En esta temporada vacacional veraniega no todo ha sido felicidad: la siniestralidad vial en Yucatán continúa cobrando vidas y la estadística, alimentada por más de una década de análisis, apunta a un patrón que puede prevenirse.
Así lo advierte una vez más y con contundencia el ingeniero René Flores Ayora, especialista en seguridad vial, quien desde hace más de 10 años monitorea e interpreta con rigor los datos relacionados con los siniestros de tránsito en la entidad.
“Big Data no miente, pero puede equivocarse si todos actuamos con prudencia”, comparte al Diario Flores Ayora, quien explica que, de mantenerse la tendencia actual, julio y agosto de 2025 cerrarían con al menos 37 fallecimientos por accidentes viales en el estado.
A tan solo unos días de finalizar julio, y aún queda el período vacacional de verano en agosto, ya se contabilizan 29 muertes, lo que representa un 78% del pronóstico.
De estos casos, 18 corresponden a motociclistas, cinco a conductores de automóvil, tres a acompañantes, dos a peatones y uno a un ciclista.
Números crudos, pero reales
Los números son crudos, pero reales. El año pasado, el Big Data predijo 35 muertes y se registraron 36.
En 2023 el pronóstico era de 32, aunque la cifra real fue de 47. La tendencia dice que los siniestros viales no se detienen y, lejos de disminuir, afectan cada vez más a jóvenes, familias enteras y peatones que simplemente iban de paso.
Uno de estos trágicos episodios ocurrió hace unos días cuando un motociclista perdió la vida tras ser impactado por un vehículo en la colonia Cortés Sarmiento.
En otra escena lamentable, una mujer fue atropellada en la avenida Jacinto Canek, a la altura de la calle 118 de la colonia Yucalpetén. Ambos siniestros, como muchos otros, comparten un factor común: eran evitables.
Prevenir accidentes viales: ¿Cómo?
“El secreto para abatir esta epidemia no está en nuevas leyes, sino en el respeto básico al Reglamento de Tránsito y Vialidad del Estado de Yucatán”, insiste Flores Ayora al Diario.
Usar el cinturón de seguridad, portar casco certificado tipo DOT en motocicletas, evitar el uso del celular mientras se conduce y abstenerse de mezclar el alcohol con el volante, son medidas sencillas que podrían marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
El entrevistado también recuerda que en las calles y avenidas converge todo tipo de personas: niños, jóvenes, adultos mayores, trabajadores, turistas y personas con distintas realidades.
“No existe ningún otro lugar donde tantas diferencias se crucen con tanta frecuencia; sin embargo, parece que lo olvidamos al tomar el volante”, manifiesta.
El especialista en vialidad enfatiza en entrevista que “nadie es inmune a los siniestros de tránsito. Todos somos vulnerables, todos somos mortales”.
En particular, el Anillo Periférico de Mérida se ha consolidado como una zona de alta siniestralidad vial en Yucatán.
Incluso es calificado como una de las vías más peligrosas del presente año, pues ya se reportan al menos 13 decesos en esta arteria, muchos de ellos resultado de imprudencias al volante o cruces indebidos.
La zona oriente del periférico ha sido identificada por Flores Ayora como uno de los tramos más críticos, donde con frecuencia se registran atropellamientos y choques al no respetarse la señalización ni la velocidad recomendable.
“Este exhorto, más que una advertencia, es un llamado a la conciencia. Nadie, ni conductores ni peatones ni terceros en cuestión, es inmune a un accidente de tránsito”, subraya.
Un vehículo puede ser un arma
Flores Ayora recalca que un vehículo puede transformarse en un arma si no se usa con precaución.
El uso del cinturón de seguridad, el respeto a los límites de velocidad, la negativa rotunda a conducir bajo los efectos del alcohol o distraído con el celular, no solo son más recomendaciones, son acciones básicas para proteger la vida.
“No estamos hablando de policías ni ladrones, sino de seguridad vial, de conciencia ciudadana. ¿Quién quieres ser? ¿El que vive? ¿El que muere? Yo no quiero ser ninguno de los dos. Yo quiero ver a mi familia y que ellos me vean regresar. Igual que tú”, reflexiona.
“En cada esquina, en cada cruce, cada día, se puede tomar una decisión que marque la diferencia entre seguir viviendo o formar parte de una estadística. Aún hay tiempo para actuar. Aún es posible evitar que Big Data acierte este año”.
“Nadie es profeta en su tierra, pero todos podemos ser agentes de cambio. No lo echemos en saco roto. La vida no espera y el peligro no avisa”.
El ingeniero insta a la población en general a que hagamos entre todos que el Big Data se equivoque este verano, que los pronósticos se queden cortos, que la prudencia y el respeto ganen terreno sobre la imprudencia y el descuido.


