Momento de involucrarse
Roger González Uribe (*)
La política en México se asocia a la corrupción, la impunidad y el oportunismo, pues en la práctica no funcionan como deberían las instancias reguladoras y sancionadoras de la administración pública. A los funcionarios les tiene sin cuidado la posibilidad de la revocación de mandato y la desaparición del fuero, pues no se aplican, aunque estén en la ley.
Es alto el índice de reprobación a los partidos políticos, funcionarios e incluso a las instancias organizadoras de los procesos electorales, como el INE, el Iepac y los tribunales electorales, que deberían sancionar a quienes incurran en exceso de gastos de campaña o uso de recursos indebidos.
El INE tiene facultades para fiscalizar los recursos de los partidos políticos y debería hacerlo durante las campañas, no una vez que terminen. También tiene la responsabilidad de fortalecer la confianza y la participación ciudadana.
Pero en la práctica estos organismos han sido tapaderas de los partidos políticos y pasan por alto topes de campaña, arranques anticipados y otros tipos de actividades que caerían en el terreno de la corrupción.
En Yucatán estamos cansados de corrupción, impunidad y protagonismo de políticos que sólo buscan mantenerse en el poder, sin importarles el ciudadano. De los que aprovechan sus cargos para hacer campañas disfrazadas que se quedan impunes por la complicidad de las autoridades electorales.
El humo blanco en los dos partidos más importantes en el estado merece comentarios. Muchas señales indican que la apuesta del tricolor, Mauricio Sahuí Rivero, deja dudas en cuanto a por qué fue el ungido si no representa la mejor opción de ese partido. O al menos no era el candidato mejor posicionado. Si le sumamos la dependencia política de la exgobernadora más corrupta que hemos tenido, la situación se ve peor. Pero hay que reconocer a los priístas su capacidad de alinearse, real o aparente muestran una unidad que muchos terminan creyendo.
Por el lado azul, el proceso al parecer dejó menos tensiones, pues se escogió al candidato mejor posicionado, Mauricio Vila Dosal. Su mayor fortaleza no es la aparente unidad de su partido, sino el trabajo en el ayuntamiento que se traduce en obras: calles repavimentadas, parques remozados…
El problema de ese partido es el protagonismo y el egoísmo de varios de sus liderazgos, más ocupados en asegurarse una posición que en la selección de los mejores candidatos para alcaldías, diputaciones y senaduría. No hay que perder de vista que la política es de momentos. Creo que los panistas deben poner a sus mejores gallos en torno a Mauricio, como a Joaquín Díaz Mena, quizá el mejor posicionado en el interior del estado. El exalcalde Renán Barrera es otro activo que puede dar buenas cuentas.
Un punto interesante en el proceso son las candidaturas independientes. Sería saludable que fueran proyectos sólidos, consensuados con la ciudadanía y respaldados por procesos de respaldo ciudadano, por organizaciones civiles y cámaras empresariales. Serían contrapesos ciudadanos que tanto urgen.
La ley establece mecanismos de vinculación de grupos ciudadanos, sociedad civil organizada, académicos y empresariales, desde la planeación de un proyecto de candidatura a un cargo de elección.
invito a los candidatos a vincular sus estrategias a los grupos civiles, a planificar desde una perspectiva ciudadana y presentar compromisos prioritarios, auditables y medibles. Que estén respaldados por estudios de mercado.
Las campañas serán exitosas en la medida que los candidatos se abran a la ciudadanía no sólo en el discurso, sino con mecanismos de inclusión reales, mediante organismos civiles o comités creados con independencia. Que consideren a las cámaras empresariales, a los académicos y expertos en los temas que trabajen.
Es el momento de que la ciudadanía se involucre en el quehacer político, analice, reflexione, opine, cuestione y participe con propuestas. No basta ser espectadores y críticos de café.
El silencio no puede ni debe ser el lenguaje de la sociedad, la verdadera democracia sólo la puede ejercer el ciudadano, no los políticos.— Mérida, Yucatán.
Movimiento ciudadano por el análisis y la reflexión
