CIUDAD DEL VATICANO.- Este miércoles dio inicio el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco y 267° Pontífice de la iglesia católica.
Minutos antes de las 10:00 de la mañana de hoy (hora de México) fue cerrada con llave la Capilla Sixtina, dando inicio a la primera ronda de votaciones del cónclave.
Los cardenales estarán encerrados e incomunicados del mundo exterior hasta que finalice la primera ronda.
Cónclave: así se elige al Papa
A continuación te explicamos como se desarrolla la elección del próximo Papa, paso a paso:
Juramento de los cardenales en latín
Del mayor al de menor edad, los 133 cardenales de 71 naciones realizan su juramento con la fórmula de juramentación, poniendo su mano sobre los Evangelios.
Con el juramento De iure iurando (“Sobre el derecho a jurar”) se comprometen a respetar lo establecido en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis mantener el secreto y defender los derechos de la Santa Sede.
Iniciando con su nombre y la mano posada sobre el Libro de Evangelios, uno por uno los 133 cardenales pronuncian el juramento.
“Todos afuera” e inicia oficialmente el cónclave
Al finalizar el juramento solemne, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas, Diego Ravelli, proclama el Extra omnes (“Todos fuera”) y se cierran las puertas de la Capilla Sixtina.
Sólo los cardenales electores y el mínimo de personas que colaboran en la realización de votación permanecen dentro.
Papeleta, urna e inicio de la elección del nuevo Papa
De acuerdo con el Vaticano, los 133 cardenales electores tendrán en sus manos una tarjeta de forma rectangular con la frase “Eligo in Summum Pontificem” en la mitad superior, y un espacio para escribir el nombre del elegido en la mitad inferior.
La papeleta está hecha de manera que se pueda doblar en dos.

Distribución de las papeletas
Una vez preparadas las papeletas, estas son distribuidas (al menos dos o tres a cada cardenal elector) por el maestro de ceremonias.
El último cardenal diácono sortea, de entre todos los cardenales electores, tres escrutadores, tres encargados de recoger los votos de los enfermos (infirmarii) y tres auditores.
Si en este sorteo se extraen los nombres de cardenales electores que, por enfermedad u otra razón, no pueden desempeñar estas funciones, se extraen en su lugar los nombres de otros cardenales.
Esta es la fase previa a la votación.
Antes de que los electores comiencen a escribir, el Secretario del Colegio Cardenalicio, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y los Maestros de Ceremonias deben abandonar la Capilla Sixtina.
La votación
Cada cardenal elector, por orden de precedencia, después de haber escrito y doblado su papeleta, la lleva al altar sosteniéndola en alto para que sea visible.
En el altar se encuentran los escrutadores y además de estar colocado un receptáculo cubierto con un plato para recoger las papeletas.
La siguiente es la fórmula que cada cardenal dirá en voz alta al estar frente al altar.
“Pongo por testigo a Cristo Señor, que me juzgará, de que mi voto es dado a aquel que, según Dios, creo que debe ser elegido”.
Después deposita la papeleta en el plato y con ello la introduce en el receptáculo.
Al final se inclina ante el altar y vuelve a su asiento.
Revisión de la urna
Una vez que todos los electores cardinales han depositado sus votos, el primer escrutador sacude la urna varias veces para barajar las papeletas.
Inmediatamente después, el último escrutador procede al recuento de las papeletas sacándolas visiblemente una a una de la urna y depositándolas en otro recipiente vacío.
Si el número de papeletas no corresponde al número de votantes, deben quemarse todas y se procede inmediatamente a una segunda votación.
Sí el número de papeletas coincide con el número de votantes, se procede al recuento.
Recuento de los votos
Los tres escrutadores se sientan en una mesa frente al altar: el primero toma una papeleta, la abre, anota el nombre del elector y se la pasa al segundo, quien, una vez comprobado el nombre del elector, se la pasa al tercero, que la lee en voz alta y anota el nombre leído.
La lectura en voz alta es para que todos los electores presentes puedan marcar su voto en una hoja especial.
Una vez terminado el recuento de las papeletas, los escrutadores suman los votos obtenidos por los distintos nombres y los anotan en una hoja aparte.
El último de los escrutadores, al leer las papeletas, las pincha con una aguja en el punto donde se encuentra la palabra Eligo, y las introduce en un hilo, para que se conserven con mayor seguridad.
Una vez terminada la lectura de los nombres, los extremos del hilo se atan con un nudo, y las papeletas se depositan en un receptáculo o a un lado de la cantina.
En ese momento se cuentan los votos.

