La “influencer” Chiara Ferragni y su marido Fedez (semioculto) en la fiesta de sus hijos Leone y Vittoria, cuyo temática fue Pocoyó
La “influencer” Chiara Ferragni y su marido Fedez (semioculto) en la fiesta de sus hijos Leone y Vittoria, cuyo temática fue Pocoyó

PARÍS (EFE).—Hace una década, el gorro azul de Pocoyó estaba en todas partes: era sensación infantil, ganaba premios y vendía juguetes. No se fue del todo, pero en 2023 no se acerca al top 3 de “Paw Patrol”, “Cocomelon” y “Peppa Pig”, ahora en manos estadounidenses.

La empresa francesa que ha adquirido sus derechos busca cambiar eso.

“Queremos reinventar Pocoyó para la próxima generación, para los próximos 20 o 30 años” y ponerlo “donde debería estar, en lo más alto de la industria”, explica Grégory Dray, fundador de la compañía Animaj, que aspira a convertirse en uno de los grandes actores de la industria de la animación mundial en los próximos años.

“No hay muchas marcas que hayan durado 20 años (la creación de Pocoyó data de 2003). Incluso con la falta de inversión en los últimos años, su reputación sigue muy alta”, agrega.

Dray se enamoró de Pocoyó cuando dirigía YouTube Kids —la sección de la plataforma digital enfocada a niños y familias—, así que tuvo claro que el niño del gorro azul sería el pilar central cuando lanzara su propia compañía para desafiar desde Europa a los gigantes estadounidenses de la industria, como Nickelodeon.

“No es un buen signo tener solo una visión del mundo”, opina Dray, especialmente cuando hay “marcas europeas que son increíbles pero que no han llegado al siguiente nivel” simplemente por cuestiones de falta de mercadotecnia.

En junio pasado, en consecuencia, Animaj concluyó el trato por los derechos de Pocoyó con la empresa española Zinkia —que tenía una trayectoria perjudicada por los vaivenes empresariales internos— y comenzó a preparar el plan de choque para reimpulsar la franquicia española.

Zinkia sacará todavía una quinta temporada de Pocoyó, que está ya preparada, y la etapa con el sello de Animaj comenzará en la sexta.

La familia crecerá

La estrategia de la compañía francesa tiene contemplada una película, series derivadas, podcasts, libros y eventos en vivo de Pocoyó, pero también nuevos personajes, como una hermanita del protagonista. Se abrirán igualmente oficinas de Animaj en Madrid para preservar el ADN de Pocoyó, porque es un “símbolo de la excelencia cultural española”, según Dray.

Animaj desvela otra pieza del plan: el regreso al proyecto, después de una década, de Guillermo García Carsí, cocreador del universo Pocoyó junto a David Cantolla y Luis Gallego.

“Es un genio (…) Guillermo es el que llevaba Pocoyó en la sangre”, indica Dray sobre el que fuera director de las temporadas uno y dos, las que acumularon la mayoría de los premios.

Por su parte, García Carsí, quien en los últimos tiempos estuvo implicado en el proyecto de la aplicación móvil española de contenidos educativos Lingokids, se confiesa con ganas de sacar de los cajones las historias de Pocoyó que nunca pudo convertir en realidad.

“Yo creo los personajes y sus personalidades y dirijo las dos primeras temporadas. Pero me voy antes de que acabe la segunda temporada y ahí empieza el éxito total. Lo he vivido un poco como un ‘outsider’ (desde fuera)”, explica García Carsí.

En su día, se alejó de Pocoyó porque sentía que le “estaban empujando un poquito” y porque, después de haber hecho más de cien episodios, “estaba cansado creativamente”.

Para esta nueva etapa, García Carsí planea ser “más ambicioso” y no repetir simplemente lo que ya hizo, pero desea mantener la esencia original —“me sale natural”, promete— que ha sabido crear fans de Pocoyó por todo el mundo, no solo en España.

En las fiestas

Prueba de esa gran reputación del personaje, apunta Dray, es que la italiana Chiara Ferragni, considerada la “primera influencer”, ambientó este mismo año una fiesta de cumpleaños de sus hijos con pasteles de Pocoyó.

Tanto Dray como García Carsí creen que el sitio natural de Pocoyó tiene que estar en el podio mundial de las series de animación infantiles y son optimistas respecto a conseguirlo.

Animaj, de hecho, quiere moverse en el top 10 de la industria, si no entre las cinco mayores, a partir de un plazo de cuatro años.

La compañía francesa, con sede en París, ha levantado de momento 100 millones de euros en financiación, entre recursos propios y préstamos para las primeras adquisiciones, y está respaldada por fondos de inversión internacionales, como el estadounidense Left Lane Capital, el francés Daphni y el francoalemán XAnge.

“Tenemos mucho para ofrecer al mundo”, no solo “vender muñecos”, sino promover “valores de respeto y tolerancia desde una edad joven”, asegura Dray.

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