Amigos aficionados…
No cae uno en el gusto de que las cosas del toro van saliendo bien en Yucatán.
Las actividades que se montaron en el lienzo charro de la Feria Yucatán de Xmatkuil, con lleno casi en todas las festividades, fueron un buen parámetro.
Toros Yucatán apostó, en coordinación con el comité organizador, y el espectáculo fue alentador. Especialmente por la sangre nueva.
Y también destacó el tener allí a Pablo Hermoso de Mendoza, primera figura del rejoneo mundial.
Y al día siguiente el llenazo en el coso portátil que se instaló en Tizimín.
La empresa de Alberto Basulto y Alberto Hagar metió a tres mil personas y hubo otras más que se quedaron fuera.
Pero otros aires vieron destacar a nuestra gente. A Hernández Medina le entregaron la Medalla de Plata en la novillada que organizó el Seminario Conciliar de Zacatecas en la famosa Monumental el sábado. Buenos avances los de André Jusef, sin duda. Ahora toca mantenerse en la línea a donde llegó con mucho trabajo.
Me fue grato el que hayan contratado para Tlanepantla, Puebla, a José Ventura “Morenito de Yucatán”, quien se llevó dos orejas el lunes, y antes actuaron en esa localidad la jovencita Mariangel Segovia “La Princesa Maya” y los Recortadores Yucatecos.
Y qué les contamos: grato ver el esfuerzo que Roberto Gómez Valladares está desempeñando en su aventura de ir a la Escuela Taurina que Uriel Moreno “El Zapata” tiene en su natal Tlaxcala. Hemos visto sus labores aprendiendo y tratando de poner en práctica lo que quienes dirigen la agrupación le están inculcando. Apenas el sábado salió a torear en un festival de lujo y se lució en quites, aprovechando al máximo cada oportunidad que tiene de plantarse ante la cara del toro. Él sabía que no iba a ser fácil eso de lanzarse a la aventura de irse tres meses a Tlaxcala dejando todo y apostando, claro, con todo.
El matador “El Zapata” nos dijo hace un par de días que “nadie regala nada en esto del toro”. Y me queda claro: son oportunidades, a veces únicas, a las que hay que poderles. O al menos, intentarle. Noticias alentadoras, ni duda cabe, en el ruedo y en los despachos. Amalgama valiosa porque a veces lo más complicado es sacar de aquí y de allá para que todo cuadre. Nos vemos el próximo jueves, amigos aficionados.
