la vida a una inocente niña, quien era amiga de la familia que la sustrajo, razón por la que pudieron perpetrar el acto con facilidad.
Como se ha dado a conocer, los presuntos culpables fueron identificados, pero las autoridades no los apresaban, por lo que numerosos habitantes de la población se apostaron al frente de la vivienda de los delincuentes para evitar que huyeran, y finalmente cansados, al ver que las autoridades no los apresaban, decidieron tomar justicia por propia mano.
El psicólogo explica que la frustración y dolor que estaban sintiendo en ese momento, sobre todo la familia de la niña, puede llevar a este tipo de actos, y no es que sean directamente asesinos o tengan idea de hacer daño premeditado, sino que al ver que el caso no avanza y no ver la respuesta de las autoridades de manera inmediata, pues hay un proceso de investigación, viene el arrebato.
La gente —añade— quisiera ver justicia de manera inmediata, y al no verla, la frustración que vive la familia afectada, los amigos de éstos, es posible que busquen hacer justicia por su propia mano, como en este caso, aunque eso no es lo correcto, pero la frustración los lleva a ese estado de violencia, y entran también en shock, porque es una noticia delicada y fuerte la que reciben y la aceptación es difícil, pues les arrebatan a una persona que aman.
El shock en el que están los hace también actuar de manera impulsiva, desesperados porque la autoridad no actúa de manera inmediata, porque la autoridad debe seguir un proceso, un protocolo, y no siempre es tan rápido como se quisiera.
Es por ello que surge la violencia como hartazgo social, aunque no sea lo correcto.
Gutiérrez Rendón considera que en el momento en que en suceso así sucede, la familia de la víctima, los amigos, los que se sienten afectados con el hecho, no comprenden la dimensión de lo que están haciendo, porque están en estado de shock buscando sacar la ira, la frustración, la molestia, el enojo, y se vuelcan en contra de los supuestos autores del crimen.
Ocurre en ocasiones que en ese afán de venganza, de hacer justicia por la propia mano, se ha matado incluso a personas inocentes, señala.— Iris Ceballos Alvarado.
