Los Venados FC se desfondaron de forma increíble en el momento más importante de la temporada.
Jugando a ratos sin idea, y ante un rival que se creció desde el primer momento, los ciervos fueron borrados de la cancha por los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara, que los vencieron 3-0 para avanzar a las semifinales del Apertura de la Liga de Expansión.
El 3-0 de ayer hizo añicos el 2-0 logrado por los ciervos en la ida el martes pasado en Mérida. Ese día, los Venados se fueron a dormir con una sensación de que era posible lograr el paso que anoche no fueron capaces de dar.
El equipo dirigido por Andrés Carevic tuvo en los minutos finales esbozos de ataque, del que carecieron en la mayor parte del duelo jugado en el Estadio Jalisco. Y terminó feo todo. Incluso con una expulsión artera de Mauro Pérez, con innecesaria barrida que pudo haber fracturado al rival.

Los Leones Negros solo aprovecharon todas las facilidades de la defensa astada para hacer sus goles. Se les apareció el fantasma de la fecha 6 del rol regular, cuando la U de G ganó por goleada de 4-0.
Óscar Rai Villa, a los 19 minutos, abrió el camino de la victoria para la U de G rematando solo con la cabeza. Los melenudos necesitaban al menos sacar el triunfo por dos para pasar por mejor posición en la tabla. Y lo lograron con Alejandro Carreón, a los 30, entrando igual solo al área.
Cerca del final del primer tiempo, apareció una fugaz llegada que el arquero selvático alcanzó a desviar milagrosamente. Si entraba, a lo mejor cambiaban las acciones, pero no entró.
Se pensó que en la segunda mitad los ciervos cambiarían el chip, como otras veces en sus partidos recientes, pero nada. Otra vez sin inspiración, no lograron nada.
Peor aún, una tercera desatención permitió a Manuel Alba entrar solo al área chica en un tiro de esquina. Las repeticiones de televisión mostraron una y otra vez a Alba entrar como si nada entre los defensas y desviar para mandar el balón a las redes. Fue el tiro de gracia para los astados porque si durante casi sesenta minutos no coordinaban sus intentos de ir a atacar, buscar dos goles era a todas luces una asignatura complicada de lograr, como finalmente sucedió. Los cambios hechos por Carevic buscando más fuerza en el ataque simplemente no funcionaron.
En el cierre se volcaron con todo los peninsulares, pero con más ganas que orden y se diluyó todo lo que la noche del martes parecía serían capaces de lograr.
Seguramente habrá muchos movimientos para el torneo que viene. Carevic hizo un trabajo que superó lo hecho por los anteriores entrenadores, con jugadores que, evidentemente, no respondieron a la expectativa que se creó.
Quizá lo más doloroso fue que se pensó que ahora sí se podría llegar más lejos. Pero no hubo ese click que a veces falta para dar los pasos grandes.
