Laura casares. Imagen: Megamedia

Lau Casares (*)

En unos meses volverán de nuevo las campañas presidenciales en nuestro país, acompañadas de un bombardeo masivo y sistemático de comunicación que intenta a toda costa simpatizar con las masas, y en este contexto recordemos que la mayor parte de la actividad es a través de las redes sociales, que en muchos casos es exagerada por parte de quienes ambicionan un puesto de poder; “El voto decisivo es el de los millennials”, así mencionan los expertos en marketing político, o por lo menos eso dice el “Big Data”.

Por ello, los mensajes de los políticos difundidos mediante un constante bombardeo masivo de imágenes es, según ellos mismos, la mejor estrategia lo cual, de alguna manera, responde a la famosa teoría de los reflejos condicionados de Ivan Pavlov, trabajando los sentimientos y la razón, al entusiasmar y al aterrorizar.

¿El candidato que tenga más seguidores en las redes sociales será el que logre llegar a la presidencia? Es claro que en la mercadotecnia política nada es invencible, donde el dominio de la imagen, la palabra y sus fortalezas está al frente de la explicación, todo esto por atraer a los ciudadanos, rescatar la imagen y reforzar la confianza dando a conocer los éxitos y los cambios.

Las campañas electorales reflejarán el espíritu de los partidos; sin embargo, cuando la necesidad provoca la unión de distintas ideologías surgen las alianzas y los compromisos, de formas impensables y dejando partidos y/o coaliciones con personalidades irreconciliables.

¿Cuál será la estrategia narrativa para manejar a las masas? ¿Cuáles serán los argumentos y la propaganda que llevarán la contra en este desequilibrio nacional de expectativas e incertidumbres? En lo personal espero que contengan realizaciones prácticas y justas en una línea de política decente, comprometida, donde los argumentos y soluciones viables sean la brújula que los guíe.

Somos influenciables y lo saben: Por esto, el principal objetivo de las campañas electorales es alterar nuestra toma de decisiones con los temas más útiles: los que dependen de la vida y la salud, o bien, educación, tecnología, innovación, violencia, impunidad, corrupción, homosexualidad, ecológicos, temas de género, igualdad de salarios, pobreza, la no discriminación, crimen organizado, devaluación, gasolinazo, petróleo, derechos sexuales y reproductivos, también temas internacionales de los cuales prefiero no entrar en detalle, pudiendo alargar la lista, y teniendo presente al campo y a la industria.

Siendo así, los ciudadanos, tienen interés por la situación del país y se sienten preocupados y cansados de la desgastada imagen de la clase política, y así es como surgen los candidatos independientes, con ideas propias.

Por tanto, el reto de los partidos políticos y candidatos independientes es convencer la opinión y conquistarla con una campaña electoral inteligente, bien llevada, creando la sensación de unidad, porque, bien me parece que la democracia necesita de la comunicación constante entre pueblo y gobernante.

Pronto comenzará la batalla de las informaciones: imágenes, palabras y espectáculo. Debemos ser escépticos, tomar nuestras decisiones con la razón y elegir lo mejor para nuestro país.— Mérida, Yucatán.

lalucasares2003@yahoo.com.mx

Miembro de la Asociación de Comunicadores y Emprendedores, A. C. Maestra UNID