Osita, Cachimba y Pinto, los "guardianes de Chichén Itzá" que se han convertido en sensación en redes sociales
Osita, Cachimba y Pinto, los "guardianes de Chichén Itzá" que se han convertido en sensación en redes sociales

MÉRIDA.- Las leyendas mayas dicen que el cenote de Chichén Itzá está resguardado por los aluxes, seres mágicos de Yucatán, y que la serpiente emplumada Kukulkán es la guardiana de las ruinas mayas, pero no sería la única.

Los perros Osita, Cachimba y Pinto son los modernos guardianes de Chichén Itzá quienes se han vuelto famosos en redes sociales gracias al custodio del lugar, José Antonio Keb Cetina.

¿Quiénes son los ‘guardianes de Chichén Itzá’?

Osita, Cachimba y Pinto pasaron a ser canes sin hogar a convertirse en los “perros sagrados de Kukulcán”, a disfrutar del sol en sus áreas verdes de Chichén Itzá o contemplando el atardecer en lo más alto de la pirámide del Castillo.

En julio del año 2019 inició la “Operación Rescate de Perritos de Chichén Itzá”, con el apoyo del Patronato Cultur, cuatro asociaciones de defensa de animales y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Después de llegar al hogar de una de las Siete Maravillas del Mundo desde 2007, los tres canes fueron vacunados, esterilizados, desparasitados y ahora están acostumbrados a convivir con los visitantes sin que los afecten o perjudiquen.

La historia de Osita, Cachimba y Pinto

En entrevista con La i Yucatán, José Antonio Keb Cetina relató la historia de los “guardianes de Chichén Itzá”, Osita, Cachimba y Pinto, que llegaron de diferentes y sorpresivas maneras a la zona arqueológica.

“Puede ser que alguno de esos perros se haya quedado en las selva y haya dejado crías hasta lo que es el día de hoy”, relató el custodio, que comparte en redes sociales fotos y vídeos de ellos.

“Son varios perritos, los que ahora andan conmigo son la Osita, muy famosa, Cachimba y el Pinto”.

Keb Cetina contó que Osita, la más famosa del trio, Cachimba y el Pinto están con él desde 2020 cuando inició la pandemia de Covid-19 y con ayuda de todos los trabajadores se les ha vacunado y se les dan los alimentos y cuidados que necesitan.

Don José dijo que a veces le da trabajo cuidarlos por los gastos como la comida porque anda “corto de recursos, pero siempre veo que hacer” y relató cómo estos le dan apoyo emocional.

“Mi hija me habló a la 1 de la madrugada, y me dijo que un doctor que trabajaba con ella falleció y ella y su compañera tenían Covid”, comenzó a recordar.

“El único consuelo que tuve esa noche fueron los perros. Me vieron llorar y se acercaron los dos y me abrazaron. Dese esa vez le tengo un gran afecto a ellos y trato de cuidarlos lo mejor que yo pueda”, relató.

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