PETO.— Delfina Pech Uicab, de 72 años de edad, no puede olvidar la noche del 24 de diciembre de 2000.
—Esa noche mi hijo (Rodolfo Ángel Dziu Pech) jugaba con su bicicleta en el pasillo de la casa (en Kanasín), no estábamos celebrando porque somos de escasos recursos, cuando de pronto se cayó y la paleta que tenía en la boca se le atoró en la garganta —relata.
—Recuerdo que era una paleta que tenía tres dulces, uno de los dulces se le atoró en la garganta y entre mi desesperación trataba de ayudarlo sin lograrlo. Mi finado esposo lo lanzó varias veces al aire tratando de reanimarlo, pero no lo logró.
—Mis vecinos intentaron ayudarlo, pues se estaba asfixiando, no podía respirar. Le metieron el dedo en la bo-ca y le lastimaron la garganta hasta hacerlo sangrar.
—Estaba desesperada porque veía cómo mi hijo se moría sin que pudiera hacer nada, sus manos ya estaban colgadas y su piel comenzaba a quedar morada.
—Entre mi desesperación salí a la calle llorando y gritando. En ese momento una persona que estaba en una tienda me preguntó que tenía y le respondí que mi hijo se moría. Él me dijo que me calme y lo lleve a verlo.
—El señor pidió que le demos al niño y lo sentó sobre sus rodillas y le apretó tres veces del estómago, logrando que expulse el dulce.
—Fue así como mi hijo volvió a nacer, pues si no fuera por él, Ángel no estaría conmigo, por eso le doy gracias a Dios que lo haya puesto en nuestro camino.
Recuerda que el desconocido les preguntó algunos datos personales de la familia y después desapareció.
—En ese momento pensé que era policía, pero nadie lo conocía. Lo cierto es que hasta el día de hoy no sé cómo se llama, mucho menos de dónde es, lo único que sé es que es una persona muy amable y generosa, pues cada año nos trae regalos y mi hijo se queda esperando a su padrino, como él le dice.
Anteanoche Rodolfo Ángel se quedó en la casa a esperarlo, como cada año, pues nunca falta a la cita desde hace 17 años.
—Mi hijo lo quiere mucho, cada vez que lo ve lo abraza fuerte y le da las gracias por haberle salvado la vida —señala Delfina Pech.
—Anoche llegó a la casa entre las 7:30 y 8 de la noche, trajo regalos para todos nosotros, como cada año, y después de platicar un buen rato se fue, prometiendo regresar el próximo año.
—Le dijo a mi hijo que mientras siga vivo lo seguirá visitando cada año, que solo dejará de venir a verlo cuando se muera.
—Él viene, nos saluda, nos trae regalos, se queda a platicar con nosotros y después de va. La verdad es que en todos estos años nos hemos dado cuenta de que las personas bondadosas existen, él es muy bueno, si no fuera por él, mi hijo no estaría vivo.— MIGUEL ÁNGEL MOO GÓNGORA
Rodolfo Ángel Datos
Rodolfo Ángel Dziu Pech, ahora de 23 años de edad, vive en Kanasín con su madre y sus dos hijos.
Una pareja
Los hijos de Rodolfo Ángel se llaman Ángel, de 4 años de edad, y Génesis, de 2 años. Ambos —y también su abuela— recibieron regalos anoche del “padrino” de su padre.
Chicharra y música
Actualmente Rodolfo Ángel se dedica a vender chicharra en el centro de Kanasín y también es músico de oficio: toca los timbales y va a tocar donde lo contraten.
Enseñanza
Rodolfo Ángel comparte el gusto por la música con su hijo, a quien está enseñando a tocar y lo conduce poco a poco en el en el mundo de la música.