En la familia Alcocer Godoy existe una tradición marcada por la unión familiar, el recuerdo y, sobre todo, el agradecimiento a Dios: la instalación del nacimiento.
Los encargados de mantener viva esta costumbre son los hermanos Felipe y Leydi Esther, quienes con ingenio y creatividad recrean cada año el ambiente en que nació el Salvador.
El médico veterinario contó al Diario que para su familia instalar el nacimiento no es solo una tradición navideña, sino también una forma de honrar al festejado —como él llama a Jesús—, lo que aprendió de pequeño y con el tiempo creció.
“Siempre nos enseñaron que primero el festejado y él debe estar presente siempre”, subrayó.
Muchas piezas que hoy forman parte de la representación las heredó de su madre y otras se han ido sumando a lo largo de los años.
De esta forma, el nacimiento se convirtió en una manera de mantener viva la presencia de Jesús y de agradecer por la salud, el trabajo y las bendiciones recibidas.
Quien se encarga del diseño y la armonía visual es Leydi Esther. Ella define la ubicación de las piezas, los colores —principalmente ocres— y los detalles que ambientan la escena, en la que hay referencias a edificaciones romanas, medievales y neoclásicas.
Felipe, por su parte, se encarga de la parte técnica: la iluminación, el sistema hidráulico de la cascada, el cálculo de las alturas y la colocación de figuras.
“Ella va diciendo dónde va cada cosa y yo lo voy instalando”, explicó, describiendo un trabajo compartido que también fortalece el vínculo familiar.
Actualmente, la instalación ocupa siete metros de largo por cuatro de fondo y consta de 300 piezas, entre pastores, animales, estructuras y otros elementos.
La escena se coloca en la oficina del veterinario, en la colonia Águilas Chuburná. En ese tiempo, el espacio de trabajo se transforma, pues el mobiliario y las cajas donde se guardan las piezas sirven como base para crear alturas y niveles.
Además de las figuras y la cascada, el conjunto incluye iluminación indirecta, heno y musgo, que se cuidan y reutilizan año con año.
El montaje toma alrededor de un mes y se arma de la parte posterior hacia el frente, cuidando que todo quede firme y seguro. Para colocar al Niño Dios, el 24 de diciembre, se utiliza un brazo mecánico, debido a la altura y profundidad del montaje.
Al terminar la temporada navideña, Felipe se encarga de desmontarlo y guardar las piezas numeradas y registradas por año, “porque así como existe la promesa de instalarlo también existe la promesa de retirarlo y conservarlo para volver a montarlo al siguiente año”.
Para él, instalar el nacimiento significa mantener viva una tradición que va mucho más allá de lo decorativo. Es una manera de agradecer, cumplir una promesa y reafirmar una forma de vida basada en la fe.
Está convencido de que fomentar este hábito en casa es una forma de orientar a las nuevas generaciones. En ese sentido, opinó que los jóvenes no actúan al azar, sino a partir de lo que los adultos les enseñan y muestran.
Bajo esa perspectiva, cree que el nacimiento se vuelve una herramienta poderosa para transmitir valores y fortalecer la identidad.
Aseguró que, con esa convicción, mientras tenga vida y salud seguirá colocándolo cada año. Desde agosto, cuando surgen en las tiendas los primeros artículos navideños empieza también su preparación interior para estas fechas.— Karla Acosta Castillo
De un vistazo
Recordatorio
El doctor Felipe Alcocer Godoy dijo que el nacimiento es un recordatorio constante de la presencia de Jesucristo.
Enseñanza
Por esa razón insistió en que no debe perderse ni minimizarse la tradición, sino compartirse y explicarse, especialmente a los jóvenes. “Los jóvenes hacen lo que los adultos les enseñan. Hay que mostrarles el camino para que sientan el cariño”.
Promoción
Hizo un llamado a que las familias sigan fomentando el nacimiento de Jesucristo en sus hogares, explicando su significado a los jóvenes y manteniendo viva una tradición que considera positiva y necesaria para que en el futuro alguien más la continúe.
Forma de ser
“Este nacimiento es parte también de nosotros, parte de nuestra forma de ser”.





