Como cada año, Mérida despertó casi desierta en la mañana de Navidad. Las calles sin tráfico y poca gente caminando le dieron ese toque solitario a la ciudad que, como otras urbes del mundo, resultó afectada por la pandemia.
En un recorrido por varias calles se pudo suponer que a las 8 de la mañana la mayoría de las personas seguía durmiendo en sus casas.
En algunas era evidente que hubo fiesta, pues todavía podían verse en sus terrazas las mesas con vasos y restos de comida, las calles, además, tenían huellas de petardos y bombitas.
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¿Cómo se veían algunas zonas de Mérida en el amanecer navideño?
En la avenida 69, del Periférico a Circuito Colonias se podía contar con una sola mano a las personas en espera del transporte público.
El mercado del Chembech, que desde temprano suele estar lleno de personas desayunando, tenía todos sus puertos cerrados.
El parque de la Mejorada, aunque todos los cajones de estacionamiento estaban ocupados, lucía solitario.
¿Dónde habían más personas en la capital yucateca en los albores de la Navidad?
En Santa Ana había un poco más de vida, quizá por los turistas madrugadores que salieron temprano a desayunar en el único puesto que estaba abierto a esa hora.
La Plaza Grande igual estaba despejada, y solos se podía ver a unas cuantas personas, algunos turistas y personas que iban a trabajar.
Poco a poco el centro se fue llenando de gente, y a los cafés que estaban abiertos se fueron sumando algunas tiendas de artesanías. Los demás negocios seguían cerrados.