Mirada antropológica

Rodrigo Llanes Salazar (*)

“En política todos son iguales”. Esta expresión peyorativa, que denota un malestar generalizado en la ciudadanía, es una de las mayores victorias del sistema político mexicano, me comenta Adrián Gorocica, joven yucateco de 29 años que actualmente aspira a ser candidato independiente a diputado local por el Distrito IV, distrito en el que tradicionalmente ha ganado el Partido Acción Nacional.

Gorocica y su equipo, un grupo de alrededor de 15 jóvenes, se enfrentan desde el mes pasado con ese triunfo del sistema político mexicano y, de puerta en puerta, se esmeran por demostrar que la política puede ser de otra forma. “No venimos de ningún partido político”, “somos jóvenes”, “ustedes nos dan la autorización de aparecer o no en la boleta”, son algunas de las primeras frases que Gorocica —o “Goro”, como también es conocido— y sus colaboradores emplean para presentarse de casa en casa en el Distrito IV de Mérida.

Sin embargo, Goro y su equipo no solo tienen que enfrentarse con el desencanto de la ciudadanía con la política y particularmente con los diputados, de quienes generalmente se piensa que únicamente van al Congreso a dormir a su curul, que perciben salarios desproporcionadamente altos y que solo tienen en mente el siguiente cargo a ocupar. También tienen que lidiar con un desconocimiento generalizado sobre lo que son los candidatos independientes y del complicado proceso, lleno de obstáculos, para llegar a ser uno. De acuerdo con los colaboradores de Goro, el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana no han socializado lo suficiente el tema de las candidaturas independientes.

Cuando Goro y su equipo preguntan a los ciudadanos si conocen la figura de candidato independiente, la mayoría responde que no. En seguida preguntan si conocen a Pedro Kumamoto, diputado independiente en el Congreso de Jalisco, a lo que la mayoría también responde que no. Entonces explican que, como “Kuma”—como popularmente conocen al joven diputado jalisciense—, ellos forman parte de Wikipolítica, una organización política apartidista conformada por jóvenes que tiene sedes o “nodos” en diez estados de la República y que ha impulsado iniciativas ciudadanas como “#SinVotoNoHayDinero”, una iniciativa federal para disminuir el financiamiento a los partidos políticos, la cual ya ha sido validada para el estado de Jalisco.

El desconocimiento generalizado sobre la figura de candidato independiente no es el único obstáculo para Goro y los demás aspirantes independientes. Quienes aspiran a ser candidatos independientes para diputados locales tienen que contar con las firmas del 5% de la lista nominal de su distrito correspondiente. Así, Goro y su equipo tienen que recolectar por lo menos 5,627 firmas en poco más de dos meses. Además, por disposición del INE, la recaudación de firmas tiene que realizarse a través de una aplicación digital con un teléfono inteligente o una tableta. Con esta aplicación, el auxiliar de firmas hace un escaneo de la credencial de elector de quien quiera apoyar con su firma. Goro y su equipo se han encontrado con la situación de gente que le expresa su respaldo pero que tiene desconfianza de que su credencial de elector sea escaneada. De nuevo, esto es algo que se puede atribuir a un sistema político que ha recurrido al clientelismo y a la compra y coacción del voto, en donde la credencial de elector tiene un precio.

No obstante los obstáculos, Goro y sus colaboradores se muestran animados y esperanzados. Consideran que haber salido a las calles y tocar de puerta en puerta les ha permitido conocer el complejo y diverso Distrito IV. Y en esa labor no parten de cero. A sus 29 años, Goro ya cuenta con una notable trayectoria política, además de ser bajista en el grupo de rock Troy y tener un negocio de hidroponia. Cuando era estudiante de la Preparatoria No. 2 de la Uady, el primer tema que le preocupó fue el del transporte público y el aumento de sus tarifas. Sobre este mismo tema, Goro fue vocero del Comité General de Estudiantes (CGE), una organización estudiantil que surgió a finales de 2009 en protesta al Decreto 222 emitido por el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco, según el cual se expediría una nueva Credencial Inteligente de Transporte Urbano (Citur). Uno de los principales problemas fue que, de acuerdo con las autoridades, en la primera etapa de expedición de credenciales se entregarían 70 mil micas, cuando, en ese entonces, la matrícula del nivel medio superior y superior en Mérida era de 116 mil estudiantes.

