Hola, mis queridos lectores, les quiero contar sobre una charla que tuve con un lector de toda la vida de Diario de Yucatán, don Miguel Alvarado Tolosa, quien a sus 93 flamantes años me pide que hable sobre los vinos de un país que tiene unas variedades increíbles de uvas pero que no siempre está en el radar de las personas.
Sudáfrica es un país tan exótico como variado en su orografía y clima. Tiene buena variedad de uvas, entre ellas una que se ha colocado en el gusto de las personas. La pinotage es fruto de un cruce. Su responsable, Abraham Perold, profesor de viticultura de la Universidad de Stellenbosch, se animó a crear en 1925 una variedad única que combinara la elegancia de la pinot noir con el vigor de la cinsault (denominada hermitage en Sudáfrica). De allí que el nombre proceda del acrónimo formado por estas dos variedades: pinotage.
La uva que maduró rápidamente obtuvo unos altos niveles de azúcar, se desarrolló sin problemas sanitarios y con un color mucho más profundo que el de sus progenitoras. Es decir, que se consiguió una uva relativamente de fácil cultivo, que permitía elaborar un tinto bastante alcohólico con un carácter elegante y marcadamente frutal.
Aunque hoy en día es la segunda variedad más plantada en el país, la pinotage ha sufrido décadas de olvido. Y es que cuando terminó el apartheid en 1990 y Sudáfrica se abrió el mercado mundial muchos productores se decantaron por variedades internacionales más famosas, como la uva cabernet sauvignon o la uva syrah.
Es ahora que las nuevas generaciones de viticultores sudafricanos, bien formados y orgullosos de su tierra, han vuelto a reconocer la pinotage como una de las variedades reinas de su país. Tal es su éxito que hoy en día es una cepa que no solo se ha extendido por todo el país, sino que además ha emigrado a otros países, como Nueva Zelanda, Canadá, Brasil, Australia, Chile y Estados Unidos. Sin embargo, donde realmente se puede celebrar a lo grande el Día Internacional de la Pinotage es en su país natal, concretamente en las cercanías de Ciudad del Cabo, donde nacen los mejores vinos con mayor proyección internacional.
Los vinos pinotage nos los podemos encontrar en muchas versiones. Los monovarietales son intensamente aromáticos, elegantemente afrutados y deliciosamente aterciopelados. Aunque hay que decir que es una variedad que ha sido criticada por presentar en ocasiones un olor a acetona, lo cierto es que es una variedad de uva ideal para ser mezclada.
Los cape blend son un estilo característico del vino tinto sudafricano: elaboraciones con una proporción de pinotage mezclada con otras uvas. Un ensamble que funciona muy bien con variedades nobles como syrah, merlot o cabernet sauvignon y que se ha convertido en toda una carta de presentación para los vinos de este país.
¿Con que podríamos acompañar los vinos sudafricanos? Nuestra gastronomía yucateca es muy adaptable a ese tipo de tintos, como cochinita pibil, frijol con puerco o puerco entomatado.
Mi recomendación para estos días frescos es una comida entre amigos y un vino de Sudáfrica para probar algo diferente y entender que no nos debemos quedar solo con una marca, un tipo de uva o los sabores de un país. Hay que atreverse a probar. Hasta la semana próxima.
*Sommelier.
Cada viernes, en la cuenta del Diario en Instagram, “Viernes, con V de vino”:
