Priístas encantados
Roger Antonio González Herrera (*)
La columna Plaza Grande del Diario de Yucatán del 4 de enero pasado retoma las declaraciones de la exgobernadora Dulce María Sauri Riancho en el sentido de que los priístas yucatecos estarían encantados de que no fueran juntos a la próxima elección Joaquín Díaz y Mauricio Vila (como candidatos a senador y a gobernador, respectivamente, de la alianza “Por México al Frente”).
Cabe decir que durante la entrevista radiofónica donde formuló esos comentarios la ex gobernadora, incluso, no pudo resistir la risa al apuntar que “como priísta le encantaría que en lugar de ‘Huacho’ Díaz el elegido por el Comité Ejecutivo Nacional del PAN como candidato a una senaduría fuera Raúl Paz Alonzo, actual presidente estatal panista y no el exalcalde de San Felipe”. Recordemos que Raúl Paz Alonzo fue acusado por cinco expresidentes estatales del PAN de participar en acciones de corrupción, conocidos popularmente como los “Moches”.
En efecto, los priístas se frotan las manos y se regodean, se burlan y festejan que el PAN esté en la posibilidad de cometer ese grave error y despreciar todo el capital político de Joaquín Díaz Mena, capital que pudiera fortalecer la campaña de Vila Dosal en el interior del Estado. La misma exgobernadora priísta da sus razones: “Vila es popular en Mérida, pero no tanto en los municipios del interior del Estado, donde Huacho es muy fuerte y tiene gran arraigo”. Por eso, los priístas estarán felices si se designa a Raúl Paz, pues será un “pan comido” para los tricolores, además de que tendrán mucha tela de dónde cortar para contradecir la propuesta de combate a la corrupción que enarbola Ricardo Anaya.
Ahora bien, ¿cuáles son los méritos de Raúl Paz para aspirar a la candidatura al Senado? En la columna Plaza Grande, que citamos en esta colaboración, se habla de que es ahijado político del exgobernador poblano Rafael Moreno Valle, quien condiciona su apoyo a Ricardo Anaya, candidato presidencial del Frente conformado por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. Pero además se menciona también que su principal fortaleza es su amistad con el actual presidente nacional del PAN, Damián Zepeda Vidales, del que fue compañero en la anterior legislatura.
En resumidas cuentas y asombrosamente, en esta ocasión el PAN tiene dos opciones: (A) Optar por la congruencia y postular a “Huacho” o (B) dejar que pese más el compadrazgo y el amiguísimo, y designar a Paz y de entrada perder miles de votos. ¿Ustedes qué opinan?— Mérida, Yucatán.
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Roger A. González Herrera
Profesor
