TIZIMÍN.— Autoridades municipales anunciaron que a partir de hoy inicia un programa permanente de bacheo en la ciudad y trabajos de limpieza en el relleno sanitario.
Uno de los problemas latentes en esta ciudad son las pésimas condiciones en las que se encuentra la mayoría de las calles donde no se puede transitar a más de 20 kilómetros por hora.
Hay avenidas que por años no habían sufrido de graves afectaciones y hoy la carpeta asfáltica ya se comenzó a levantar.
Al respecto, el presidente municipal Adrián Quiroz Osorio informó ayer que una de sus prioridades son los servicios públicos en cuanto a las calles y la basura.
Según explicó, están en la espera de la llegada de un cargamento de material para realizar trabajos de bacheo, que consiste en una mezcla en frío para atender con urgencia las arterias más deterioradas.
Precisó que dividirán la ciudad por secciones y se contratarán a más cuadrillas de trabajadores.
“Necesitamos salir del bache en el que estamos estancados, por eso hemos decidido comenzar cuanto antes, hasta que tengamos cero baches”, indicó.
Por otra parte, dijo que en estos días ingresará un tractor al relleno sanitario para limpiar, sobre todo con la liberación del acceso.
“Hay que empujar toda la basura porque la entrada ya desapareció, me dejaron un relleno sanitario en condiciones muy críticas”, lamentó el alcalde.
Según el primer edil, anteayer desayunó y saludó a la gente en el mercado municipal y entre las peticiones más apremiantes fue que se atienda el problema de la basura.
Añadió que hay colonias donde desde hace una semana y media no se realiza la recolecta y por eso se requiere darle prioridad.
“Tenemos un parque vehicular inservible, hay que atacar ese problema a la brevedad para poder mejorar la recolección de basura.
“Si es necesario, yo personalmente estaré atendiendo todos los problemas que tengan que ver con servicios públicos ”, resaltó.— Wendy Ucán Chan

Una de las condicionantes para ejercer con eficiencia la función pública, es la pretensión de asegurar la continuidad de una carrera política. El desempeño de la autoridad impone el reto de asumir decisiones que generan opiniones encontradas en función de intereses y, en muchas de las veces, las disposiciones oficiales no resultan gratas y afectan a personas cercanas a quien las emite, por lo que resulta cómodo evadirlas.
Antes de la reforma fiscal que propició una nueva modalidad en el manejo de los recursos públicos, en el inicio de la década de los años ochenta del siglo pasado, cuando se implementó un nuevo sistema para modernizar el sistema tributario del país, los ayuntamientos operaban con ingresos procedentes de un régimen de impuestos indirectos (arbitrios y aranceles), que no resultaba equitativo y suficiente para atender los servicios públicos elementales, por lo que la encomienda de la autoridad, se sujetaba en mucho a la negociación y a iniciativas de cooperación ciudadana, para resolver problemáticas sociales.
De la designación de personas con reconocimiento comunitario en la segunda parte del siglo pasado, la gestión municipal tránsito por la vía de la centralización del producto de cargas fiscales y el sistema de dispersión de recursos por a través de participaciones y programas de alcance social, al control y manejo presupuestal. El objetivo para alcanzar las alcaldías dejó de ser mejorar la convivencia y armonizar a las comunidades y se trastocó en el negocio del manejo de importantes cantidades de dinero, con la planeación, asignación y ejecución de obras materiales.
En la actualidad la demanda generalizada en las demarcaciones municipales es el ordenamiento y organización de la vida comunitaria. En Tizimín no hay una reglamentación de uso de espacios públicos y la concesión de permisos de construcción y de uso de suelo, se sujetan en mucho al cobro de cuotas municipales. Hay empresas contaminantes instaladas en zonas habitacionales, las cantinas operan sin restricción de áreas donde coinciden menores de edad, un considerable espacio de las aceras se usa con fines comerciales y el respeto a los derechos de terceros es letra muerta.
Es difícil de asimilar para los políticos: lo mejor de la gestión pública es atender prioritariamente lo que no cuesta y representa mejor calidad de vida y bienestar para los gobernados. Reducir riesgos en el sistema vial, mejorar los servicios de protección ciudadana, impulsar acciones de mejoramiento ambiental y de higiene comunitario, ordenar el uso de espacios públicos y procurar acercar servicios de movilidad y esparcimiento con respeto a los derechos de terceros, no implica mejorar la imagen de un Ayuntamiento, pero delinea el perfil de un buen gobernante.
Asumir y presumir que vivimos en la entidad más segura del país, no condiciona la posibilidad de un cambio drástico en el estilo de convivencia en las comunidades de Yucatán. La Policía Coordinada con un mando centralizado en la capital del estado, cumplió la demanda de seguridad y protección en la demarcación del norte de la península, pero se requiere de rescatar a los agrupamientos jurisdiccionales en cada demarcación, para mejorar la atención de zonas urbanas, aprovechar la identidad en los mandos de las corporaciones al servicio del municipio y mejorar la interacción entre ciudadanos y uniformados, con una visión preventiva de la principal problemática social que enfrenta el país. Un Director de Seguridad formado en el municipio es garantía de comunicación con la sociedad.
Más allá de la eficiencia en el manejo de la basura, es recomendable analizar la opción de disponer de un espacio público abierto para el depósito de residuos. La limitación económica para cubrir el pago de recoja que ofrece el Ayuntamiento, propicia que se generen tiraderos improvisados en sitios marginados de la vigilancia oficial. Reducir la contaminación por desechos en zonas urbanas, compromete a las autoridades a abrir opciones para canalizar lo desechable, por diversos conductos, a sitios acondicionados para ese fin. Muchas iniciativas pueden tener alcances importantes, sin que se requiera de inversiones multimillonarias.