El asesinato de un comunicador en Cancún, “fortuito”
El cuerpo de Javier Rodríguez Valladares, el joven camarógrafo asesinado en una zona céntrica de Cancún, fue velado anoche por familiares, amigos y colegas. Hoy se iba a casar.
Anteayer, el comunicador del Canal 10 estaba junto con otra persona (identificada con las iniciales V.F.G.T.) en la esquina de la calle Caleta y avenida Palenque, en la Supermanzana 29, cuando les dispararon y mataron.
No está claro el móvil del doble crimen; pero la versión de que Javier no era el blanco real de la agresión sino su acompañante, vinculado con indagatorias abiertas desde años atrás, se fortalece.
“No tenemos ningún elemento que apunte que haya sido por motivos estrictamente personales o laborales, ni que haya recibido amenazas o fuera sujeto de alguna extorsión o bien que estuviera realizando una cuestión netamente laboral”, declaró el director de Investigación y Acusación de la Fiscalía de Quintana Roo, Mahum Patiño Arbea, quien añadió que el joven acudió al sitio donde se registró el homicidio a invitación de su acompañante.
“De esta otra persona sabemos que tiene algunas investigaciones cuyo contenido se está verificando; son investigaciones que se realizaron hace muchos años”, comentó.
Periodistas de Quintana Roo exigieron una investigación pronta y expedida.
“La prensa de Quintana Roo se viste de luto por tercera vez en lo que va del año”, indicaron en uno de sus pronunciamientos. José Guadalupe Chan, en Felipe Carrillo Puerto, y Rubén Pat en Playa del Carmen, fueron asesinados en junio y julio de este año.Entre los comunicadores de la entidad también se criticó el razonamiento expresado por la autoridad ministerial, que descartó de primera instancia que el crimen se tratase de un “ataque a la libertad de expresión”, solo porque Javier no se encontraba en horas de trabajo y no portaba el uniforme de la televisora para la que laboraba desde hace siete años.
Javier iba a casarse este viernes.
Nacido en Campeche, el 17 de diciembre de 1986, Javier Rodríguez celebraría mañana su boda por el civil y el 8 de septiembre por la iglesia. Hace unas semanas fue su despedida de soltero en un bar de la ciudad. Fue el conductor designado porque no solía beber; de hecho no tenía ningún vicio, de acuerdo con Germán Espiridión, amigo suyo y compañero en el Canal 10.
“Era un chico muy sano, alegre, optimista, siempre propositivo. Estaba en el equipo de fútbol de periodistas y era entusiasta. Era sumamente trabajador y apoyaba económicamente a su familia. Su mamá es maestra”, relató.
A Javier le sobrevive una hermana, porque su hermano falleció de cáncer hace años.
“Le gustaban muchos los autos, las motos y la velocidad, eso sí. Trabajó un tiempo en Televisa y luego se pasó al Canal 10. Cuando yo me salí seguimos la amistad”, añadió Espiridión.
Además, se dedicaba a la compra-venta de autos.
“Le gustaban mucho sus coches: los reparaba, les arreglaba el aire acondicionado, los polarizaba y todo”, narró.
Espiridión señala que Javier cubrió varios años la fuente policiaca, “pero siempre fue precavido y prudente”. Tiempo después le asignaron otras coberturas.
Como anécdota comenta que el sobrenombre de “Winnie Pooh” o “Comandante Winnie” no le gustaba, porque sus amigos se lo decían siempre a modo de burla.
“”No le gustaba que le dijeran así. Todo surgió porque cuando era niño le gustaba la caricatura y sus amigos le decían así. Un día, ya grande, estábamos con él cubriendo alguna cosa cuando pasó por ahí uno de sus amigos y al saludarlo le dijo ‘qué onda Winnie’. Obviamente lo empezamos a molestar”, detalló.
Desde hace tiempo, Patricia Vázquez, corresponsal de La Jornada y compañera de Javier en el Canal 10, hacía mancuerna con él en la cobertura del día a día.
“Él me había pedido adelantar algunas notas porque el viernes se iba a casar e iba a estar muy ocupado. Era muy, muy trabajador. Dinero que le caía, dinero que destinaba para la boda. Siempre tenía muchas cosas que hacer; era ocurrente, bromista, siempre estaba contento. Estamos muy afectados todos, lo hemos sentido mucho. Yo todavía no lo puedo creer”, expresó.— EL UNIVERSAL