Yucatán le debe mucho a Joann Andrews, coincidieron personas que conocieron a la ambientalista, fallecida anteayer en Mérida, y que destacaron su incansable impulso al cuidado y amor por el entorno natural y su colaboración con diferentes sectores de la sociedad.
“Donde ella estaba, siempre dejaba una huella”, señalaron al referirse a la fundadora y presidenta honoraria de Pronatura Península de Yucatán, A.C., originaria de Estados Unidos y avecindada en Mérida desde la década de 1960.
Como hemos informado, Pronatura es considerada su obra cumbre, aunque también participó activamente con otras organizaciones.
Su trabajo la hizo acreedora a múltiples reconocimientos, entre ellos la Medalla “Gonzalo Cámara Zavala”, otorgada en 1997 por la Liga de Acción Social.
Fue representante regional de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y formó parte del consejo directivo del Instituto Benjamín Franklin en Mérida y del Patronato Pro Historia Península de Yucatán (Prohispen).
“Bellísima persona”
Héctor Navarrete Muñoz, presidente de la Liga de Acción Social, la describió como “una bellísima persona” que llegó a la entidad y se hizo yucateca. Destacó su trabajo intenso y desinteresado en favor del Estado, motivo por el cual se le otorgó la Medalla “Cámara Zavala”, distinción reservada a quienes trabajan de manera sistemática por el bien de Yucatán.
Navarrete Muñoz recordó que tuvo el honor de entregarle personalmente la presea. Subrayó que Andrews realizó innumerables aportaciones a la sociedad local, incluso enseñando a los propios yucatecos.
Vivía en la colonia García Ginerés y fue esposa del arqueólogo E. Wyllys Andrews IV, cuya trayectoria la Liga seguía de cerca. Fundó The Woman International, integrada por mujeres nacidas en otros países residentes en Yucatán. “Nos enseñó a amar la naturaleza; eso me parece impresionante”, afirmó.
Añadió que la conoció en el ámbito personal y convivió con su familia, y la calificó de persona extraordinaria, cuyo legado la hará pasar a la Historia. Destacó asimismo su disposición permanente a ayudar y enseñar a conservar el patrimonio natural y arqueológico, y su profundo amor a Yucatán.
La mejor manera de honrar su memoria, opinó, es continuar trabajando por la conservación del hábitat y la naturaleza del Estado, tal como ella lo hacía, incluso a una edad avanzada.
Consideró que la ciudad debería reconocerla dando su nombre a una calle o avenida, para que las nuevas generaciones conozcan su ejemplo y aprendan a honrar a quienes trabajan por el bien de la sociedad.
Amor a la naturaleza
Por su parte, René Cámara Vallejos, colaborador cercano de Joann Andrews durante más de 30 años y director de finanzas de Pronatura, aseguró que ella le enseñó a amar, cuidar y conservar la naturaleza.
Destacó que una de sus mayores enseñanzas fue la correcta administración de los recursos financieros para convertirlos en conservación ambiental. Ella, agregó, permanecerá siempre en su pensamiento y su corazón, no solamente por su amor al entorno natural, sino también por su sabiduría.
“Joann hizo mucho más que Pronatura, que fue su obra magna; participó en equitación, tenis y muchas otras actividades. Donde ella estaba, siempre dejaba una huella”, manifestó.
Por la Historia
Margarita Díaz Rubio, presidenta del Patronato Pro Historia Peninsular, recordó que Joann Andrews fue cofundadora de la asociación.
Cuando surgió la idea de Prohispen, convocó a cuatro personas, entre ellas Joann, para iniciarlo.
La describió como una amiga cercana, afectuosa y atenta, y expresó que es un orgullo para Yucatán que una persona nacida fuera del Estado le haya aportado tanto. Subrayó que dejó un legado imborrable e invaluable en el medio ambiente, la equitación y la amistad.
“Llegó joven a Yucatán, se enamoró de un arqueólogo, se casó con él y nos dejó mucho más que muchos de los que vivimos aquí”.
Consideró que la mejor forma de honrar su memoria es conservar la naturaleza como ella lo hacía, mediante acciones sencillas desde el hogar, como la correcta separación de la basura.— Claudia Sierra Medina
De un vistazo
Homenaje floral
En 2001, la orquídea Lophiaris andrewsiae J. fue nombrada en honor de Joann M. Andrews, en reconocimiento a sus estudios sobre esta especie.
Perfil
Nació el 10 de enero de 1929, hija de Robert y Margaret MacManus. En 1951 se graduó en la Universidad de Columbia. Trabajó en el servicio diplomático de Estados Unidos.




