Carlos R. Menéndez Losa director general de Diario de Yucatán y Grupo Megamedia
Carlos R. Menéndez Losa, director general de Diario de Yucatán y de Grupo Megamedia

CARLOS R. MENÉNDEZ LOSA (*)

El 1 de diciembre de 2018, en su toma de posesión como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se comprometió a no incrementar la deuda pública en términos reales, mantener el nivel de endeudamiento en 44% del PIB e incluso reducirlo. Ofreció financiarse con austeridad, combatir la corrupción y eliminar gastos innecesarios.

Seis años después, ante el desastre financiero y la bomba de tiempo que heredó, Claudia Sheinbaum prometió, en octubre de 2024, reducir el déficit fiscal del 6% del PIB a menos del 3.5% y no aumentar la deuda “de manera descontrolada”. Aseguró que había recursos suficientes, tras el derroche clientelista que le allanó el camino a la Presidencia.

En la semana que termina, se informa que, en los primeros siete años del obradorato, la deuda pública no solo no se redujo —como prometieron—, sino que se incrementó sustancialmente: de los 10.48 billones de pesos heredados en 2018, ascendió a 17.67 billones en mayo de 2025, un aumento del 68%. Como proporción del PIB, pasó del 44 al 53%(bit.ly/4l8xEkx).

La herencia por el derroche en obras improductivas como el Tren Maya y Dos Bocas, el despilfarro electoral de 2024 mediante un asistencialismo clientelar sin freno, y el peligroso aumento en el servicio de la deuda ya encienden las alarmas de organismos como el FMI. Se advierte que el endeudamiento podría cerrar 2025 por encima del 60% del PIB.

El cuento de la austeridad no ha pasado de eso. La eliminación de gastos innecesarios ha sido mínima frente al dispendio en proyectos improductivos, y la lucha contra la corrupción existe solo en la imaginación obradorista. La “Estafa Maestra” de Peña Nieto parece un juego de niños comparada con escándalos morenistas como los de Segalmex y Birmex.

En siete años de “transformación”, la 4T ha sustentado su estrategia en la mentira y el cinismo, en negar la realidad y rehuir la autocrítica. Ha privilegiado la construcción de narrativas convenientes que distorsionan los hechos para sostener su legitimidad, ignorando datos duros, minimizando crisis evidentes y desacreditando a quienes las denuncian.

Se manipula deliberadamente para fortalecer el control político. En lugar de corregir el rumbo ante el fracaso, se impone un relato alternativo que oculta la realidad, culpa a terceros y refuerza la “infalible” imagen presidencial. El régimen morenista se niega a reconocer cifras incómodas y miente sin medida. El objetivo es claro: desactivar la exigencia ciudadana.

El clientelismo prevalece sobre el gasto productivo. Se incrementa la deuda para seguir financiando programas que fortalecen lealtades y dependencia, no para transformar la realidad ni para construir una economía sostenible. Se compromete el futuro al apostar más por clientelas cautivas que por ciudadanos libres, capaces de exigir y cuestionar.

NEGLIGENCIA

Con cinismo inaudito y negligencia perversa, la presidenta de México y el gobernador Díaz Mena se niegan a reconocer que la infraestructura de la CFE en Yucatán es ya obsoleta. Claudia Sheinbaum asegura que el abasto de energía eléctrica es suficiente —lo que a todas luces es falso— y atribuye las protestas ciudadanas a una “campañita de desprestigio”(bit.ly/44CmNZ3).

Servil a su jefa, Huacho Díaz intenta minimizar los errores del régimen culpando de la inconformidad social a la “mediatización por simple mezquindad política”. “Estamos haciendo lo que en décadas no se había hecho”, se justifica el gobernador en un acto clientelista en Mérida al que, mezquinamente, no invita a la alcaldesa de la capital yucateca.