Votos duplicados y no válidos
Si, durante el recuento, los escrutadores encuentran dos papeletas dobladas de forma que parezcan haber sido rellenadas por un mismo votante, si llevan el mismo nombre se contabilizarán como un solo voto.
Si, por el contrario, llevan dos nombres diferentes, ninguno de los dos votos será válido, pero en ninguno de los casos se anulará el voto.
¿Cómo votan los cardenales enfermos?
Si hay cardenales electores enfermos en sus habitaciones, los tres infirmarii van allí con un número apropiado de papeletas en una pequeña bandeja y una caja entregada por los escrutadores.
La caja es abierta públicamente por ellos, para que los otros electores puedan ver que está vacía, y luego cerrada con una llave colocada en el altar.
Esta caja tiene un agujero en la parte superior por el que se puede introducir una papeleta doblada.
A continuación, llevan la urna a la Capilla Sixtina, que es abierta por los escrutadores después de que los cardenales presentes hayan depositado su papeleta.
Los escrutadores cuentan las papeletas de la urna y, tras cerciorarse de que su número coincide con el de los infirmarii, las colocan una a una en el plato y con éste las introducen todas juntas en el receptáculo.
Por su parte, los cardenales electores que estén presentes en la Capilla Sixtina pero que no pueden ir al altar por estar enfermos, cuentan con la ayuda del último de los escrutadores que se acerca a ellos.
Pronunciado el juramento, entregan la papeleta doblada al escrutador que la lleva visiblemente al altar y, sin pronunciar el juramento, la coloca en el plato y con éste la introduce en el receptáculo.
De los 135 cardenales electores, dos no participan en el cóncláve por temas de salud.
Resultado y quema de los votos: fumata en la Basílica
Después contar y comprobar los votos se queman en una estufa de hierro fundido que se utilizó por primera vez durante el Cónclave de 1939.
Una segunda estufa, de 2005, conectada, se utiliza para los productos químicos que deben dar el color negro en caso de no elección y el color blanco en caso de elección.
Se elija o no a un nuevo Papa en la primera votación, los auditores deben proceder a comprobar tanto las papeletas como las anotaciones realizadas por los escrutadores.
Inmediatamente después de la auditoría, antes de que los cardenales electores abandonen la Capilla Sixtina, todas las papeletas son quemadas por los escrutadores, con la ayuda del secretario del Colegio y del maestro de ceremonias.
Si, por el contrario, debe celebrarse inmediatamente una segunda votación, las papeletas de la primera sólo se queman al final, junto con las de la segunda votación.
Habemus papam y nuevo nombre del Pontífice
Después de una votación válida y antes de entregarse la vestimenta papal al nuevo obispo de Roma por primera vez, el cónclave hace dos preguntas al elegido:
Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem? (¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?) ¿ Quo nomine vis vocari? (¿Cómo queréis que os llamen?)
Si se acepta la elección, la multitud de fieles escuchará al protodiácono pronunciar estas palabras en latín que resonarán en todo el mundo: ” Nuntio vobis gaudium magnum: habemus papam! Eminentissimum et reverendissimum dominum…, qui sibi imposuit nomen.” (Les traigo una gran alegría: ¡tenemos al Papa! El eminentísimo y reverendísimo señor… que se ha dado a sí mismo el nombre…”).
Estas palabras suelen pronunciarse desde la logia central de la Basílica de San Pedro.
¿Cuántos votos se necesitan para elegir al nuevo Papa?
Para la elección del Romano Pontífice se necesitan al menos 2/3 de los votos.
En el caso del Cónclave que dio inicio este son necesarios 89 votos para elegir al Papa, siendo el número de cardenales electores 133.
¿Cuántas votaciones se realizan durante el cónclave?
Las votaciones tienen lugar todos los días, dos por la mañana y dos por la tarde.
Si los cardenales electores tienen dificultades para ponerse de acuerdo sobre la persona que debe ser elegida.
Después de tres días sin resultado, las votaciones se suspenden durante un máximo de un día, para una pausa de oración, libre discusión entre los electores y una breve exhortación espiritual, pronunciada por el cardenal decano de la orden de los diáconos.
En caso de que no se logre una elección se realizan las pausas de un día cada siete votaciones.
Cónclave hoy EN VIVO

¿Dónde ver el cónclave en vivo?
Todos los del cónclave podrán seguirse a través de:
- El portal Vatican News
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