Baja California retiene el título por segundo año consecutivo
Por segundo año seguido, Yucatán perdió el título del “estado más seguro de México”, de acuerdo con al menos tres indicadores de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) de 2024, del Inegi.
La gubernatura del hoy senador Mauricio Vila Dosal comenzó en 2018 con el 32.5% de los yucatecos de 18 años o más de edad reportando al Inegi que Yucatán era inseguro, la percepción de inseguridad subió a 37.5% en 2019 y cayó a 26.6% en 2020, año de la pandemia del Covid, pero aumentó a 27.2% en 2021, subió a 30.6% en 2022 y escaló a 37.8% (el punto más alto) en 2023.
Yucatán ya no es el “estado más seguro de México”
Aunque en este 2024 bajó a 30.6% la población adulta que reporta que Yucatán es inseguro, Baja California retuvo la corona de estado más seguro por segundo año consecutivo. Ahí el porcentaje de adultos que percibe inseguridad se desplomó de 65.3 a 30.1 de 2018 a 2024.
Según la Envipe de 2018, Vila recibió a Yucatán como el estado más seguro de México, título que perdió en 2023 ante Baja California Sur, pero lo entrega como el segundo menos inseguro.
A nivel nacional, con altibajos, también cayó la proporción de ciudadanos que dicen vivir con inseguridad pública en México, de 79.4 a 73.6% de 2018 a 2024, años que corresponden a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
Yucatán, noveno con menor tasa delictiva
Según la Envipe de 2024, Chiapas retiene la corona de menor tasa delictiva, con 16,038 delitos por cada 100,000 habitantes en 2023, aunque aumentó 13.7%, pues en 2022 tuvo tasa de 14,111 ilícitos.
El “top ten” de 2023 se completa con Durango, con 18,230; Oaxaca, con 18,575; Michoacán, 19,688; Veracruz, 20,272; Nayarit, 23,607; Guerrero, 23,989; Coahuila, 24,661; Yucatán, en el noveno sitio, con 24,952, y Tamaulipas, con tasa de 25,129.
En el otro extremo, Ciudad de México se mantiene como el estado con la mayor tasa delictiva, con 52,723 delitos por cada 100,000 habitantes, un alza de 14.5% en comparación con la tasa de 46,032 en 2022.
Considerando solo el sexenio de Vila, la tasa delictiva de Yucatán aumentó por tercer año consecutivo: 10.5%, de 21,348 a 23,600 ilícitos de 2020 a 2021, luego 1.3%, a 23,914 delitos en 2022, y ahora 4.3%, a 24,952 en 2023.
No obstante, la tasa delictiva yucateca es menor que la nacional de 33,267, la cual subió 15.9% en 2023 en comparación con la de 28,701 de 2022.
Solo en la península yucateca, Yucatán sí tiene la menor tasa delictiva. Quintana Roo bajó la suya en apenas 0.3%, de 30,400 a 30,294 de 2022 a 2023, y Campeche subió 14.7% la suya, de 27,727 a 31,793 ilícitos en el mismo año.
Yucatán, décimo en tasa de víctimas de delitos
En cuanto a la tasa de víctimas de delito por cada 100,000 habitantes, Yucatán ocupa el décimo sitio entre los 32 estados del país, aunque bajó 3.6%, de 19,883 a 19,167 víctimas de 2022 a 2023, debajo de la tasa nacional, que a su vez cayó de 22,587 a 23,323 víctimas en los mismos años.
Además, Yucatán tiene ahora mayor tasa de víctimas de delitos en Yucatán que cuando se inició el gobierno de Vila. En 2018 fue de 18,635 víctimas, en 2019 bajó a 15,437 (es la más baja del sexenio), en 2020, en plena pandemia del Covid, subió a 16,011, en 2021, a 17,442; en 2022 escaló a 19,883 (es la más alta) y en 2023 bajó a 19,167.

En 2023, dice la Envipe, las entidades con las tasas más altas de víctimas de delitos fueron el Estado de México, con 32,971; Aguascalientes, con 32,798, y Ciudad de México, con 32, 497.
La corona del estado con menor tasa de víctimas de ilícitos es para Oaxaca, que subió del tercero al primer lugar porque la bajó de 15,214 a 13,274 de 2022 a 2023 y así desplazó a Chiapas, que cayó al segundo sitio, al subir su tasa de 12,536 a 14,139. El tercer puesto ahora es para Michoacán, cuya tasa bajó de 15,915 a 14,993 víctimas de delitos.
El fraude, el rey del delito en Yucatán
Adicionalmente la Envipe informa que el fraude (tanto el bancario como al consumidor) se mantiene como el rey de los delitos en Yucatán, con tasa de 8,019 estafas por cada 100,000 habitantes durante 2023.
