Reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en días pasados. Ayer

Estados Unidos acusa en la ONU al país asiático

NACIONES UNIDAS (EFE).— La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, denunció ayer que China está tratando de ejercer una enorme “influencia maligna” en la organización y anticipó que el gobierno de Joe Biden buscará combatirla.

“Ellos ejercen una enorme influencia en Naciones Unidas y es una influencia maligna, una influencia que promueve una visión autoritaria del multilateralismo y tenemos que combatirla en cada paso”, dijo la funcionaria durante una comparecencia en Washington ante el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso.

Según la diplomática, el Ejecutivo de Biden está trabajando para “reforzar el liderazgo” estadounidense en la ONU.

“Cuando dejamos un vacío, otros que no comparten nuestros valores y prioridades están deseosos de dar un paso al frente. El objetivo de aquellos que trabajan en nuestra contra está claro: crear un ambiente internacional más favorable al autoritarismo”, agregó.

Bajo la administración de Biden, Washington ya dejó clara su voluntad de recuperar el protagonismo y la colaboración en la ONU y otros foros internacionales, en contraste con el gobierno de Donald Trump, que optó por abandonar varios órganos y consensos multilaterales y por una actitud más aislacionista.

“En Naciones Unidas estamos en una batalla por el alma del mundo. Por eso es clave que Estados Unidos lidere”, insistió Thomas-Greenfield, que subrayó al Congreso la importancia de que Washington pague al completo y a tiempo sus contribuciones financieras a la organización, que apoye en crisis humanitarias y en la recuperación de la pandemia y que apoye a estadounidenses para que ocupen puestos en la organización.

 

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