Los gobiernos anteriores, cuando menos los tres últimos, han sido cuestionados por los abusos, malos manejos del dinero, privilegios, empresas fantasmas, desfalco del Isstey, la corrupción y la impunidad.
Estas administraciones realizaron proyectos inconclusos, obras cuestionadas por su viabilidad, derroche económico, nepotismo y un sinfín de pendientes, por los cuales estos gobernadores salieron reprobados por los ciudadanos.
Recordemos que Mauricio Vila fue reprobado por el colectivo “Ya Basta” porque como gobernante no cumplió con los compromisos firmados al inicio de su administración y dejó muchos pendientes; por otra parte, los gobiernos de Ivonne Ortega Pacheco y Rolando Zapata Bello fueron criticados por los abusos, derroche, privilegios, nepotismo y corrupción, incluso surgieron denuncias, pero las investigaciones no avanzaron y no hubo culpables.
Por tanto, Joaquín (Huacho) Díaz Mena tiene la gran oportunidad de convertirse en un buen gobernante o en el mejor de la entidad, a lo que él aspira, incluso estar en la historia junto a Felipe Carrillo Puerto, a quien admira. Pero para lograrlo se requiere de diálogo, de entrega, de honradez, de justicia, de productividad, un gobierno sin privilegios, sin abusos, sin derroches, sin corrupción, sin impunidad, sin nepotismo y buscando siempre el bienestar de las familias y ciudadanos en general.
No es fácil, porque al estar en el poder la mente puede obnubilarse y los compromisos y promesas en beneficio de los ciudadanos y la comunidad perderse entre la amnesia de los funcionarios, que en vez de servir busquen servirse.
Impacto
El primer impacto que sacudió a muchos yucatecos, causando sorpresa y desconfianzas, es la conformación de los integrantes del gabinete. Aquí el priismo rancio hizo de las suyas y muchos priistas que saltaron al partido guinda para apoyar a Huacho recibieron el premio a su esfuerzo en busca de sufragios.
Aquí se pagaron cuotas y compromisos de campaña. Y el gobernador los presume, pues señala que si fueron vistos en la campaña ahora están para ser mirados en el gabinete. Pero estos saltarines estuvieron en esos dos gobiernos priistas tan criticados y sus turbios pasados son mochilas pesadas que llevan en las espaldas.
Y el nepotismo surge desde el principio, pues los Cervera Hernández, colocados en importantes puestos, son hermanos. Rogerio Castro Vázquez es colocado en la delegación Bienestar en Yucatán y su esposa Gladis Uc Echeverría en el Instituto de Educación para Adultos del Estado. Y estos ejemplos quizá se multipliquen al paso de los días en las diversas dependencias.
Los negocios con privilegios, con licitaciones o no, fueron un común denominador en los gobiernos anteriores. Ahora se vislumbra a un empresario que podría tener gran influencia en el gobierno actual: Mario Millet Encalada, pues fue operador financiero de la campaña de Huacho Díaz y, además, ha influido para dejar a dos personas de confianza en el actual gobierno que trabajaron en sus empresas: Dafne López Martínez, ahora coordinador de asesores, y Juan Sánchez Álvarez, secretario de Administración y Finanzas, quien manejará el dinero.
Además, Millet Encalada quiere ampliar sus tentáculos financieros y su mirada va hacia organismos del sector privado, pues ya tiene el ojo puesto en la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en la entidad y su posible candidato sea Felipe Alberto Canul Moguel.
Fichas
Ante esto, sus valiosas fichas podrían moverse para triangular obras y obtener todos, empresario y funcionarios, jugosas ganancias. Y estos negocios turbios deben evitarse, más si el gobernador desea realizar un trabajo ejemplar. Asimismo, los ciudadanos deben ser vigilantes para evitar este tipo de ardides enriquecedoras para unos cuantos.
El Isstey, la Secretaría de Educación y el sector salud son dependencias que se deben sanear ante el saqueo, los privilegios y los negocios que se hicieron en detrimento de los derechohabientes y agremiados.
Es más si el gobernador se atreve a realizar auditorías e investigaciones en serio y a fondo se podrían descubrir a los protagonistas de los daños ocasionados ante los privilegios otorgados.
Huacho Díaz Mena tiene en sus manos la oportunidad de cambiar el ritmo de los gobiernos anteriores y dar un viraje hacia la justicia, la honradez, la productividad, el diálogo y el espíritu de servicio, muy lejos de los privilegios, el derroche, los negocios turbios, la corrupción y la impunidad.
Si los privilegios otorgados para la construcción de obras, el saqueo a las dependencias, las empresas fantasmas y las triangulaciones ilícitas enriquecieron a funcionarios de esos últimos gobiernos, el actual gobernador deberá ser un persistente vigilante para evitar desvíos y favoritismos; por su parte, los ciudadanos también deberán vigilar a esos funcionarios para impedir que se repitan esos golpes a la comunidad y al erario.
Los retos de Joaquín Huacho Díaz Mena son muchos, pero si va adelante buscando diálogo, producción, justicia y bienestar para todos podría pasar a la historia como un buen gobernante, ¿pero sería posible con esos priistas que están incrustados en el gabinete como pago por apoyos de campaña y por los privilegios que se pueden otorgar en la construcción de obras al operador financiero?
Con estos expriistas en el gabinete Huacho Díaz Mena se juega su futuro como gobernante. O se erige como el mejor gobernador de la entidad, a lo que él aspira, o será uno más que intentó mejorar el bienestar de los yucatecos, pero los vicios de siempre y la mala elección de muchos colaboradores lo llevarían al fondo del precipicio de la historia. Al tiempo.— Mérida, Yucatán
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*Profesor
