CIUDAD DE MÉXICO.- La producción de leguminosas y granos afronta problemas en el país, donde los precios al consumidor de diversos alimentos registran alzas, como el frijol y las lentejas que llegaron a venderse a 53 y 55 pesos el kilo, respectivamente.
Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), explicó que la sequía y el sobreprecio de la importación de esos dos alimentos propicieron el alza.
Por escasez se tendrá que importar frijol
Señaló que hay escasez de frijoles negros y pinto en el mercado nacional por la sequía que afrontan los estados productores, lo que obligará a importar estas leguminosas y eso, a su vez, implica las alzas de precios.
Expuso que el maíz también registra incrementos de precios y esto “empuja a la industria de la masa y la tortilla a aumentar el kilo de tortilla a casi 24 pesos”.
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Apuntó que el huevo también subió súbitamente de 36 a 42 pesos el kilo, la papa se incrementó de 22 a 24, el limón de 25 a 44 pesos y la naranja de 14 a 19.
Alzas de precios también en las carnes
Asimismo, cárnicos como pollo subieron de 56 a 68 pesos, la res de 156 a 170 y el puerco de 69 a 96 pesos, agregó.
A esos aumentos se suma “una larga lista de productos de la canasta básica en sus distintas presentaciones, ya preenvasados de marca como también en su formato genéricos y a granel”.
Aseguró que en general hay un “home run inflacionario” de 12.21%, lo que tiene que ver con incrementos de los granos, las gasolinas, gas LP y energía eléctrica.
“Entre otros factores, los precios se dispararon por el ajuste a las tarifas eléctricas dentro del esquema de temporada cálida en 18 metrópolis del país”, abundó.
“Mal síntoma” de la economía del país
“El cambio a una tarifa mayor de la energía eléctrica más el incremento de los energéticos encarecieron tanto el suministro de las mercancías al mercado como su costo de producción”, comentó.
Para Rivera la inflación alimentaria que vive el país es un mal síntoma de la economía nacional que no se debe relativizar ni soslayar.
“Esta espiral inflacionaria seguirá en ascenso por lo que resta del año“, advirtió.
“La sequía, la caída del poder adquisitivo, el incremento de las gasolinas, gas LP y luz, restricciones por pandemia y las inauditas prohibiciones comerciales al suministro o las ventas constituyen un cóctel amargo para la población que se llama inflación alimentaria”, enfatizó.
