Varamientos colectivos de delfines

Aquel domingo al mediodía Francisco Gómez Gómez, sus hijos Francisco y Martín Gómez Uicab y otros hombres de Celestún retornaban de pescar cuando vieron que aves de rapiña revoloteaban por la playa.

“Al acercarnos vimos que eran varios delfines negros,  bufeos de 1.5 a 2.5 metros de largo, tenían poco tiempo de morir porque sus cuerpos aún no eran devorados por las aves”, relataron los pescadores de Celestún aquel domingo 3 de diciembre de 1995.

Es posible que los delfines hayan sido arrastrados por las corrientes marinas que propiciaron los ciclones “Ópalo” y  “Rosana” (que azotaron en septiembre y octubre de 1995) y luego sobrevivieran durante algunos días en las charcas que se formaron a lo largo de la costa, opinó Gómez Gómez.

Varamientos colectivos de delfines: 26 en Punta Cambalán

En total, 26 delfines vararon en la playa Punta Cambalán, ubicada en el estado de Campeche y a siete kilómetros de Celestún con rumbo a Isla Arena. Todos murieron.

Hace unos 10 años (en 1985) la carne de los bufeos era utilizada para la pesca de tiburón, recordaron los celestunenses, de acuerdo con la crónica publicada el 4 de diciembre de 1995 en Diario de Yucatán.

A su vez, entrevistado el mismo domingo, el biólogo Érik May Alfaro dijo que el varamiento colectivo se puede deber a un suicidio masivo, como suelen hacer los delfines.

O por los cambios bruscos de corrientes que ocasionan que el mar saque a esos mamíferos a la playa y, una vez fuera de su hábitat, los delfines mueren por estar expuestos varias horas al sol, agregó May Alfaro, jefe de la entonces Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap, hoy Semarnat).

Lo más seguro, afirmó,  es que los cetáceos vararon en la playa por el cambio de corriente marina que se presenta con más frecuencia en estas fechas (de diciembre).

Comité de investigación del varamiento colectivo de delfines

El varamiento masivo atrajo tanta atención que cuatro días después,  el  7 de diciembre, se formó un comité para estudiar las causas de la muerte, edades y especie de los delfines, con funcionarios e investigadores de la Semarnap, Profepa y Ecología de Campeche y Yucatán, científicos del Cinvestav, Uady y el Centro de Investigaciones Pesqueras de Yucalpetén.

A las 10 de la mañana de aquel 7 de diciembre de 1995, varios integrantes del comité llegaron a Celestún y 20 minutos después en una lancha rentada fueron a Punta  Cambalán.

Ahí, Liliana Castillo Rodríguez y Gerardo Rivas Hernández, de la Uady, destazaron dos delfines y tomaron las colas, cabezas y aletas, mientras David González Solís y Jorge Güemes Ricalde, del Cinvestav,  fotografiaban a los cetáceos, para entonces muy descompuestos y algunos casi ya consumidos por las aves costeras.

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Será difícil determinar las causas del fallecimiento porque los cuerpos llevan cuatro días expuestos al sol y a la aves de rapiña; seguramente los tejidos y órganos vitales estarán deteriorados, ya que solo se mantienen (en buen estado) durante 24 horas, indicó ahí mismo Carlos A. Rihani Vales, entonces subdelegado de la Semarnap en Yucatán.

Al final, no se pudo precisar si los delfines vararon por suicidio, por las corrientes marinas u otra causa.

Varamientos colectivos de delfines: cuatro en Punta Palmar

Dos meses antes, a principios de octubre de 1995, también pescadores celestuneses hallaron a cuatro delfines muertos en una playa cerca de Celestún, por Punta Palmar.  En esa ocasión, según las crónicas del Diario de Yucatán,  se pensó que los cetáceos vararon en la costa por las marejadas que propició el huracán “Ópalo”  al pasar por el Golfo de México.

Otro varamiento colectivo: 21 calderones en Celestún

Veintinueve años después, el miércoles 21 de febrero de 2024, pescadores celestunenses encontraron otro  varamiento masivo:  21 calderones de aleta corta estaban cerca de la playa La Herradura, detrás de las escolleras de Celestún y en esta ocasión todos sobrevivieron.

Recibimos (a las 10 de la mañana) el reporte de los guardaparques de la Reserva de la Biósfera Ría Celestún, de la Conanp, sobre unos delfines que andaban cerca de la costa, relata el Programa de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de Yucatán (Picmmy), de la Uady, en su página de Facebook.

Después de analizar la información, agrega, nos dimos cuenta que era un varamiento masivo en proceso de 21 calderones de aletas cortas (Globicephala macrorhynchus).

Durante 10 horas, de 10 a.m. a 8 p.m., habitantes de Celestún, biólogos marinos, guardaparques, navales y otras personas unieron esfuerzos y evitaron que los cetáceos varen en la playa. Los mantuvieron en zonas donde el mar les llegaba a las personas hasta las rodillas o el pecho y, con ayuda de una lancha, los llevaron a aguas profundas.

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Trabajando en conjunto con la Red Estatal de Atención a Varamientos, el Picmmy de la Uady, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Secretaría de Marina, pescadores, lancheros y gente local de Celestún, dice el Picmmy,  se coordinó el procedimiento para evitar que encallen en la orilla.

Algunos ejemplares fueron orientados hacia aguas más profundas donde empezaron a alejarse de la costa lentamente y a reagruparse, narra.

Dos delfines con mordidas de orca y tiburón cigarro

  • tiburón cigarro
  • orca

Un par de ellos quedaron rezagados y reincidieron en el varamiento, indica; se analizaron a los ejemplares rezagados y se observaron heridas múltiples en proceso de cicatrización del tiburón cigarro (Isistius brasiliensis) que es común en aguas oceánicas del Golfo de México, así como heridas recientes provocadas por la mordida de una orca (Orcinus orca).

Sin embargo, estas heridas no eran de gravedad ni comprometían su vida, indica el Picmmy, así  que se les ayudó a regresar al mar con el apoyo de una embarcación llevándolas a aguas profundas.

Los 21 calderones fueron reintegrados a su hábitat y hasta ahora no hay reportes de que hayan vuelto a vararse, así que su liberación se considera exitosa, dice el Picmmy en su reporte del 23 de febrero de 2024.

Los calderones, precisa, pertenecen a la familia de los delfines, se alimentan principalmente de calamares en aguas oceánicas, forman grupos intradependientes y son habitantes comunes del Golfo de México.

De esa manera, de 1995 a 2024, pescadores de Celestún ya encontraron tres varamientos colectivos de cetáceos: uno en Isla Aguada, Campeche; uno en Punta Palmar, cerca de Celestún, y uno en La Herradura, Celestún.

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Flor de Lourdes Estrella Santana es Licenciada en Educación por la Uady. Ingresó a Grupo Megamedia en el año 2000. Ha sido reportera, redactora y editora. Escribe contenidos generales, especialmente...