Sangre y corazón
El equipo que comenzó dando tumbos cerró una semana grande. Muy grande.
Y está en el sexto lugar del Clausura 2019.
Una victoria lograda a sangre y fuego, 2-1 sobre los Cafetaleros de Tapachula, permitió a los Venados FC Yucatán cerrar su semana con dos victorias ante equipos de zona de liguilla.
Allí es donde están ahora los astados. ¿Los Venados? ¿El equipo que era el hazmerreír tras las primeras dos fechas? Pues evidentemente que su trabajo, y mucho, les ha costado a Sergio Orduña y su ejército de jugadores para escalar hasta la sexta posición. Amanecieron con 14 unidades tras un par se jornadas en que vencieron a domicilio a Atlante, el martes, y a Tapachula, anoche.
Hoy están iguales que los Potros de Hierro y lis Cafetaleros se fueron abajo.Pero vaya que fue un sufrimiento lo de anoche.
Y como dijo el mismo Orduña, porque ellos mismos lo quisieron así.
Tapachula trajo un equipo muy sólido y a ratos hizo ver mal a los Venados. Pero ahora sí que los nuestros (por decirlo así, en las buenas y las malas), apretaron.
No fue un dechado de juego, claro. Pero a leguas se ve que han tomado otro aire comparado con el de las primeras fechas.
El duelo fue trabado. El rival no permitía tan fácilmente el avance. Había, entonces, que ir a pelear, a correr y ganar espacios por donde hubiera el más mínimo espacio. Lo encontraron y se adelantaron a los 34 minutos con una gran jugada de Alfonso Tamay por la banda. Ganó un balón casi en tres cuartos y llegó hasta el área rival merodeando la línea. Se esperaba el centro, pero sacó un tiro raso que superó a primer poste la estirada del arquero Luis Ojeda.
Pero lo que son las cosas. Muchas veces, lo hemos comentado, el coco de estos Venados y de las más recientes versiones había sido rematar al rival, perderse en cosas fáciles.
Así, en el 64 Brian Colula tuvo inmejorable ocasión de gol, solo ante el arquero, pero estrelló el balón en el cuerpo. Y el aliento se les fue a los Venados. El que perdona pierde. Tras la falla, en la siguiente jugada el Olímpico quedó enmudecido.
Paulo Rocha, quien acababa de entrar, tomo un balón fuera del área y sacó un escopetazo que venció a Armando Navarrete.
Todo se complicó para los de casa. Pero también Tapachula la tuvo y, diría el Enrique “Perro” Bermúdez, “la dejó ir”.
Franco Arizala tuvo dos y los Cafetaleros acosaron, sin éxito. La diosa Fortuna se puso entonces del lado venado. En un mar de impresiones saliendo del área chiapaneca, el defensa Oliver Ortiz pegó un codazo artero a un rival y se fue con su segunda amarilla. La bendita circunstancia… Porque en el harakiri de molestias de la visita los locales crearon la opción de gol. El tiro directo fue desviado por el portero y cayó justo ante el capitán Aldo Polo, saliendo justito en posición correcta, para empujar a las redes.
Era el minuto 84 y la locura se desató en el “Carlos Iturralde” con sus 5,012 aficionados, incluido el gobernador Mauricio Vila.
¿Más drama? Pues a Carlos Galeana le sacaron su segunda amarilla y también se quedaron con diez.
Pero despejaron, ganaron tiempo en todo y ganaron.
Pudieron cerrar una semana de seis puntos para llegar a esa zona que, dos meses antes, parecía un sueño guajiro.
Ah qué cosas, ¿no?— GASPAR SILVEIRA MALAVER
