Carlos Verde Carrillo acomoda uno de los “viejos” que ofrece en su tienda de Los Reyes

A pocos días de las celebraciones de Año Nuevo, los tradicionales “viejos”, elaborados con ropa y rellenos de pirotecnia, aún no asoman por todas las acostumbradas calles de la ciudad donde se comercializan, entre ellas avenidas y vías aledañas a las plazas comerciales.

En cambio, los que sí ya se ofrecen son los elaborados en forma de piñatas, que se encuentran en las tiendas de dulces y de artículos para fiestas infantiles, como por ejemplo los establecimientos de la Calle Ancha del Bazar.

Algunos entrevistados opinan que a partir de mañana ya deben aparecer en gran número, otros dijeron que no lo hacen porque no cuentan con los permisos para vender la pirotecnia con que vienen rellenos y temen que se los decomisen.

Este “relleno” es lo que les deja las mejores ganancias, más que la confección del “viejo”, comentaron.

Salen caros

Comerciantes de piñatas entrevistados consideraron que ya no se venden mucho los “viejos” tradicionales por lo caro que salen, sobre todo por la pirotecnia con la que se rellenan.

En años pasados han alcanzado precios cercanos a los 1,000 pesos, incluso mayores, recordaron si son más grandes o están más “cargados”.

“La gente prefiere llevarse mejor una piñata, que las hay desde los 30 pesos hasta los 200 y se puede quemar, romper, llenar de dulces o de petardos y ‘chifladores’”, comentó Santiago Ferráez Góngora, comerciante de dulces y piñatas.

El entrevistado opinó que de romperse o quemarse como una piñata con luces o “chifladores”, sin los famosos petardos que cada vez se diseñan para hacer más escándalo, se puede evitar el daño auditivo que provoca a muchas personas y, en especial, a los animales.

La quema de año viejo es una costumbre que se mantiene viva en algunos estados, se trata básicamente de la quema de un muñeco de trapo que simboliza al año que se va.

Este muñeco se rellena completamente de pólvora y paralelamente a las 12 campanadas del 31 de diciembre de cada año es encendido.

En los últimos años se ha convertido en una de las tradiciones más arraigadas de los yucatecos para despedir el año que termina.— Luis Iván Alpuche Escalante

Aparición

Según datos recabados, en Yucatán empezaron a verse “viejos” en las puertas de las casas esperando a ser quemados desde hace más de 30 años, con muñecos elaborados por los vecinos, quienes colaboraban con la ropa y con una aportación económica para las bombas y cohetes para rellenar el cuerpo.

Políticos

A los tradicionales “viejos” se suman piezas que representan a personajes de la política, los cuales son vendidos a precios más altos que los “normales” y en los últimos años han aparecido las efigies de piñata, mucho más económicas.