Asimismo, sería un estudio socioeconómico realizado por el propio gobierno el que determinaría quiénes recibirían credencial. Para los integrantes del CGE, se estaba convirtiendo en privilegio algo que antes era un derecho. Y, aunque el CGE no logró un cambio de fondo en el sistema de transporte público, sí consiguió aumentar el número de credenciales y fomentar una notable y creativa participación política de los jóvenes.

Goro recuerda que del CGE aprendió mucho, particularmente de la organización a través de asambleas, de la construcción colectiva y a escuchar atentamente. El CGE fue una experiencia que marcó políticamente a muchos jóvenes, que posteriormente participarían en el movimiento #YoSoy132 en 2012 y en otras organizaciones políticas no partidistas. Para Goro, fue una forma de demostrar que la política se puede hacer de otra manera, mucho más cercana a las movilizaciones de jóvenes en Chile en contra de la privatización de la educación que a la tradicional política partidista yucateca.

Cuando era estudiante de ingeniería industrial en el Instituto Tecnológico de Mérida, Goro fue presidente del Comité Ejecutivo de la Sociedad de Alumnos de dicha institución y vicepresidente del Consejo Nacional de Estudiantes de Educación Superior Tecnológica Zona Sur. En este contexto tuvo que enfrentarse con la tradicional política estudiantil, la cual suele ser una pobre calca de la política partidista, en donde importan más las ofertas de fiestas y alcohol que propuestas para mejorar la calidad de la educación. De esta época, Goro recuerda el logro de remover a los líderes priistas que ya llevaban 15 años en las dirigencias estudiantiles tecnológicas, que extorsionaban a los estudiantes y se enriquecían a su costa.

Al terminar sus estudios en el Tecnológico, Goro consideró no continuar en la política. Pero una nueva inspiración nació cuando estudió un diplomado en la Universidad Complutense de Madrid en Técnicas para la Evaluación de la Eficiencia, Eficacia y Equidad en políticas públicas. Entonces se levantaba el movimiento de los Indignados que, en contra del gran poder de los bancos sobre la política, reivindicaban una democracia real.

En las colonias

De vuelta en Mérida, Goro fue uno de los creadores de Asambleas Ciudadanas MID, una organización que ha trabajado en diversas colonias en Mérida realizando diagnósticos participativos para atender diversos problemas urbanos. En octubre de 2016, Goro y otros jóvenes lograron la creación del nodo de Wikipolítica en Yucatán, a través del cual impulsaron la iniciativa ciudadana “#CabildoAbierto”, con la cual han logrado que las actas de las comisiones del Cabildo se hagan públicas, que las convocatorias de las sesiones de las comisiones se den a conocer con anticipación y que puedan participar en ellas los ciudadanos.

“¿Por qué ser diputado local?”, le pregunto a Goro. “Porque allí se construyen las leyes y se discute el tema del presupuesto”, me responde. “Hay muchas áreas de oportunidad”, continúa. Se podrían impulsar leyes en materia de participación ciudadana, movilidad, desarrollo y sustentabilidad urbana y transparencia, los temas principales de su agenda. “La rendición de cuentas es un tema muy importante”, agrega Gina Ontiveros, la compañera de fórmula de Goro como suplente. “Eso es algo que hizo Kuma”, hacer público el razonamiento de sus votos.

Con seis partidos políticos representados, la LXI Legislatura ha sido la más plural en la historia del Congreso de Yucatán. Sin embargo, la diversidad de partidos no es sinónimo de oposición y de una auténtica división de poderes. Si bien es una Legislatura productiva, también es cierto que la mayoría de las iniciativas del Ejecutivo han sido aprobadas sin mayor análisis y discusión. Este año existe la posibilidad real en Yucatán de diversificar aún más el legislativo con la inclusión de diputados verdaderamente independientes.

Aún con más de 3 mil firmas por recolectar, Goro y su equipo se muestran esperanzados: están convencidos de que demostrarán a la sociedad que se puede hacer política de forma diferente. El reto del porcentaje de firmas por obtener es también una exigencia, me dice Goro. “Ahora entiendo por qué Kuma ganó, tuvo que recorrer el distrito, la gente lo conoció […] Lo que estamos haciendo es histórico”. Como lo ilustra su logo, están sembrando un bosque en medio de un desierto.

rodrigo.llanes.s@gmail.com

@RodLlanes

Investigador del Cephcis-UNAM