Mérida es una ciudad con casi cinco siglos de antigüedad, posee una belleza arquitectónica única con estructuras centenarias bien conservadas; sin embargo, han ocurrido hechos espeluznantes, que por la magnitud de su horror dieron origen a casas embrujadas y leyendas de aparecidos.
Existen sonados casos que sacudieron a Mérida, donde algunas personas perdieron la vida de forma aterradora, cuyas fantasmagóricas figuras merodean aquellos escenarios de las tragedias y, a veces, se dejan ver, porque sus espíritus no descansan en paz.
Así han surgido leyendas de aparecidos que desafían la ley de la física en casas embrujadas en Mérida donde se registra actividad paranormal.
¿Qué son las leyendas?
Y es que las leyendas son relatos con referentes reales que narran sucesos sobrenaturales o extraordinarios que son parte del folclore y al transmitirse de forma oral son una tradición viva.
Aunque algunos creen que después de la muerte no existe nada y otros suponen que irán al cielo, al infierno o al purgatorio, muy en el fondo la mayoría intuye que la vida no acaba con la desintegración del cuerpo físico.
Casas embrujadas en Mérida y leyendas de aparecidos
A continuación, te contamos inquietantes leyendas de aparecidos en casas embrujadas en Mérida que narran historia de intrigas, pasión, ira, venganza y temor que han traspasado el umbral de esta encarnación.
Casa El Pinar
El Pinar ubicada entre las calles 35 y 33, sobre la emblemática calle 60 de Mérida, es una antigua mansión construida por el año de 1900, aunque hay discrepancias en fehas.
Pues la Biblioteca Yucatanense, en Mérida en la Historia dice que perteneció a Miguel Peón Casares en 1906, pero la página oficial del sitio dice que se construyó en 1915.
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Se tiene registro de que la residencia también perteneció, en 1974 a Margarita Amira Lizarraga Rosado, esposa de Vicente Erosa Cámara, quien la vendió dos años después a Alberto Bulnes Guedea, excónsul de Austria en Mérida.
Lo cierto es que esta casona de muros color rosa y estilo europeo que hace muchos años marcaba la frontera donde terminaba Mérida e iniciaba el pueblo de Itzimná, está envuelta en un halo de misterio, por una historia de dolor, locura y muerte.
Un joven matrimonio portugués habitaba esa casa por ahí de 1984, probablemente rentada, y a la esposa la mordió un murciélago que le transmitió la rabia, lo que le habría causado irritabilidad, cambios bruscos de humor y alucinaciones.
Alaridos de dolor rompían la quietud de la noche
Aunque ya existían las vacunas antirrábicas los tratamientos no estaban tan avanzados, por lo que la joven mujer daba alaridos de dolor que la quietud de la noche expandía con más intensidad.
Ningún medicamento lograba calmarla, por ello el esposo cansado y temeroso de la agresividad de la mujer, decidió encerrarla en una habitación de la casa El Pinar hasta que finalmente falleció y el esposo abandonó la propiedad.
Sin embargo, cuando ya nadie la habitaba, vecinos y transeúntes escuchaban desgarradores gritos, murmullos y ruidos provenientes de la casa El Pinar.
Incluso hay quienes aseguran que han visto la silueta de una mujer en sus jardines, entonces se corrió el rumor de que su espíritu seguía penando.
Tiempo después, en 1990, la casa El Pinar Tiempo se vendió a José Trinidad Molina Castellanos, para habitarla con su esposa, María Lucía Casares Espinosa.
De acuerdo con el investigador Israel Katzman en su libro Arquitectura del siglo XIX en México, el monuental diseño de la casa El Pinar estuvo a cargo del arquitecto Pío Piacentinno.
La dirección de la obra la realizó el ingeniero Enrico Deserti, los mismos que edificaron el emblemático teatro José Peón Contreras.
Hoy la casa está abierta al publico y puede verse como en su época de esplendor.
Casa La Jardinera
La casa La Jardinera es una de las famosas esquinas de Mérida en la calle 65 y 72, cerca de la fábrica de Sidra Pino, en el barrio de Santiago.
El horror que albergó ha trascendido en el tiempo fue sede de un triple asesinato el 23 de febrero de 1976.
La gente que vivió en esa época cuenta que el carpintero José Candelario Mis Paredes asesinó a martillazos a tres miembros de una familia.
Se trata de la agiotista Eneida Ricalde de Poveda, su esposo el doctor Arcadio Poveda Cárdenas (padre del científico yucateco Arcadio Poveda Ricalde fallecido en 2022) y la hija Eneida Poveda Ricalde.
El ebanista intentó convencer a la agiotista Eneida Ricalde, de 37 años, para que le prorrogara una deuda, en la que estaba de por medio su vivienda en la colonia Santa Rosa, pero ella se negó, por lo que a él le propinó salvajes golpes con un martillo.
Como sacado de una película de terror
Como sacado de una película de terror parecía cumplirse lo que dice sobre el agiotismo la Biblia, que en el libro de Ezequiel 18:3 reza: “el que presta a interés comete abominaciones y su sangre será sobre él”.
