La Ley Bitcoin de El Salvador ha colocado a la comunidad cripto de habla hispana en el centro del criptoespacio. Bukele ha hecho historia legalizando el uso del BTC en el país salvadoreño, desarrollando incluso un wallet local sin comisiones. Pero El Salvador no es el único país latino que está apostando fuertemente por la economía 3.0.
Evolución del criptoespacio en LATAM
Tras la adopción de Bitcoin en El Salvador, el interés por la divisa de Nakamoto se ha disparado en LATAM. Algunos países de la región, como Paraguay, parece que tienen intención de seguir los pasos de Bukele adoptando el BTC como moneda de curso legal.
En otros países latinoamericanos, los estudios muestran que las criptodivisas ganan popularidad a gran velocidad. En este sentido, los datos indican que un tercio de la población chilena, colombiana, argentina y mexicana aprobaría la adopción del BTC, aunque bajo una regulación estricta.
El caso de Chile es destacable. La compraventa de activos digitales ha aumentado de tal forma que la compañía Krypto Ledgers ha lanzado una plataforma para ayudar a los inversores. El objetivo de la herramienta es calcular las ganancias con los impuestos oportunos según la legislación local.
Más allá de las criptomonedas, LATAM destaca por la aplicación de la tecnología blockchain en proyectos de corte social y administrativo. En México encontramos multitud de ejemplos de este uso de la blockchain por encima de la especulación, como los certificados COVID de MSD México o la plataforma Avalanche usada por la Administración en Quintana Roo.
El sector del deporte también ha recibido con los brazos abiertos las ventajas que ofrece el criptoespacio. La tecnología blockchain está sirviendo de medio para muchos proyectos, especialmente en Argentina, donde el Racing Club ofrece fan tokens a sus hinchas. También tenemos el token en honor a Maradona, el Maradólar.
Economía 3.0 en España
Al otro lado del Atlántico, la liga de fútbol española también ha aprovechado el potencial de las cripto. LaLiga se asoció recientemente con Sorare para lanzar una serie de tokens no fungibles emulando las clásicas estampitas de futbolistas, pero en versión digital.
Algunos clubes han llegado a desarrollar su propio token, como el Barça. El equipo culé publicó un comunicado a finales de junio anunciando el lanzamiento del BAR, que lleva cotizando entre los 15 y los 20 euros desde el mes de septiembre. Pero no todo es cuestión de fútbol en España.
La tecnología blockchain se ha expandido en multitud de áreas de la economía española. Evidentemente, los bancos fueron los primeros en lanzarse a la piscina del criptoespacio. El acuerdo entre Banco Santander y Ripple supuso un punto de inflexión en este sentido, animando a otras entidades a probar suerte.
CaixaBank y el BBVA le han seguido la pista a la entidad presidida por Ana Botín. Por un lado, el banco catalán ha firmado con Onyze para lanzar un servicio de compraventa de criptoactivos. Lo mismo hizo en su momento BBVA, enfocándose en la custodia de bitcoins en territorio europeo.
Esta proyección del criptoespacio en España es positiva para la economía del país, pero conlleva problemas de seguridad, además de poner sobre la mesa el tema de la regulación. Ambas cuestiones ya se están abordando tanto desde el sector privado como desde el público.
El Congreso de los Diputados ha aprobado un texto legal con la intención de crear un espacio seguro para el crecimiento de las fintech españolas. Este sandbox ya está funcionando, tal y como muestra el despegue de Vottun asociándose con Atrevia y Stellar (de la que ha recibido una inversión de 730k euros).
Desde el sector privado, la criptoseguridad se está planteando como una necesidad basada en la innovación. Prosegur se ha presentado como un referente, anunciando en septiembre la apertura de un departamento dedicado al criptoespacio.
Su objetivo principal es ofrecer servicios de custodia totalmente seguros. Para conseguirlo, Prosegur ha construido un auténtico búnker que reduce al máximo los riesgos físicos y digitales asociados a la custodia de criptoactivos y todas las transacciones asociadas a la compraventa y envío de activos digitales.
El Crypto Búnker de la compañía madrileña es un edificio prácticamente inaccesible para los piratas informáticos y los amigos de lo ajeno. Más de cien medidas de seguridad diferentes mantienen los criptoactivos a salvo, destacando la posibilidad de realizar operaciones offline.
(I.S.)
