El Grinch pasea por el Centro previo a la Nochebuena. Todo lo que encierra las festividades navideñas puede llegar a sobreestimular y estresar a los adultos mayores que padecen demencia, señala una psicóloga
El Grinch pasea por el Centro previo a la Nochebuena. Todo lo que encierra las festividades navideñas puede llegar a sobreestimular y estresar a los adultos mayores que padecen demencia, señala una psicóloga

Las fiestas decembrinas implican cambios bruscos en la rutina, como el aumento de ruido, luces, personas y olores, así como expectativas sociales. “Para una persona con demencia, el cerebro tiene menos capacidad para procesar y filtrar estos estímulos, lo que puede generar una sobrecarga sensorial”, advirtió Marilú Ancona Rosas, psicóloga y tanatologa.

Al alertar sobre los riesgos emocionales y físicos que las celebraciones decembrinas pueden representar para los adultos mayores que viven con demencia, la también presidenta de la Asociación Yucateca de Suicidología dijo que lo anterior “puede dar lugar a confusión aguda, desorientación, agitación, irritabilidad e incluso alteraciones del sueño”.

A petición del Diario la profesional hizo un análisis sobre cómo los cambios que traen las festividades pueden afectar profundamente la salud mental de esta población vulnerable.

Marilú Ancona enfatizó que lo que para las familias puede ser una celebración alegre, para los adultos mayores con demencia puede vivirse como un caos.

“Desde la psicología, observamos que estos individuos pueden experimentar angustia, sensación de amenaza o pérdida de control, a pesar de que el ambiente sea festivo para los demás”.

Errores en familias con adultos mayores

La especialista identificó varios errores comunes que cometen las familias durante las festividades, como pensar que “no pasa nada” o que la persona con demencia “no se dará cuenta” de los cambios.

“La realidad es que sí perciben emociones y tensiones, aunque no puedan comunicarlas claramente”, advirtió la psicóloga.

Los especialistas (psicólogos, psiquiatras, neurólogos) coinciden en otros errores frecuentes como romper por completo las rutinas y cambiar horarios de comida, sueño o medicación, que aumentan el riesgo de descompensación.

Además exponerlos a reuniones largas y con muchas personas, las visitas múltiples, los abrazos constantes o hablarles todos al mismo tiempo genera ansiedad y agotamiento.

Forzarlos a participar como antes, pedirles que bailen, conversen, recuerden o se esfuercen puede vivirse como humillante o frustrante, indicó.

Corregirlos o confrontarlos, decir “eso no pasó”, “ya te lo dije”, “no seas exagerado” incrementa la confusión y el malestar emocional, explicó.

Recomendaciones para cuidar la salud mental del adulto mayor

Para mitigar los riesgos, Marilú Ancona Rosas compartió recomendaciones clave que los especialistas en salud mental sugieren para reducir la sobreestimulación en reuniones decembrinas:

  • Menos es más: Optar por reuniones pequeñas y predecibles, y reducir el número de visitas diarias.
  • Cuidar el ambiente sensorial: Usar música suave y a bajo volumen, evitando luces intermitentes o decoraciones excesivas.
  • Respetar horarios: Mantener rutinas de comida y sueño habituales, evitando celebraciones nocturnas prolongadas.
  • Crear un espacio seguro: Disponer de un lugar tranquilo donde el adulto mayor pueda retirarse si se siente abrumado.
  • Preparar a las visitas: Explicar cómo interactuar con el adulto mayor, hablando despacio y evitando preguntas que pongan a prueba su memoria.
  • Observar señales de alerta: Estar atentos a señales como inquietud, irritabilidad o llanto, que pueden indicar sobreestimulación.

La psicóloga también subrayó la importancia de respetar la historia personal, los gustos y las rutinas del adulto mayor.

Identidad del adulto mayor

“Respetar su identidad, incluso cuando la memoria se deteriora, es fundamental para su bienestar. Celebrar a su manera, incluir alimentos que les gusten y validar sus emociones son acciones que promueven su dignidad”, afirmó.

La entrevistada precisó que adaptar las fiestas no significa renunciar a la celebración, sino transformarla en un acto de cuidado y respeto. “La mejor celebración es aquella donde el adulto mayor se siente protegido y acompañado, no confundido ni exigido. Celebrar también es saber bajar el volumen y poner a la persona en el centro”, señaló.

La presidenta manifestó que se busca generar conciencia sobre la necesidad de cuidar a los adultos mayores con demencia durante las festividades, promoviendo un ambiente seguro y amoroso en el que puedan disfrutar del espíritu navideño sin riesgos.

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