Se intenta ocultar que, en beneficio del asistencialismo clientelar que se ha intensificado en Yucatán, no se ha invertido en generación eléctrica lo que exige el crecimiento poblacional, ni se ha dado mantenimiento adecuado a la infraestructura de producción y distribución de la CFE. El daño a la economía, la vida diaria y la salud de la población es evidente(bit.ly/4lhSpue).

Los regímenes populistas surgen y se fortalecen cuando gobierno y sociedad fallan en responder a las necesidades profundas de la comunidad, cuando amplios sectores de la población no perciben mejoras reales en su calidad de vida. Se genera así un caldo de cultivo para el resentimiento, que el populismo capitaliza mediante un clientelismo perverso.

En contextos de crisis informativa como el que vivimos, donde proliferan las noticias falsas y los algoritmos refuerzan prejuicios, el populismo suele construir narrativas emocionales, simples y virales, que sustituyen los hechos con relatos y simulaciones. Aumenta el desgaste democrático, se debilitan las instituciones y la sociedad se fragmenta aún más.

FRENO CLAVE

El régimen obradorista avanza, al parecer sin freno, por todo México, y Yucatán no es la excepción. El gobierno no oculta su intención de ampliar su control político, comenzando por Mérida. La carrera rumbo a las elecciones de 2027 ya está en marcha, y el objetivo central es claro: frenar a Cecilia Patrón en su camino natural hacia la gubernatura en 2030(bit.ly/4lokzDN).

Quienes no queremos que continúe el deterioro democrático debemos mantenernos alertas y listos para actuar. El reporte del Coneval dado a conocer esta semana sobre la pobreza en Yucatán es alarmante y debería provocar una profunda reflexión, especialmente en la capital, donde la pobreza extrema ya alcanza al 3% de la población, en zonas marginadas(bit.ly/4eEkAB1).

El contrapeso siempre es necesario, y no basta con indignarse. Hay que documentar, exponer y contrarrestar las mentiras con evidencia, claridad y persistencia. Cuando las instituciones pierden autonomía, la sociedad civil debe convertirse en el principal freno, lo que implica respaldar a quienes, desde la crítica, evidencian abusos e incongruencias del poder.

Frente a la manipulación, la deuda irresponsable y el asedio al pluralismo, toca a la ciudadanía mantenerse alerta, informada y exigente. La defensa de la democracia empieza por rechazar la simulación, cuestionar el clientelismo y proteger lo que aún resiste: el voto libre, la crítica pública y la autonomía de las instituciones. Sin frenos, el autoritarismo avanza.

EL CENTENARIO

Al continuar las celebraciones por los 100 años de Diario de Yucatán, ofreceremos al público lector, a partir de mañana lunes, dos nuevos productos que buscan fortalecer la sana relación entre el desarrollo democrático y la información de calidad, aquella que nutre y motiva la reflexión. El primero es el proyecto editorial “Yucatán, 100 años de historia”.

Integrado por dos libros de colección, videos, galerías fotográficas, un micrositio digital y exposiciones itinerantes, este proyecto busca revivir momentos que marcaron el rumbo de Yucatán, México y el mundo en el último siglo. No se trata solo de historia: es también una reflexión sobre la identidad, los desafíos y la lucha por la democracia en la región.

Asimismo, pondremos al servicio del lector, también desde mañana, un apartado especial en el sitio yucatan.com.mx, donde se alojará la vasta producción literaria del tercer director del Diario, don Carlos R. Menéndez Navarrete, fallecido el 7 de julio de 2020. Es un homenaje a seis décadas de defensa de la verdad, la justicia y el pensamiento crítico.

Los invitamos a adentrarse en ese mundo apasionante del análisis y el conocimiento, a través de la historia compartida. En una sociedad marcada por la inmediatez y el exceso de información, detenernos a mirar atrás con serenidad es altamente recomendable. Esperamos que la lectura sea de su agrado. Estamos para servirles.— Mérida, Yucatán

direcciongeneral@grupomegamedia.mx / Apartado especial en el sitio web del Diarioyucatan.com.mx (https://bit.ly/4diiiFP)