En medio de información dispersa sobre los avances del proyecto del Tren Maya, el ingeniero Francisco Javier Gorostiza, quien fue alto funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y de Ferrocarriles Nacionales de México, considera que el único tramo que se podría poner en servicio antes de finalizar el sexenio es el 4, entre Mérida y Cancún.

El experto en ferrocarriles indica que está muy fragmentada la información disponible sobre el avance físico de terracerías, obras de drenaje, pasos a desnivel, puentes, estaciones, talleres y oficinas. Por tanto, enfatiza, no es posible determinar si las obras civiles estarán terminadas para poner el proyecto en servicio a fines de 2023.

“Particularmente habría duda en lo referente a los tramos 5, 6 y 7, por los amparos judiciales y fuerte oposición de comunidades de la región, algunas en defensa del medio ambiente y otras exigiendo indemnizaciones justas por sus terrenos”, puntualiza.

“Además, hay que añadir la complejidad de los estudios de mecánica de suelos y construcción de las obras de ingeniería para colocar plataformas de concreto elevadas que se están proponiendo, con el objeto de no afectar cenotes y ríos subterráneos entre Playa del Carmen y Tulum”.

El miércoles y jueves pasados publicamos parte de los puntos de vista que el ingeniero Gorostiza compartió con el Diario. Entre otras cosas, señaló que es técnicamente imposible que el Tren Maya entre en funciones en diciembre de 2023.

A continuación abundamos en sus comentarios:

  • —De los siete tramos que integran el proyecto, en mi opinión el único que se podrá poner en servicio público antes de terminar el sexenio en 2024 es el 4, entre Mérida y Cancún. No quiero dejar de insistir en la importancia de dejar para el futuro el tendido de doble vía en este trayecto por considerar que los volúmenes de tráfico esperados a mediano plazo no justifican por el momento la inversión respectiva.
  • —Tampoco recomiendo la electrificación de este sector por su alto costo y por no ser compatible con la operación de trenes de mercancías de larga distancia que necesariamente operarán con tracción diésel eléctrica.
  • —Indudablemente, la muy probable puesta en operación del Tren Maya entre Mérida y Cancún beneficiará al flujo de turistas hacia la capital del estado de Yucatán, pero es muy importante reiterar la necesidad de que la terminal de pasajeros quede dentro de la ciudad de Mérida y no en Teya.
  • —Por encontrarse dentro de la ruta del tramo 4, un aspecto a considerar por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es reglamentar el acceso para no fomentar la sobreutilización y deterioro del sitio arqueológico de Chichén Itzá, que en los primeros cinco meses de 2022 ocupó el primer lugar como ruina más visitada del país, siendo Teotihuacán el segundo en importancia. No sería remoto que la Unesco sugiriera restringir el número de visitantes diarios como lo hizo en Machu Picchu, en Perú, por ser patrimonio cultural de la humanidad.
  • —Por último, recalco mi propuesta de que, además de cancelar definitivamente los tramos 5, 6 y 7, se otorgue prioridad a la rehabilitación de vías y reforzamiento de puentes del tramo existente de 330 kilómetros entre Coatzacoalcos y Palenque para conectar al Tren Maya con el resto de la red ferroviaria nacional para el tráfico de mercancías, única área de negocios con potencial de rentabilidad económica. Esta obra ya está autorizada por el Gobierno Federal y en principio estará a cargo de la Secretaría de Marina. Sin embargo, según mi criterio dicha responsabilidad debe corresponder a la Subsecretaría de Infraestructura, Telecomunicaciones y Transportes, o bien, por sus características, su ejecución y posterior operación podría ser concesionada al sector privado.