Por miedo a Trump se ignora a los migrantes
Por miedo a Trump, a sus reacciones y amenazas, el gobierno de Peña Nieto no ha querido brindar ningún tipo de ayuda a los miles de migrantes centroamericanos que están atravesando lentamente el territorio mexicano con destino a Estados Unidos.
“Creo que las autoridades del país se han hecho a un lado porque entrar de lleno a cuidar o proteger a los migrantes puede ser mal visto por el gobierno de Estados Unidos”, comentó ayer monseñor Gustavo Rodríguez Vega, arzobispo de Yucatán, durante una pausa del Foro sobre el Cuidado del Agua, organizado por la comisión de Pastoral Social de la Arquidiócesis
El presidente Peña Nieto se ha limitado a invitarlos a quedarse en Oaxaca o Chiapas, recuerda, pero la inmensa mayoría dijo que no, porque todos quieren seguir hacia adelante.
Todo el trabajo de acoger y proteger al mayor desplazamiento de migrantes centroamericanos en décadas quedó para la Iglesia católica, para otras iglesias o para la iniciativa de algunos grupos y personas que han dado muestras de solidaridad, pero el gobierno se ha desatendido totalmente del problema, señaló el prelado, quien sugirió a la Iglesia mexicana que las provincias eclesiásticas cercanas a la frontera se unan y organicen para que no dejen solas a las diócesis donde se espera que arribe el mayor número de personas, como Matamoros, Nuevo Laredo o Tijuana.
Hay que apoyar a las diócesis de la frontera porque esa avalancha humana se va a encontrar con una represa: del lado norteamericano habrá mucha vigilancia, muchos policías y soldados estarán cuidando la frontera e impidiéndoles el paso, dijo, “por lo que será muy importante que si se quedan ahí los migrantes haya capacidad de atenderlos”.
Verdadero motivo
Monseñor Rodríguez Vega, quien antes de ser designado arzobispo de Yucatán fue, durante siete años, obispo de la diócesis de Nuevo Laredo, refirió que su experiencia pastoral en el norte de Nuevo León y norte de Tamaulipas le permite afirmar que, como otros también han señalado, “en su gran mayoría esas personas no están persiguiendo el sueño americano, sino huyendo de la pesadilla de violencia y pobreza absoluta que viven en sus países”.
“Y ya desde ese entonces la mayoría eran hondureños: de cada 10 migrantes que yo veía, siete eran hondureños, los otros eran un guatemalteco, un salvadoreño y un mexicano”, apuntó. “Así que la crisis migratoria de Honduras viene de muy atrás, los siete años en que yo estuve en Nuevo Laredo pude comprobar que en el fenómeno migratorio siempre han sido mayoría los hondureños”.
Consejo
El arzobispo de Yucatán relató que el secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola, le llamó por teléfono para saber cuál es su opinión respecto a este problema humanitario. “Sugerí que se preparen las iglesias de las fronteras para fortalecerse entre todas y tener la capacidad que una sola no tiene, porque ¿qué podría hacer, por ejemplo, Tijuana si le llegan 2,000 migrantes, que podría hacer Nuevo Laredo si le llegan 1,000 ó 1,500… Es indispensable que se pongan de acuerdo para fortalecer el último puerto, para que si los migrantes se tienen que quedar un tiempo porque no pueden atravesar la frontera sean bien atendidos”.
Y la ayuda no se limita a lo material, también espiritualmente hay que darles lo que necesitan: sea una misa, sea un sacramento… “Aprovecho para decirles que los obispos de México estamos invitando para que el próximo martes se celebre una misa en todo el país, en todas las parroquias, por los migrantes. Que toda la gente se sienta invitada a asistir a la celebración eucarística y orar por nuestros hermanos migrantes”.
Conversión ecológica
En relación con el Foro sobre el Cuidado del Agua, Mons. Rodríguez Vega señaló que el evento cumplió su objetivo de abrir un espacio de reflexión en torno un tema fundamental que concierne a todos.
Durante más de cuatro horas, alrededor de 100 personas escucharon el alarmante diagnóstico de científicos sobre los contaminados acuíferos del Estado, conocieron a fondo la preocupación de la Iglesia y, finalmente, debatieron en cuatro mesas de trabajo en busca de conclusiones que a manera de propuestas se presentarán a las autoridades para hacer frente a esta crisis silenciosa.
“La idea es que este tipo de acciones no sea exclusivo de la Iglesia, sino que el mensaje pueda ser recibido por toda la gente de buena voluntad. El mundo necesita un cambio de mentalidad, una conversión ecológica, como la llama el Papa Francisco, para que todos nos involucremos en la protección del agua y de la creación entera”.
“En septiembre del próximo año tendremos el VII Congreso Eucarístico Nacional y, como en cada uno de estos eventos, propondremos una obra de caridad. En la Iglesia de Yucatán hemos asumido que nuestra obra sea el cuidado del agua. Enviaremos a todas las parroquias carteles con ideas de cómo cada uno de nosotros podemos participar en esta impostergable tarea”.— Mario S. Durán Yabur
Foro Cuidado del Agua Pastoral Social
Más de 100 personas participaron ayer en el Foro sobre el Cuidado del Agua.
Cuatro horas
El evento, organizado por la comisión de Pastoral Social de la Iglesia, se celebró en el auditorio de la Universidad Marista.
Diagnóstico
Los Dres. Héctor Estrada Medina y Jesús Araujo León, investigadores de la Uady, hablaron de las características del suelo de la Península, de la creciente contaminación del manto acuífero y de la necesidad de hacer algo para frenar ese proceso.
La Casa Común
El arzobispo, Mons. Gustavo Rodríguez, habló de la postura de la Iglesia católica en la defensa y el cuidado del medio ambiente, de la Casa Común.
