La llegada de personas de otros lugares a vivir a Yucatán no pone en peligro la identidad cultural, sino que la ha reforzado, como lo muestran tradiciones que se viven intensamente, tal es el caso del Hanal Pixán
La llegada de personas de otros lugares a vivir a Yucatán no pone en peligro la identidad cultural, sino que la ha reforzado, como lo muestran tradiciones que se viven intensamente, tal es el caso del Hanal Pixán

El paisaje urbano se ha transformado con nuevos consumos culturales como restaurantes, spa, cafés, tiendas de productos varios, tabernas y diversos comercios, señala la investigadora Gina Villagómez Valdés, doctora en Antropología Social.

“Más allá de las ganancias, con la llegada de nuevos capitales se observa el rescate de casas antiguas del primer cuadro de la ciudad o de colonias de tradición histórica como Itzimná o la García Ginerés. De no ser por estos inversionistas, el primer cuadro de la ciudad sería una ruina. Mal que bien, estos consumos generan comunidad, no la destruye”,

Sin embargo, reconoce que una cosa es que tenga ventajas competitivas favorables para la ciudad y “otra cosa es que nos guste la presencia de gente ajena a nuestras costumbres. El problema creo es aferrarnos al ideal de la Mérida del pasado que lamentablemente ya no existe. Nos guste o no, no beneficia a nadie el rechazo y la confrontación entre vecinos”.

También es cierto, continúa, que con la llegada de más gente, llegan también otro tipo de problemas como el encarecimiento de la vivienda, aumento del fluido vehicular, apagones por aumento en el consumo y falta de agua. Aunado a uno que otro foráneo que viene a delinquir y acosar a nuestra población.

“Desde mi punto de vista, nuestra ciudad está más bonita pero más caótica. Pero nuestra identidad está intacta” apunta

Sin desplazamientos

En cuanto la gentrificación más estricta, la doctora Villagómez Valdés dice que los foráneos no han desplazado a los locales de sus barrios y que lo que ha sucedido es los barrios han sido abandonados por el costo de reparación de las casas antiguas.

“La construcción de nuevos fraccionamientos y zonas residenciales fueron de mayor atracción que dividir y arreglar la vieja casa de los abuelos. Las facilidades bancarias contribuyeron en ello. Así que el término gentrificación es relativo si consideramos que los locales no fueron desplazados, más bien encontraron mejores oportunidades fuera de las colonias del centro”, dice.

Por otro lado, señala, la identidad cultural permanece fuerte y que un yucateco bien nacido no ha cambiado su acento, no ha cambiado la cochinita ni el frijol con puerco por comida coreana, por ejemplo, tampoco ha dejado de asistir al paseo de las ánimas o al carnaval, y sigue diciendo xik, bobox y tuch.

“Lo que si ha desaparecido es la comunidad barrial, esa comunidad entre vecinos que sacaban sus sillas a la escarpa para tomar el fresco. Vecinos y vecinas que se apoyaban y cuidaban del barrio como una sola casa. Vecinos que se veían en el mercado o la iglesia, que convivían con las tradiciones de semana santa o Hanal Pixán”.

Cambios

“También desaparecieron parques, cines y vendedores que nos dieron identidad en la niñez y juventud. Pero esa identidad meridana se acabó con las generaciones de nuestros padres y abuelos, nadie vino a quitárnosla. Simplemente se transformó con el paso de tiempo”.

Sobre las fiestas tradicionales transformadas en espectáculos turísticos, la doctora Villagómez dice que el festival de las ánimas o el mismo Carnaval no van a desaparecer o dejará de ser parte de la identidad local solo porque se conviertan en un atractivo para el gran turismo. Al contrario.

“En los últimos años el Hanal Pixán no solo no ha desaparecido frente al Halloween sino que se ha fortalecido como respuesta del orgullo de los habitantes locales y el interés de nuestras autoridades por otorgarles un mejor lugar entre nuestras costumbres. No hay más Halloween que Hanal Pixán. El Carnaval sigue siendo nuestro y sin contaminaciones externas en términos culturales”.

Incluso los nuevos consumos culturales y gastronómicos no han desplazado las tradiciones locales. “La presencia de nuevos consumos gastronómicos no han desplazado a la tradicional torta de cochinita de los domingos en todo el estado. El frijol con puerco sigue como tradición en nuestras casas, al igual que los pibes para Día de Muertos”, afirma.

Vestimenta

Añade que tampoco ha cambiado la forma de hablar y que la moda en el vestir, tanto masculino como femenino, se ha reinventado frente al embate de marcas extranjeras. “Las guayaberas ahora son tendencia mundial incluso entre los jóvenes, con nuevos diseños y colores, así como los bordados mayas en los vestidos estilizados de las mujeres”.

Sin embargo, no todo es positivo. Advierte que ciertos elementos externos, como la música norteña entre adolescentes yucatecos, se han incorporado por la globalización. Y hay riesgos mayores que la gentrificación.

Las drogas. Ese sí es un problema en Yucatán. Basta con darse una vuelta de trabajo de campo en el oriente del estado para ver el incremento del consumo de cristal”, alerta, aunque destaca que ese problema no es generado por la gentrificación, sino por la inseguridad que azota al país y a Yucatán.

Para preservar la identidad cultural, Gina Villagómez insiste en que la clave está en la transmisión de valores y costumbres dentro de las familias y el respaldo institucional: “Es preciso no disminuir los recursos asignados al departamento de cultura del ayuntamiento […] El gobierno del estado también debe fomentar los programas culturales en los municipios”.

Migración, en aumento en Yucatán

Finalmente, la doctora advierte que la xenofobia no es el camino. “La confrontación con los migrantes no es una alternativa para preservar nuestra identidad. Primero porque el proceso migratorio a Yucatán no va a disminuir, sino por el contrario, seguirá en aumento. […] Muchos mexicanos de otros estados se sienten extranjeros en su propio país y no alcanzan a comprender que de alguna forma los yucatecos nos consideramos otro país”.

Pese a todo, destaca que muchos puentes de entendimiento han sido tendidos entre locales y migrantes.

“La mayoría de la población local y la migrante, han construido puentes de comunicación para convivir de manera pacífica sin borrar o alterar nuestras propias identidades”.

Jorge Iván Canul Ek es licenciado en Periodismo y Ciencias de la Comunicación y actualmente reportero de la Agencia Informativa Megamedia. Tiene 22 años de trayectoria en los medios, y es colaborador de Grupo Megamedia desde 2004. Los temas de arte y cultura, comunidades, ciudadanos y espectáculos son su especialidad. Con especial gusto por la crónica para el desarrollo de sus historias.