(Primera Columna publicada el 27 de abril de 2005)
Tony se acerca bastante a la verdad en su cartón “Entre la lupa y el espejo”, publicado ayer en esta página editorial. La columna se había propuesto, la semana pasada, exponer la misma idea. Nos ganó la caricatura. ¡Qué bueno! Dos firmas valen más que una.
En referencia al diagnóstico tremendista de Xavier Abreu, que ve en el seno del PAN unas “luchas intestinales” que “están destruyendo al partido”, Tony nos dice con letras y dibujos: “Quizá los panistas que quieran encontrar las pistas que les lleven a las mafias que destruyen al partido no deben buscar con esto (una lupa) sino con esto (un espejo).
Cierto. Sobre todo si son los diputados panistas los que se miran en el espejo. Todos verán, con mayor o menos nitidez, el rostro de Antonio Hadad Nos explicaremos.
No es necesario a estas alturas repasar las atrocidades cometidas por cinco magistrados y una jueza en un juicio que es y será, sin remedio ya, un motivo de vergüenza para Yucatán: el caso Medina Abraham.
Los diputados del PAN han tenido a su disposición, en la demanda de juicio político a los magistrados, un catálogo de las atrocidades contra la ley, los derechos humanos y el sentido común que definen a sus autores como enemigos impenitentes de la sociedad.
Han podido lavar en público la ropa sucia del Tribunal Superior de Injusticia y demostrar que es tela percudida imposible de limpiar. Han podido restregarles a los magistrados, en sesión tras sesión del Congreso, que la ratificación de dos de ellos, Angel Prieto y Ricardo Avila, significaría, además de una ofensa a la comunidad, una amenaza, una espada de Damocles pendiente sobre el ciudadano un día sí y otro también, semana por semana, mes a mes, este año, el que viene y el siguiente.
Los diputados del PAN no han querido hacer en la Legislatura, a la vista de todo el mundo, una demostración que hubiera puesto a los diputados del PRI y el PRD en el brete de embarrarse hasta los codos, pues ya tienen las manos impregnadas, con una ratificación que tendría. para sus partidos un costo electoral muy alto.
¡Qué buena oportunidad han desperdiciado los diputados panistas de utilizar sus curules para sumarles puntos buenos a los candidatos de su partido, para decirle al pueblo: voten por ellos, porque serán como nosotros!No quisieron hacer en el Congreso la demostración que quizás, o probablemente, hubiera permitido a Antonio Hadad resistir las tentaciones que le hicieron caer en la traición. Si no lo empujaron al abismo, valga decir que lo pusieron al borde con esa negativa a sujetar por los cuernos al toro del caso Medina Abraham.
Parece que ni la cola le quieren agarrar, porque, en un manifiesto dirigido a los yucatecos, que publicamos en otro lugar de esta edición, diez diputados panistas esgrimen seis motivos para no ratificar a los magistrados Prieto y Ávila, pero ninguno, caramba, se relaciona con el caso Medina Abraham.
Seis motivos que son pepita y cacahuate, baba de perico en comparación con los delitos de peso completo contra la sociedad que los ratificados y sus socios han cometido en el caso Medina Abraham. Los diputados panistas, que han podido liquidar a Prieto y Ávila con cañones de largo alcance, les disparan, a toro pasado, con pistolitas de mixtos. Con razón se ríen los magistrados.
La disculpa panista no parece bien orientada. No deben pedir perdón por haber albergado en sus filas a un diputado traidor, no: la disculpa debe ser porque sus legisladores han desperdiciado las oportunidades excelentes que han tenido de cerrarle a la traición el acceso a la Legislatura. Pronto veremos, en la suerte que le quepa al juicio político, si en estas crisis destructivas que padece el PAN lo que necesita es o no es el espejo que les ofrece la caricatura.
Es cierto que mal de muchos consuelo de tontos, pero no están solos los panistas en una actitud que, piadosamente, podemos llamar de desorientación o confusión a la hora de entender qué valores deben normar nuestro comportamiento. ¡Cuántos serán los yucatecos, sobre todo en los puestos rectores, que al mirarse en el espejo no vean algo, poco o mucho del rostro de Antonio Hadad! Una epidemia en busca de diputados y dirigentes que nos aseguran con el ejemplo, no sólo con lágrimas, que están dispuestos a medirse a fondo en los problemas de Yucatán. Esta será la lucha constructiva, por dentro y por fuera, que diferencia al PAN de las aves de otro plumaje y le restituya el crédito y la fuerza electoral que pueda haber perdido.
