Yucatán ofrece experiencias únicas que permiten sumergirse en la cultura maya, rodeados de naturaleza y tradición. Por ello, la Asociación Mexicana de Industrias del Turismo (AMIT) organizó un recorrido por las tierras del mayab.
En un rincón escondido, en el municipio de Tekom, en el oriente del estado, se encuentra El Jardín Alak, un santuario dedicado a la abeja maya Xunán Kab, donde los visitantes pueden sumergirse en un entorno natural y ancestral único.
Este lugar ofrece una conexión profunda con la cultura maya y la naturaleza que permite a los viajeros vivir una experiencia inolvidable.
La entrada al lugar es majestuosa y los visitantes son recibidos con un incienso purificador que limpia su energía antes de comenzar las actividades.
Una de las primeras acciones que realizan los turistas es escribir sus deseos en una cinta que, con fe, atan a un árbol, con la esperanza de que sus anhelos se cumplan.
Este gesto simbólico marca el inicio de una serie de vivencias llenas de historia, cultura y espiritualidad.
A lo largo del recorrido los visitantes pueden disfrutar de un museo, donde aprenden sobre la vida de las abejas; degustar comida de la región y participar en actividades guiadas.
Entre las actividades más destacadas se encuentran los recorridos por los Cuatro Bacabes, ubicados en los puntos cardinales: Noojol (sur), Xamán (norte), Chi’kin (oeste) y Lak’in (este).
Cada uno de estos puntos tiene un profundo significado en la tradición maya, conectando los elementos naturales y espirituales.
Noojol, el primer portal hacia las abejas, es un espacio donde los visitantes pueden ver la silla confidente y un altar dedicado a los difuntos, junto con un espacio de rescate para tortugas, que simbolizan la protección y sabiduría.
El punto cardinal Xamán, ubicado en el norte, es considerado el segundo portal y alberga un jaltún, una depresión que se formó por la caída de un meteorito, lo que, según la tradición, marcó la extinción de los dinosaurios.
Los visitantes pueden ver árboles como el chechén y el chaká, que representan los opuestos de la vida maya: uno venenoso y otro curativo.
Aquí también se encuentra un altar dedicado a Chaac, el dios maya de la lluvia, donde se realiza un ritual especial para pedir precipitaciones pluviales para los cultivos.
Se destaca que este ritual no puede ser realizado por mujeres, ya que rompería el ciclo sagrado. Además, en este lugar se encuentra una escultura de Ixchel, la diosa de la fertilidad y el amor, así como un huerto de hortalizas.
Este punto cardinal culmina con la visita a un cochino pelón, que tiene su propio simbolismo dentro de la cultura maya.
El tercer portal es Chi’kin, ubicado en el oeste, un espacio donde la oscuridad predomina, simbolizando el misterio y la conexión con la tierra. En este sitio el santuario cubre los rayos del sol, creando un ambiente especial para las abejas.
En este espacio se pueden observar animales de granja como patos, gallinas y gansos, así como la figura de un alux, los pequeños guardianes de la naturaleza que, según la mitología maya, protegen los lugares sagrados.
El último portal es Lak’in, en el sur, un lugar de purificación en donde los visitantes deben lavarse con limón antes de acercarse a las abejas, con el objetivo de eliminar las energías negativas y poder conectar con la naturaleza de forma más profunda.
En esta zona se extrae la miel de las colmenas, utilizando una jeringa para recolectar hasta un litro al año, un producto medicinal que tiene múltiples beneficios, como el tratamiento de cataratas, infecciones en el oído y problemas de digestión.
Servicios en El Jardín Alak
Además de estas experiencias culturales y espirituales, El Jardín Alak ofrece servicios como aprender a preparar cochinita enterrada, recibir una limpia por un chamán y disfrutar de un bufé con platillos tradicionales. Los interesados en estas experiencias pueden hacer una reserva llamando al número 985-808614.
Otra opción para quienes buscan vivir una experiencia diferente es el Parque Cenote X-cajum (lugar de los sonidos), ubicado en Dzitás, un sitio que abrió sus puertas en 2011.
Al llegar al cenote los visitantes son recibidos con un ritual de purificación maya realizado por un chamán, quien utiliza incienso y alcohol para abrir los canales espirituales de quienes ingresan al sitio.





