Los Leones de Yucatán tuvieron para liquidar a los Diablos y poner fin a su mala racha. No lo hicieron y ante un rival como los pingos, eso es imperdonable.

El México mostró una vez más que le tiene tomada la medida a Yucatán y, viniendo de atrás, ganó un gran duelo de béisbol, 5-4 en 11 entradas, un encuentro que lamentablemente se les fue de las manos a los melenudos.

Y así, Yucatán extendió a seis su cadena de derrotas y no se quedó en el séptimo sitio de la Zona Sur solamente porque los Bravos de León cayeron de último momento ante los enrachados Conspiradores de Querétaro.

Fue triste ver cómo las fieras desperdiciaron oportunidades. Una vez más el relevo no aguantó, pero hay que decir que el bateo dejó mucho que desear. El batazo grande faltó en el momento clave. Los Leones dejaron 14 hombres en base y se fueron de 13-1 con corredores en posición anotadora.

El desenlace

Luego de malograr oportunidad tras oportunidad, los Leones se quedaron viendo cómo lo que ellos no pudieron hacer, por falta de aptitud y quizá actitud, ellos lo hicieron como fácil.

En la undécima, ante Jake Miednik, José Pirela se embasó con hit al cuadro y se robó la segunda. Desde allí se fue al plato con línea de Carlos Sepúlveda, venciendo el tiro bueno de Norberto Obeso. El receptor Gilberto Vizcarra esperó el tiro detrás del plato y Pirela se le coló dentro del campo para meter la mano y tocar el plato.

Yucatán todavía tuvo una última. Ante el “Emperador” Tomohiro Anraku, Yangervis Solarte abrió con sencillo y, con el librito, se ordenó toque de bola a Henry Ramos. Yadir Drake recibió pasaporte, pero Carlos Figueroa, un exdiablo, se ponchó, y Luis Felipe Juárez elevó de foul para poner fin al juego.

En la décima las fieras pudieron finiquitar el partido. Webster Rivas bateó sencillo al central (corrió por él Héctor Mora) y Wilmer Difó gorreó la inicial. Antonio Piñero intentó sacrificarse, pero falló: casi atrapa el toque el inicialista José Marmolejo y Difó fue forzado en segunda. Con hombres en las esquinas, y uno fuera, se ordenó un squeezeplay suicida a Obeso, pero no pudo ejecutarlo, y Mora fue atrapado entre tercera y el home, frustrando todo. Cabizbajo, desmoralizado, Obeso terminó ponchándose.

Esa fue la lectura prácticamente de todo el juego.

El abridor león Tommy Doyle cubrió cuatro entradas en gran forma, pero fue removido con dos fuera, quedándose a un tercio de la quinta. Un pelito de rana para evitar que entren anticipadamente los relevistas. A él se le cargaron tres carreras y a Trevor Kelley le empataron en la novena, forzando las entradas extra.

Eso por un lado. Y por el otro, la ofensiva flaqueó. Cuatro carreras no son nada hoy en día con el pitcheo tan maltrecho como se está viendo, y eso para con cualquier rival.

Falta de oportunismo

Los Diablos empataron en la novena porque supieron tocar la bola a la primera. Los Leones no anotaron más porque no tocaron, ni batearon a la hora buena.

En la séptima llenaron la casa con uno fuera, pero se ponchó Luis Juárez y Webster Rivas rodó a tercera para terminar el ataque, y en la octava, Difó ancló en la tercera con uno fuera (hit, sacrificio y balk), pero fallaron Obeso y Solarte.

Ataque con poder

De vuelta como primer bate, Norberto Obeso abrió el marcador en el primer turno de los Leones, con un bombazo a las tribunas del central. Y en la segunda, Art Charles abrió con panorámico batazo al jardín derecho, y luego doblete de Difó y impulsó otra, y una más entró por wildpitch.

Pero fue todo lo que pudieron hacer las fieras. Se fue el abridor Wilmer Font con siete imparables y cuatro carreras, pero ante los relevistas, los Leones sólo pudieron conectar cuatro incogibles.

Joyas defensivas

Los Leones contaron también con una defensiva que estuvo muy a la altura del juego. Fue en tercera, cuarta y sexta entradas.

Por ejemplo, primero fue Robinson Canó, quien sacó una línea difícil al prado izquierdo, donde Henry Ramos se tiró a un costado para atrapar. Fildear con la posición de las luces es complicado en el Kukulcán.

En la quinta, con el infierno ardiendo de verdad, pues los pingos se acercaron 4-3, Julián Ornelas sacó elevado corto al derecho, donde Yadir Drake se tiró de cordón de zapatos para hacer el engarce y mantener el score así.

En la sexta, Wilmer Difó hizo gran lance tirándose a su izquierda para detener un rodado de Moisés Gutiérrez que se iba al central, pasando con el guante la pelota al torpedero Antonio Piñero, quien con tiempo suficiente tiró a la inicial para completar la doble matanza.