TIZIMÍN.- Con un panorama lleno de incertidumbre, los apicultores de la región ven con escepticismo el desarrollo del programa federal “Miel Bienestar”, del cual aseguran no tener información clara.
Este plan impulsado por el gobierno federal, es promovido por autoridades estatales y contempla la construcción de una planta procesadora de miel en el municipio de Valladolid.
Así como la compra directa del producto a los apicultores locales, con el fin de eliminar a los intermediarios y mejorar los ingresos de los productores.
Apicultores no tienen claro reglas de programa
Sin embargo, Gamaliel Canto Dzul presidente de la Asociación Ganadera Local Especializada en Apicultura y Meliponicultura (Agleam), no tiene claro cómo será la mecánica y desconocen si los contemplarán.
De hecho, dice que actualmente su gremio ha sido excluido de programas. “Los operadores de los programas de gobierno, tanto federales como estatales, no nos tienen en cuenta, nos tienen marginados”, expresó.
Indicó que, durante toda esta administración, la Agleam no ha recibido apoyo gubernamental alguno.
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Aseguran que ni siquiera en el reciente reparto de azúcar que se promueve como respaldo para alimentar las colmenas fuera de temporada.
“Nosotros como asociación hicimos la compra consolidada con nuestros propios recursos como productores, se adquirieron 20 toneladas de azúcar en junio para distribuir entre los socios y buscar un ahorro por volumen”, explicó.
Gamaliel Canto señala que precio de azúcar estaría “inflado”
Además, cuestionó la efectividad del programa Renacimiento Apícola, pues a su parecer fue limitado y no logró cubrir las necesidades reales de los apicultores.
Añadió que todo apunta que el precio del azúcar está inflado, ya que el costo en lista era de 534 pesos por bulto de 25 kilos, donde supuestamente el productor pagaba el 40% y el gobierno el 60%.
Pero ese precio estaba más de un 20% por arriba del precio real en el mercado, donde un bulto se consigue entre $430 y menos al mayoreo.
“No solo nuestra agrupación presiente que hubo irregularidades, estoy seguro de que la mayoría de los apicultores sienten lo mismo”.
“Las reglas de operación no son claras ni difundidas oportunamente a los beneficiarios, y los recursos están tan limitados que no generan el apoyo que se requiere”, señala.



