Elementos del Ejército realizaron un camino alterno de 1.2 kilómetros para llegar a la zona arqueológica de Chichén Viejo, en Tinuc, en un intento por librar un conflicto con empresarios hoteleros que cerraron el paso y lograr la apertura programada para este 3 de septiembre, de acuerdo con información de “Reforma”.
Arqueólogos y vigilantes de la zona denunciaron que la apertura del nuevo trazo careció de protocolo de salvamento y se han localizado restos arqueológicos que el propio INAH ha exhibido.
La ciudadela a la que se busca acceder es parte del Programa de Mejora de Zonas Arqueológicas (Promeza), que se planteó como parte de las obras complementarias del Tren Maya.
Al evento acudirá el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien supervisará el tramo de la obra.
Ante la premura de la inauguración, los soldados abren paso entre los predios particulares debido a que desde el 14 de agosto la familia Barbachano, dueña del lugar, negó la entrada a trabajadores que llevaban al cabo las labores de restauración y colocaron letreros en lo que se leía: “Propiedad privada. Los invasores serán procesados conforme a la ley”.
Diego Prieto, titular del INAH, reconoció el 21 de agosto que Chichén Viejo se ubica en lotes privados, pero aseguró que realizarían la apertura del espacio sin afectar los terrenos de la familia.
“Las zonas de monumentos arqueológicos tienen, tendencialmente, que pertenecer a la Federación para cuidarlos, por dictado de ley son propiedad de la nación, inalienable, imprescriptible e inembargable, por lo que todo monumento arqueológico está fuera de cualquier proceso de enajenación”, explicó.
El funcionario detalló que el acceso original era desde un predio cercano a las estructuras de El Caracol y Monjas, al sur de El Castillo, propiedad de Isabel Barbachano.
El Tren Maya pasa entre las zonas arqueológicas Chichén Itzá y Chichén Viejo, por lo que se tiene previsto en el área un paradero para que turistas puedan visitar ambos sitios.
