MÉRIDA.— La famosa maldición del líder fue implacable: los Venados FC, que vivieron una temporada regular de ensueño, tendrán para recordar una histórica eliminación.

Un torbellino llegado de tierras bajacalifornianas, el Atlético La Paz, humilló a los mejores en casi todo en el Clausura 2024 de la Liga de Expansión.

Venció con categoría a unos ciervos alejados de la gala que ofrecieron en todo el torneo, 3-2 este sábado 27 de abril y un global apabullante de 6-3 (la ida había terminado 3-1 el miércoles pasado).

Más de 8 mil aficionados, en un marco pletórico, llegaron decididos a apoyar a los Venados en lo que se esperaba fuera un sábado de milagro para borrar el papelón de la ida.

Pero nada: La Paz silenció todo desde temprano, anotando Ulises Jaimes a los 4 minutos un 1-0 que fue lo que señaló el camino.

Porque aunque los Venados empataron con tanto de Mario Trejo, a los 25 el cuadro paceño nunca bajó el ritmo, ni cuando se vio abajo 2-1 a los 52, con anotación de Wílliam Guzmán, que dejó el global 4-3.

Los Venados tenían media hora para hacer algún tanto más, que les permitiera la hazaña. Era mucho tiempo y todo era posible.

Pero sucedió lo inesperado: Héctor Sandoval aprovechó la fragilidad de la defensa para el 2-2 (5-3 global). Un mazazo para los aficionados, para los jugadores, para todos los Venados.

Ahora no irían por uno, sino por dos, pero ya fue imposible. Si hiciera falta algo peor, Morrison Palma, a los 83, sentenció todo con el tercero de La Paz en la jornada, sexto en la serie.

La gente comenzó a abandonar el “Carlos Iturralde”, frustrada, como todos los que forman parte del plantel. La humillación era demasiado dolorosa.

La maldición del líder… Otra vez la maldición.