El paquete fiscal 2026 que plantea el gobierno del Estado refleja una relación estructural con el modelo populista federal basado en transferencias directas, cuyos efectos son fiscalmente insostenibles en el mediano plazo, alerta el economista Javier Becerril García.
“Mientras el gobierno federal expande subsidios sociales sin una reforma tributaria progresiva, los estados —especialmente los del Sur-Sureste— dependen hasta en un 70% de recursos federales y mantienen una base recaudatoria débil y regresiva”, subraya
El especialista añade que el gobierno del Estado, para compensar esta dependencia, decidió aumentar impuestos al trabajo formal, a servicios profesionales y a la enajenación de vehículos usados, medidas que impactan en forma negativa en la clase media y en los trabajadores formales.
Como hemos publicado, el paquete económico 2026 del gobierno del Estado considera aumentos en los tres impuestos ya citados y la creación de un nuevo gravamen, por el uso del transporte que ofrecen plataformas digitales.
Además, considera más recursos a programas sociales que a obras de infraestructura, en sintonía con el mecanismo federal.
Un círculo vicioso
En su análisis sobre el paquete fiscal 2025, del que publicamos la primera parte ayer, el doctor Becerril hace notar que este esquema reproduce un círculo vicioso típico del populismo fiscal: las transferencias generan apoyo político, la informalidad se mantiene alta, los estados carecen de autonomía financiera y recurren a impuestos regresivos para sostener servicios básicos.
“Desafortunadamente, se amplía la brecha entre formal e informal, se frena la competitividad laboral y se profundizan desigualdades territoriales entre áreas urbanas y rurales”, apunta.
“El resultado es un modelo de política social de alta visibilidad, pero baja sostenibilidad, que compromete la capacidad financiera de Yucatán y limita la transición hacia un sistema fiscal equitativo, eficiente y ambientalmente responsable”.
El profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) se refiere también a la pretensión de aumentar tres impuestos.
En la edición de ayer dimos a conocer sus puntos de vista sobre las alzas que tendrían el Impuesto Sobre Nómina y el Impuesto Sobre Enajenación de Vehículos Usados.
Servicios profesionales, un impacto económico para Yucatán
El tercer gravamen que tendría incremento es el Impuesto Sobre el Ejercicio Profesional, cuya tasa pasaría de 2 a 3 por ciento. Este tributo incide principalmente en el sector salud (médicos, odontólogos, veterinarios).
Sobre este último, el doctor Becerril García señala que el aumento propuesto afecta directamente al endeble protagonismo de Yucatán en la economía global.
“El servicio de turismo médico recae en un contexto de ‘exportación de servicios’ —pacientes de otros países—, pero tiene impactos locales importantes en la población yucateca de menores ingresos, encareciendo potencialmente el acceso a servicios de salud privados de “bajo costo” (consultorios económicos y clínicas populares)”, enfatiza.
“En un mecanismo simple, los profesionales de la salud pueden trasladar el impuesto a los precios o reducir calidad e inversión. Hay que recordar que el Estado no vincula de forma clara y transparente la recaudación de impuestos a la mejora en salud pública. El servicio puede terminar siendo regresivo en términos de acceso a servicios de salud”.
El economista de la Uady añade que, llevando el análisis a la dimensión social, no se puede dejar de ver que existen desigualdad, pobreza y una brecha profunda entre la vida rural y urbana.
“La economía yucateca es básicamente terciaria, es decir, de comercio, alojamiento y alimentos, y servicios inmobiliarios”, puntualiza. “Con el 57% de informalidad y niveles de pobreza y desigualdad considerables, en este contexto el paquete fiscal tiene implicaciones entre las familias de las áreas urbanas y rurales”.
“En las áreas urbanas se prevé el alza en servicios profesionales de salud privada, servicios legales y contables, y en la compraventa de autos usados. Habrá efectos directos en trabajadores urbanos, pues el impuesto a la nómina puede frenar aumentos salariales o nuevas contrataciones. Los trabajadores informales no pagarán directamente el impuesto, pero lo enfrentarán en costo de vida: transporte, servicios profesionales y posibles traslados de impuestos al consumo.—
Efectos en las familias
El doctor Javier Becerril señala efectos del paquete fiscal en las áreas urbanas y rurales.
En las áreas urbanas, subraya, se prevé un alza en servicios profesionales de salud privada, servicios legales y contables, y en la compraventa de autos usados.
También hace hincapié en efectos directos en trabajadores urbanos, pues el impuesto a la nómina puede frenar aumentos salariales o nuevas contrataciones.
En los hogares rurales, sostiene, la conexión con los impuestos es más indirecta, pero no por ello menos importante. A falta de medidas de progresividad, hay un alto riesgo de que se acentúe la brecha territorial.