Precisamente, un regiomontano acusado penalmente de fraudes fue ejecutado a balazos en Yucatán en la madrugada del domingo 15 de septiembre de 2024, justo al salir de un bar del fraccionamiento Las Américas, en la vía Mérida-Progreso. Se le acusó de estafas cometidas con la venta de autos de lujo en Mérida y Monterrey.
Yucatán, el otrora estado más seguro, tiene alta cifra negra
Asimismo, la Envipe indica que Yucatán tiene cifra negra de 93%, o sea, 93 de cada 100 delitos no se denuncian ni tienen una carpeta de investigación.
Otro dato relevante es que en 2023 “en Yucatán, el costo total a consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares representó un monto de 3.2 mil millones de pesos. Lo cual equivale a un promedio de 4,571 pesos por persona afectada por la inseguridad y el delito”, afirma la Envipe de 2024.








La política no es un fin, sino un medio: No es un producto, sino un proceso. Es el arte de gobernar.- Charles de Gaulle. Según las referencias de los estudiosos de la cultura maya sentada en la península de Yucatán, Mayab proviene de la palabra Ma’ya’ab, que significa “pocos, no muchos” y corresponde al nombre original de Yucatán, antes de la Conquista de México. Otra frase que refiere la identidad de los yucatecos es “Las cosas de Yucatán, dejarlas como están” y refiere puntualmente el carácter independiente con que se forjó la población que ocupó el extremo Sureste de México.
Hay la percepción de que en el legado y la identidad de los yucatecos se trastocó a raíz del ejercicio de Antonio López de Santa Anna, quien gobernó Yucatán en su transición de Estado Soberano a República Federada, por nueve meses y diecinueve días, del 6 de julio de 1824 al 25 de abril de 1925. El político veracruzano en su despeño como presidente de México en numerosas ocasiones, aprovechó su conocimiento sobre la realidad de la península y promovió residencias forzadas para sus “adversarios”, con lo que se transformó de manera sensible la relación original de los pobladores de Yucatán.
Existen versiones sobre la intencionalidad de castigar a políticos del cetro del país al imponerles vivir en una región con enfermedades endémicas y la proyección de otros para apoderarse de los sectores de mayor producción de la península, con lo que se transformó la vida política y se propició un sistema impositivo. La gestión del político jalapeño al frente del gobierno de Yucatán, también registró el abuso del centralismo en la inauguración del México Independiente, al grado de usar recursos para obras inexistentes. En Tizimín se reportó la disposición de dinero para construir un cuartel militar, que nunca existió.
La influencia de López de Santa Anna en el Sureste del país, no sólo generó la entrega de fiscas en regiones productivas de la península, sino que el malestar local inspiró el movimiento en favor del Federalismo. El militar Santiago Imán inició en el noreste peninsular un movimiento contra el centralismo que se concretó con la toma de la sede del departamento de Valladolid, que derivó la separación de Yucatán y la promulgación de una Constitución, enriquecida por la iniciativa de Manuel Crescencio Rejón, con la propuesta del Juicio de Amparo, inscrita años después den la Constitución de 1957.
Desafortunadamente, en las últimas décadas la política del malinchismo se volvió a instalar en nuestra entidad, con la promoción de políticas públicas que impulsan modelos económicos ajenos a nuestra identidad. El Centralismo recibió un nuevo impulso con la proyección de iniciativas que no derivan del ánimo local de conservar costumbres y formas tradicionales de convivencia, cuya justificación se funda en el rescate del Sureste de México, sin antes prevenir derechos nativos y la libertad de autodeterminación de las comunidades.
La pretensión de convertir a Yucatán en una entidad diferente a la que se forjó desde el legado de las civilizaciones antiguas y la que emergió de las diferentes etapas de la vida nacional, omitió construir el cimiento fundamental de la formación profesional y tecnológica, por lo que toda inversión o iniciativa de desarrollo económico, impone como condición traer a los que habrán de concretar esas iniciativas empresariales, debido a la carencia de instituciones con perfiles de formación ajustados a la modernidad que se proyecta por imposición.
Lo anterior confirmó que el Yucatán de hoy no es producto de la transformación del de ayer. Tenemos un Tren Maya que no es precisamente para servicio de los herederos de las etnias asentadas en esta parte del país. Dejamos de ser la entidad más segura y tranquila del país, porque el norte de la península está ocupado por gente procedente de otras regiones. Estamos empecinados en hacer que el mar sea más profundo y olvidamos de aprovechar lo que la generosa naturaleza nos concedió. Ya no somos pocos y menos poseedores de una identidad propia. Son tiempos de transformación ¿Hacía dónde?
Merida no solo ya es inseguro, sino agreguenle el calor, los mosquitos, la falta de drenaje, etc.