PROGRESO.— Todo parecer indicar que continuará la arribazón de cubanos en lanchas hechizas y, como siempre, son los pescadores yucatecos quienes les brindan ayuda en alta mar, dijo ayer José Luis Carrillo Galaz, presidente de la Federación Regional de Cooperativas Pesqueras del Centro y Poniente de Yucatán.

En lo que va del año ya recalaron en Yucatán unos 39 balseros cubanos.

Anteayer lunes, los tripulantes del barco pesquero “Edzel Uriel” de Yucalpetén hallaron a ocho antillanos en una lancha hechiza a la deriva por Arrecife Alacranes, con un cabo amarraron la balsa al navío y les dieron alimentos y agua a los balseros, quienes no abordaron el barco sino esperaron la llegada de una patrulla de la IX Zona Naval que los llevó a Yucalpetén.

El año pasado, 31 cubanos que estaban a la deriva en endebles embarcaciones fueron rescatados.

Al respecto, Carrillo Galaz dijo que solo se sabe del número de cubanos rescatados, pero pueden ser más, hay quienes no llegan a México ni a Estados Unidos, mueren al naufragar las balsas hechizas o por hambre, alucinan y se tiran al mar.

La pandemia también frenó la migración cubana

Indicó que la migración de los cubanos se suspendió en 2020 y 2021 por la pandemia del Covid-19, pero ahora que la mayoría ya está vacunada, se reanuda la salida de isleños por su propia cuenta y con sus recursos, porque, dijo, se dejó de hacer el tráfico de indocumentados que se hizo durante un tiempo con embarcaciones rápidas.

Afirmó que la arribazón de los cubanos ya está imparable, y en mayo, junio y el verano aumentará porque hay buenas condiciones para navegar en el Caribe y Golfo de México.

El líder pesquero señaló que como siempre serán los pescadores, ya sea ribereños como ha ocurrido en el oriente yucateco, o de la flota mayor quienes rescaten y den ayuda humanitaria a los cubanos, como ha ocurrido con los recientes hallazgos.

”Los cubanos no son malos”

A pregunta de si los balseros representan peligro para los pescadores, Carrillo Galaz contestó que no hay ningún riesgo que los antillanos se apoderen de los barcos, secuestren a los tripulantes y huyan con las embarcaciones, pues “los cubanos no son malos”.

En un barco pesquero de la flota mayor viajan cuatro o cinco pescadores, pero en una balsa navegan seis, ocho o más cubanos, así que en número son más que los mexicanos, pero el directivo dijo que no representan riesgo en el caso que aborden las embarcaciones, pues lo que buscan es ayuda y la reciben en alta mar.

Comentó que existe la comunicación entre los pescadores yucatecos y los cubanos, y recordó que cuando existía la flota cubana compuesta por barcos Lambda siempre se encontraban en alta mar y había intercambio entre ellos.

Dijo que los pescadores daban ropa, relojes, gorras y hasta prendas femeninas que llevaban para intercambiar con pescado (mero) que capturaban los isleños, pero los barcos cubanos dejaron de pescar y se acabó ese intercambio en alta mar, ahora recalan los antillanos y todo parece que continuará la arribazón.