Despojo de tierras
Ejidatarios de Kinchil, Ixil, Celestún, Texán y Yaxkukul denuncian despojo de tierras en esas comunidades Credit: Joaquín Chan Caamal

“Ya está dividido el territorio, ya se lo apropiaron las inmobiliarias, hay como 10 proyectos inmobiliarios que venden los lotes en Facebook, en varios medios y van apareciendo los propietarios, ya sean nacionales o extranjeros”, subrayó Federico May Pisté, integrante del Consejo Comunitario de Kinchil.

“Se dicen dueños de una tierra ancestral que perteneció a nuestros abuelos, a nuestros bisabuelos, hay ruinas arqueológicas allá y vestigios arqueológicos”, explicó.

“De la nada, ahora nos dicen ‘no es de ustedes la tierra, es para desarrollos inmobiliarios, para ser atractivos, para amenidades. Eso realmente nos indigna, nos llena de coraje por la destrucción que están haciendo”.

May Pisté aseguró que los dueños de las inmobiliarias queman el monte para decirle a la Sedatu y Semarnat que no había nada.

“¿Cómo no va a haber nada? Si allá hacíamos milpa, allá se hacía carbón, ahí vivía la gente de nuestros ancestros, ahí cazaban”, señaló.

“Lo que nosotros venimos a exigir, a decir al gobierno es que detenga esa devastación, ya ha sido demasiado, se están metiendo con selva virgen que nosotros siempre respetamos como comunidad”.

¿Cómo obtuvieron ellos la propiedad de esos terrenos?, se le preguntó.

“Todo se hace en gabinete, se hace en un escritorio, se hace con corrupción de funcionarios, de pronto pasa a manos de otro ejido, el ejido lo vende, realmente desconocemos cómo está exactamente”, respondió.

“Cuando ellos nos han ido a amenazar para que nos saquen de allá, nosotros les hemos dicho simplemente que nos demanden. No lo hacen porque al demandar, el demandante tiene que mostrar sus cartas, tiene que mostrar cómo se hizo de sus terrenos y así vamos a ver la corrupción que hubo”.

¿Cómo obtuvieron 5 mil hectáreas?

También dijo que nadie del ejido y la comunidad recuerda que se haya realizado alguna asamblea para regalar 5,000 hectáreas de Kinchil o que firmaron muy contentos para transferir esa parte del territorio kinchileño.

“Buscándole la raíz saldrá toda una serie de corrupción. Estamos contra el tiempo porque la inmobiliaria una vez que se meta y destruya, cómo se le saca”, indicó.

“Ese es el gran problema que queremos exponer hoy a la secretaria (Edna Vega Rangel, titular de la Sedatu, quien no estuvo en el evento), que en este ordenamiento territorial se respete y se considere el derecho que tienen los pueblos ancestrales”.

¿Cómo defenderá el pueblo esas tierras?, se le planteó.

“El pueblo está unido, apoya al consejo comunitario, participa en nuestras asambleas, todos están indignados por lo que está pasando”, dijo.

“Hay gente, como en todos lugares, que es partícipe del despojo o de la venta de esos terrenos, pero la mayoría quiere que se proteja la selva, quiere que se proteja al jaguar, al venado, al pavo de monte, al tepezcuintle, a infinidad de especies que hay”.

“Esa zona también como está pegada a Celestún, es zona anegable, es una zona baja, el agua está a dos, tres metros abajo de esa tierra. Es otra de las cosas que están visionando las inmobiliarias: estamos en el anillo de los cenotes, hay cenotes, hay aguadas, hay ojos de agua”.

“Ellos ambicionan también el agua de nuestro territorio no solamente para el producto inmobiliario, sino también para industrias que vendrán aparejadas con todo ese desarrollo”.

“Un crimen, un ecocidio…”

“Esta devastación de la selva es un crimen, es un ecocidio, por ello estamos muy indignados y como comunidad junto con otras como Celestún, Ixil, Texán, Yaxkukul, Sisal, estamos totalmente en contra del despojo y robo de tierras”, reiteró.

Desde hace un par de años empezaron a notar el desmonte, la división del territorio y de gente extraña que incursiona en la selva, incluso ya tuvieron enfrentamientos y constantemente llegan abogados para amenazarlos y tratar de sacarlos de esas tierras, dijo.

Situación similar relató Maximiliano Cetz Pech, ejidatario de Ixil, porque dos especuladores de tierras quieren apropiarse de 5,300 hectáreas de tierras ejidales.

Aunque lo tienen registrado como “propiedad privada” y cuentan con la fuerza pública del Estado y del Tribunal Agrario, los ejidatarios y el pueblo defenderán esas tierras.— Joaquín Chan Caamal

Respeto a los derechos

“No estamos en contra del desarrollo inmobiliario, es un detonante de la economía, pero que no se haga así: sin planeación, con despojo, con ecocidio, pasando sobre nuestros derechos”, señaló Federico May Pisté, integrante del Consejo Comunitario de Kinchil.

Negocio

“Nadie en nuestra comunidad sabe exactamente qué está pasando allá y somos los dueños. Todo esto va aparejado junto con el proyecto de Sisal porque quieren hacer una Riviera Maya. Como estamos cerca, (unas inmobiliarias) pues también quieren jalarse esta parte de Kinchil, es un negociazo para unos cuantos sinvergüenzas”.

Joaquín Orlando Chan Caamal, reportero de la Agencia Informativa Megamedia (AIM); es periodista desde 1987 y en 1993 ingresó a Diario de Yucatán, buque insignia de Grupo Megamedia. Escribe sobre el ámbito local y peninsular, especialmente contenidos sobre educación, economía, medio ambiente, sectores empresariales, sociedad y seguridad.