Estudiantes de la licenciatura en Medicina Integral y Salud Comunitaria de la Universidad del Bienestar Benito Juárez (UBBJ) en Ticul no han recibido, desde hace casi dos años, el apoyo económico correspondiente al periodo de internado y servicio social, etapas requeridas para concluir su formación profesional.
Según la información difundida por Animal Político, la falta de recursos persiste a pesar de que el 23 de octubre pasado la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirmó que las becas estaban autorizadas, corrigiendo a la titular de la Coordinación Nacional de Universidades del Bienestar, Raquel Sosa Elízaga, quien había señalado que no existía presupuesto.
Durante la conferencia matutina de ese día, Raquel Sosa primero negó que hubiera recursos para cubrir tanto el internado como el servicio social. Sin embargo, la doctora Sheinbaum la corrigió y confirmó que ambos subsidios se aprobaron un día anterior, por lo que la funcionaria se disculpó: “Si dice la Presidenta, ya está autorizado. Maravilla. Qué bueno”.
De acuerdo con los lineamientos de la carrera, los estudiantes deben cursar un año de internado y otro de servicio social en instituciones de salud pública. Tras finalizar los estudios en aula, los alumnos dejan de recibir la beca regular, que asciende a 5,800 pesos bimestrales, aunque en el caso de Medicina se había anunciado un apoyo extraordinario para esos dos años adicionales.
Estudiantes de Ticul, sin respuesta
Sin embargo, hasta la fecha, los estudiantes no han recibido los recursos. Incluso, varios indicaron que se les informó que solo recibirían un monto único de 6,000 pesos por ambos años. Tampoco se ha confirmado oficialmente esa disposición.
Los estudiantes señalaron a Animal Político que han enviado múltiples mensajes y correos a las autoridades, sin obtener respuesta.
“Yo les diría que no mientan porque si dijeron algo tienen que cumplirlo y si no pueden cumplir con eso, pues mejor no lo prometan o no lo ofrezcan porque la mayoría aún tenemos la esperanza de que ese dinero llegue”, señaló un estudiante de medicina, quien está a un par de meses de concluir su servicio social y, por ende, todos los requisitos para poder obtener su título y cédula profesional.
El joven reprochó también que ninguna autoridad se ha acercado a ellos y cuando los buscan nadie los atiende ni les da respuestas.
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Estudiantes de Universidad del Bienestar Benito Juárez de Ticul esperan becas
La etapa del internado implica cambios de residencia, gastos de transporte, renta y alimentación. Ante la ausencia de beca, algunos alumnos han buscado alojamiento en las propias instalaciones médicas y han recibido ayuda de habitantes de las comunidades donde prestan servicio.
“Había un compañero que se dormía en el hospital para el internado porque no tenía para su renta y tuvo que vivir prácticamente en el hospital (…) ahí se bañaba, ahí comía, ahí todo porque ya no tenía para pagar su cuarto”, narró otro estudiante.
“Yo sí tengo miedo a las represalias de la coordinadora (Raquel Sosa)… He escuchado y quizá son chismes, pero como conocí a esa persona, pues yo no quiero problemas porque estoy a punto de terminar”, agregó.
En cuanto a la formación práctica, señalaron que durante los años en aula no tuvieron acceso a prácticas clínicas debido a la falta de convenios con instituciones de salud. Fue hasta el internado cuando comenzaron a aplicar procedimientos médicos.
Alumnos de Medicina, sin prácticas
“Te voy a ser muy sincero, la parte práctica nunca la tuvimos (…) Fue muy difícil porque en cuestiones de destrezas, de hacer una sutura, de poner una sonda, de hacer procedimientos, pues sí estábamos muy mal, porque nunca lo practicamos, pero posterior a terminar lo que es la escuela inició el internado médico. Es un año entero de estar en un hospital y hacer guardias y la verdad que en ese año fue -al menos yo- donde más he aprendido”, detalló uno de los entrevistados por el medio digital.
Desde 2019, cuando inició la carrera en Ticul, los alumnos enfrentaron distintos retos. Durante los primeros semestres tomaron clases en una secundaria prestada, y en 2020, debido a la pandemia de Covid-19, pasaron a la modalidad virtual. Más adelante, retomaron las clases presenciales en un nuevo plantel construido durante la emergencia sanitaria.
Quejas de estudiantes de Universidad del Bienestar en Ticul, Yucatán
En octubre de 2022, alumnos de esa universidad protestaron con una marcha, debido a las “deficiencias en la impartición de clases y la construcción de las instalaciones”. En aquella ocasión, los estudiantes señalaron que el agua se filtraba y que hacían falta maestros.
También reclamaron el no poder hacer prácticas en instituciones de salud. “A mí me da vergüenza decir que estoy estudiando medicina en esa universidad… Creo que nos han engañado. No sabemos poner una sonda nasogástrica o una sonda rectal, no hemos pisado ni siquiera un hospital, no sabemos nada”, dijo al periódico Reforma vía telefónica una estudiante de 23 años, que cursaba el séptimo semestre.
“Ahora nos regañan por habernos manifestado, que porque estamos poniendo en duda el prestigio de la escuela, cuando en realidad sabemos que un prestigio como tal no lo ha habido”, añadió.
La sede de Ticul tenía ese año 1,177 alumnos y 18 docentes.


