HOUSTON.— Banderas de Estados Unidos y México ondearon a media asta el viernes mientras una carroza tirada por caballo y adornaba con flores blancas trasladaba el féretro verde que llevaba los restos de Vanessa Guillen, la soldado hispana asesinada en Fort Hood (Texas).

Los honores a Vanessa Guillen llegan casi cuatro meses después de su asesinato, presuntamente a manos de un colega en Fort Hood, una base del Ejército de Estados Unidos en Texas.

Vanessa, de vuelta al lugar que la vio feliz

Los dolientes se reunieron en la escuela secundaria “César Chávez” de Houston, en donde Vanessa creció jugando fútbol y soñando con unirse al ejército.

“Está muy contenta en donde está, a un lado de Dios y de la virgen María (…) Hoy no estamos aquí para exigir justicia o por política. Estamos aquí para recordar, honrar y respetar a Vanessa Guillen por su vida hermosa, su corazón tierno y su rostro hermoso”, declaró su hermana , dijo su hermana Guadalupe Guillen.

En un momento privado justo antes de entrar al auditorio de la escuela, en donde flores en tonos verdes y blancos, globos, imágenes religiosas y una fotografía de la soldado adornaban el escenario, familiares y amigos caminaron detrás del féretro acompañando a Vanessa en una última vuelta alrededor del campo que frecuentó de adolescente.

La madre y abuela de Vanessa se sujetaban entre ellas mientras rezaban sollozando sobre el féretro. De acuerdo con CNN, la abuela viajó 17 horas desde Zacatecas hasta Houston para acompañar a su hija Gloria y despedir a su nieta.

El servicio religioso estuvo abierto al público y fue transmitido en línea. Está previsto que el funeral termine a las 8 de la noche, con sesiones de oración y testimoniales.

Los Guillen, agradecidos con Donald Trump

Natalie Khawam, quien representa a la familia Guillen, dijo que la familia está agradecida con el presidente Donald Trump porque la Casa Blanca ayudó a acelerar el proceso de entregarles a los familiares de Vanessa sus restos para que pudieran tener un funeral.

Vanessa Guillen desapareció de Fort Hood, en donde estaba acuartelada, el pasado 22 de abril. Elementos del Ejército confirmaron el 6 de julio que habían encontrado sus restos.

Los investigadores dijeron que fue golpeada hasta morir en la base por un compañero, quien después se quitó la vida, según una denuncia federal. La familia de Vanessa ha dicho que fue acosada sexualmente por el soldado sospechoso de matarla, pero el Ejército ha dicho que no hay evidencia de ello.