Las reconstrucciones virtuales de las zonas arqueológicas y el trabajo detallado en algunos edificios o estructuras, realizado con un sustento histórico, representan una aportación importante al trabajo de campo de los arqueólogos y también permiten a los visitantes conocer los pormenores de edificios a los que no está permitido entrar, dando un panorama más amplio y visualmente muy completo de lo que hay dentro.
Así lo puso de manifiesto el arqueólogo Miguel Ángel Salazar Gamboa, durante la conferencia que ofreció ayer como parte del Simposio de Cultura Maya Ichkaantijoo, que se realiza en el Centro INAH Yucatán.
El ponente presentó la conferencia “Las reconstrucciones virtuales, uso y aplicaciones en arqueología maya: tres casos de estudio, Oxkintok, San Pedro Cholul y Chichén Itzá”.
En su intervención brindó un panorama del trabajo que ha realizado con otros compañeros para recrear algunas zonas arqueológicas de manera virtual, incluyendo partes que aún no han sido habilitadas para visita, y edificios a los que se está dando mantenimiento como parte de los programas del INAH.
Reconstrucciones virtuales de las zonas arqueológicas
Miguel Ángel Salazar precisó que tiene unos seis años trabajando en la rama de las reconstrucciones virtuales, que son un intento de recuperación visual en un momento determinado de una construcción u objeto fabricado por el ser humano en el pasado, partiendo de las evidencias físicas existentes sobre dicho vestigio, las inferencias comparativas científicamente razonables y, en general, todos los estudios llevados al cabo por arqueólogos y demás expertos vinculados con el patrimonio y la ciencia histórica.
Habló de cómo es el flujo de trabajo al realizar las reconstrucciones virtuales, que pasan primero por la planimetría, en la que se requiere la utilización de dibujos de planta, corte y alzados y puede incluir modelos fotogramétricos; el modelado, que es la creación de los objetos a partir de “quads”; el mapeado UV, que es el desplegado de un mapa de textura sobre los objetos modelados, y el texturizado, que refiere a la aplicación de texturas sobre el mapeado.
Asimismo, se trabaja en la iluminación, que consiste en el añadido de luces y/o imágenes para la ambientación e iluminación de la escena, y el “renderizado”, que es la representación gráfica final de la creación digital de una imagen fotorrealista.
Luego de explicar la metodología, Salazar Gamboa detalló los proyectos en que han trabajado, como es el caso de la zona de Oxkintok, del período Clásico temprano y Clásico tardío.
Recordó que en 2019 se tuvo una primera aproximación al trabajo de campo y cómo se vería el conjunto monumental de ese sitio. Fue un proyecto colaborativo apoyado en topografía y fotometría aérea y terrestre por dron.
Explicó que en el proceso se incluyó una hipótesis y comparativos de otros sitios para la reconstrucción, y en 2021 se retocaron varios aspectos, ya que se va actualizando la información.
Para qué sirve una reconstrucción virtual
La idea a mediano plazo es abarcar toda el área, no solo la parte que se puede visitar actualmente, pues es un sitio amplio y complejo, y hay que tomar en cuenta el aspecto doméstico y las estructuras no monumentales.
Destacó que el trabajo de reconstrucción realizado de manera virtual permite, por ejemplo, mostrar una estructura principal de tres niveles laberínticos, a la que los visitantes no tienen acceso por dentro, pero que por medio de señalética se puede tener una visualización comprensible.
También se refirió a los trabajos efectuados en San Pedro Cholul, donde se encuentra una zona residencial, y donde en 2019 se comenzó a trabajar en la parte norte, en un área de salvamento recuperada.
En el sitio se aprecia una arquitectura vernácula, y por el momento los trabajos se han centrado en el área nuclear del sitio.
Se ha hecho un modelo fotogramétrico y se añadieron caminos entre conjuntos y área de cultivo, se señalaron estructuras piramidales, cenotes, para una mayor vitalidad del sitio y apego al uso que creen que tuvo.
Apuntó que aún hay mucho que trabajar en esta área. En el caso de Chichén Itzá, puso como ejemplo de las reconstrucciones virtuales el baño de vapor, que muestra las tres partes que lo componen y la vista final.
Indicó que la señalética muestra cómo es por dentro, ya que no se puede entrar, pero en los “renders” se observan la galería, el baño de vapor y cómo se usaban.
De igual manera mostró las reconstrucciones de pintura mural en el templo superior de Jaguares. La labor de reconstrucción digital dejó ver lo impresionante que fueron los murales.
El arqueólogo destacó que todos estos trabajos se realizan con una base de sustento histórico, cada elemento está basado en los datos que se tienen.