Al oír los gritos de la mujer, la hija y el esposo se acercaron, pero ambos fueron atacados mortalmente por el enloquecido carpintero.
Este le acestó un golpe seco con el formón y le destruyó el marcapasos a don Arcadio.
Sólo la empleada doméstica Luz María Estrella Balam, logró salvar la vida pues el carpintero intentó arremeter contra ella, pero ella logró huir y pedir auxilio.
Luego del trágico hecho, los vecinos decían que se observaban sucesos sobrenaturales, pues veían figuras de personas que no eran claras.
También señalaban lamentos provenientes de la terraza donde ocurrió el multihomicidio, tal vez por lo cruel del asesinato, como si las almas siguieran errantes.
Y por azares del destino, resultó que la madre muerta era familia de la prestamista Elda Zurita Azcorra de Ricalde y Cynthia Sué Ricalde Zurita.
A mbas asesinadas también salvajemente en su casa del mismo barrio. Pero ese aciago relato te lo contamos a continuación.
Casa Zurita, otra de las casas embrujadas en Mérida con leyendas de aparecidos
Dicen que quien desconoce la historia está condenado a repetirla y parece ser el caso en la casa Zurita.
Ubicada enn el barrio de Santiago en la esquina de las calles 68 y 57, fue escenario de una cruenta escena el 22 de agosto de 1999.
El suceso que ahí ocurrió tiene similitudes con el anterior y también sacudió a la sociedad meridana por la crudeza de la masacre.
Elda Zurita Azcorra de Ricalde de 70 años, es otra usurera que protagonizó esta sangrienta historia, como si el referente de la familia Poveda Ricalde no hubiese sido suficiente lección.
En aquella funesta fecha, la propietaria confiada le abrió las puertas de su casa a cinco personas, pues uno de ellos era su cliente.
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Sin embargo, una vez adentro, harto de pagar elevados intereses, empezaron a golpearla para que ella revelara dónde ocultaba su dinero, joyas y documentos de propiedades que le dejaban en garantía de los préstamos de dinero.
Tortura hasta la muerte
Pero Elda Zurita Azcorra se negó, por lo que fue torturada hasta la muerte.
Así, tras dejar el cuerpo inerte registraban la casa cuando apareció la hija Cynthia Sue Ricalde Zurita, de 35 años, junto a su novio.
Lo que siguió después fue escalofriante: a la señora y su hija, famosa bailarina, les destrozaron el rostro y el cráneo a martillazos.
El novio también fue brutalmente golpeado, pero milagrosamente sobrevivió, y fue de ayuda para atrapar a los asesinos.
Los vecinos dicen que hicieron varios reportes a la policía porque tras el horror que ocurrió en el lugar se escuchaban gritos y lamentos.
Además, algunos decían que veían a una mujer en la propiedad, quizás el alma en pena de Elda Zurita Azcorra, tan apegada a las cosas materiales que se niega a abandonar la casa.
No obstante, cuando los policías llegaban no hallaban a nadie ni rastros de que personas hubieran estado en esa casa abandonada.
Así, esta se convirtió en otra de las casas embrujadas de Mérida con su leyenda de aparecidos, pues varias personas dicen que se les eriza la piel de sólo pasar por las inmediaciones.
Casa Santa Cecilia: otra de las casas embrujadas en Mérida con leyendas de aparecidos
La casa Santa Cecilia con características arquitectónicas porfirianas neoclásicas, se ubica en la avenida Colón, a un costado del hotel Villa Mercedes.
Sus paredes atestiguaron el doble asesinato de un matrimonio de adultos mayores en mayo del 2016, los esposos Juan Manuel y Lucely, de 91 y 87 años respectivamente.
La autoridad detuvo a los delincuentes, reincidente en robo a casas-habitación, quienes bajo los influjos de drogas, allanaron la vivienda para llevarse pertenencias ajenas.
Sin embargo, estos se hallaban dormidos y al oír ruidos despertaron, entonces los asaltantes amarraron y mataron sin piedad al par de ancianos para acallar sus gritos.
A Juan Manuel, un violinista, lo asesinaron con un arma blanca y a Lucely la estrangularon.
Sin embargo, la Fiscalía tenía otros datos, pues aunque inicialmente les dieron una pena de 30 años por doble asesinato, el veredicto dio un giro.
En octubre del 2019, el Tribunal Segundo absolvió a ambos, porque no hallaron prueba contundente que situara a los sujetos en el lugar, fecha y hora del crimen.
Tras el macabro crimen surgió una leyenda de aparecidos, pues vecinos decían que veían en el lugar, a lo lejos, la silueta de una pareja de ancianos.
También escuchaban ruidos como si siguiera habitada la casa Santa Cecilia, aun cuando ya estaba abandona.
Desde el 10 de octubre de 2022 la de Santa Cecilia es una de las casas embrujadas en Mérida.
Se abrió al público como ‘La Mansión del Terror MID’, con gran afluencia de curiosos deseosos de comprobar si es cierto que ahí se perciben energías sobrenaturales.