Todos saben los beneficios y servicios ambientales que aportan los árboles, pero es poco conocido que también son una “medicina natural” para algunas enfermedades emocionales y del sistema nervioso.

La bióloga Lilia Emma Carrillo Sánchez, coordinadora de Colecciones y Horticultura del Jardín Botánico “Doctor Roger Orellana” del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), tiene claro, por experiencia y estudios, que los árboles tienen un impacto positivo en la salud de los seres humanos.

“Durante y después de la pandemia del Covid-19 todos tuvimos de alguna manera algún bajón emocional”, señaló en entrevista con el Diario sobre el arbolado urbano, cuya primera entrega se publicó el domingo pasado.

“En ese período de encierro y restricciones nos sentíamos tristes, sin ganas de hacer algo por el asunto de la pandemia, pero asomarte a tu ventana, ver lo verde que están los árboles, esa visión positiva inmediatamente te baja la presión arterial, te mejora el estado de ánimo”, expuso.

“Tener zonas arboladas y ver lo verde, caminar bajo la sombra de los árboles, todo eso redunda en una mejor calidad de vida. El que haya una mejor calidad de vida hace que una persona no vaya tanto al doctor, no consuma muchos medicamentos y eso influye en la economía”.

Estudios avalan salud con los árboles

La bióloga del CICY dijo que con solo no ir a las consultas con el doctor para la atención de la alta presión es un ahorro, pero también disminuye la ansiedad, el consumo de medicamentos, toda esa carga de gastos se reduce.

“Hay estudios científicos que demuestran que los árboles ayudan a bajar los índices de violencia”, aseguró. “Las zonas habitadas arboladas, principalmente que cumplen la norma de la OMS de tener 16 metros cuadrados de zonas verdes por habitante, tienen hasta un 50% menos en sus índices de violencia”.

“Eso es un beneficio social porque ya no tendrán a los militares y tantos patrullajes policíacos vigilando la colonia, lo que también es un ahorro para el estado, habrá una zona habitacional más arbolada, más amable con la naturaleza y eso mejora la calidad de vida de las personas”.

Además de los beneficios a la salud humana, la bióloga destacó los aportes ambientales de los árboles en las ciudades, como Mérida: los árboles capturan CO2, fijan el carbono, la sombra de los árboles disminuye la temperatura ambiental, producen oxígeno, entre otros beneficios.

“El Ayuntamiento organizó un curso con especialistas que manejan la herramienta i-Tree, que mide cuánta captura de carbono realizan los árboles, están trabajando con esa metodología, es muy interesante, aquí en el jardín botánico hicimos algunas capturas de CO2 y sí se palpan los beneficios y servicios ambientales de los árboles”, señaló.

“Los árboles son seres vivos, de repente mueren y caen, por ello es importante plantar los árboles adecuados de acuerdo con los espacios disponibles. Para los camellones angostos de las avenidas de la ciudad sí hay árboles que pueden cumplir su función estética, urbana y ambiental, incluso para las casas de interés social con poco terreno hay especies idóneas”.

Necesario plantas especies de árboles adecuados

A su decir, en los camellones centrales de las avenidas con poco espacio se pueden sembrar plantas de arbustos que aporten una bonita imagen y sean fuente de alimento de aves e insectos polinizadores.

No se necesita que en los camellones haya árboles grandes, con los árboles y arbustos recomendados por el CICY hay la garantía de que no generarán problemas a los habitantes ni romperán la infraestructura urbana.

Hay especies de árboles para todo, hasta para las casas más chiquitas, y cumplen sus funciones ambientales, además de capturar el CO2 y producir el oxígeno que respiramos”, reiteró.

“Los árboles son barreras de sonidos, atrapan contaminantes, enfrían el viento, tienen en sus hojas una capa de agua que no se ve, pero refresca los lugares donde están, como es el jardín botánico, capturan carbono y embellecen los lugares”.

La especialista destacó que los árboles también son refugio de aves y de insecto, son fuente de alimento para los polinizadores.

“Son el hábitat de la fauna urbana, como los pájaros que se posan en sus copas. Qué mejor despertar con el canto de los pájaros, el ruido de las ardillas que viven en ellos, donde los hay”, dijo.

“Ahora que todos están preocupados por las abejas se pueden plantar árboles melíferas como el balché, el zizilché, tulipán, entre otras especies que también sobreviven gracias a los árboles”.

“Las abejas están buscando su alimento en amplios radios porque se ha urbanizado mucho fuera del Periférico, donde ya hay construcciones. Lo mismo le pasa a las abejas meliponas, mariposas, murciélagos, escarabajos y ratones, que también son polinizadores”.

 

 

Joaquín Orlando Chan Caamal, reportero de la Agencia Informativa Megamedia (AIM); es periodista desde 1987 y en 1993 ingresó a Diario de Yucatán, buque insignia de Grupo Megamedia. Escribe sobre el ámbito local y peninsular, especialmente contenidos sobre educación, economía, medio ambiente, sectores empresariales, sociedad y seguridad.