Uno de los paraderos de unidades del sistema Va y Ven en el Centro
Uno de los paraderos de unidades del sistema Va y Ven en el Centro

El titular de la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY), Jacinto Sosa Novelo, describe al sistema Va y Ven como un enfermo en terapia intensiva que amerita urgente intervención quirúrgica para evitar su colapso.

En amplia entrevista, dice que este sistema de transporte fue “vendido” por el gobierno anterior con una “apantalladora” imagen de modernización y por eso mucha gente lo “compró”, pero en realidad nació sin el soporte de un estudio técnico actualizado y con un alto nivel de improvisación.

Esto, añade, generó un sistema que no es ni socialmente rentable ni financieramente sostenible.

También subraya que la operación del sistema le cuesta al Estado 206 millones de pesos al mes, que al cierre del año harán un total cercano a los $2,500 millones.

A ese ritmo, si nada se hace para corregir la situación, de aquí a 2030 se requerirán más de $11,000 millones de subsidio estatal, porque la ATY solo recauda 75 millones mensuales, advierte.

Sosa Novelo revela que solo el 70 por ciento de la ciudad está cubierta por el Va y Ven, con rutas que atienden 13 empresas concesionarias. Hay 835 autobuses en circulación, de los cuales 537 fueron puestos en servicio en el segundo semestre de 2024, cuando faltaban unos meses al gobierno anterior.

El funcionario añade que en el tema de la crisis del sistema no hay fobias ni visos políticos y lo que se busca es corregir los problemas, para lo cual se formarán ocho mesas de trabajo con las partes involucradas.

¿Proyecto económico?

No obstante, considera que hay elementos para pensar que las autoridades anteriores pudieron actuar con premeditación, pues seguramente conocían datos y cifras que apuntaban a una situación financiera insostenible.

“Ya vemos que el proyecto no era de movilidad, sino económico”, apunta.

Más adelante recalca que al haberse diseñado un esquema de pago a los concesionarios por kilómetro recorrido genera una sobreoferta cara e ineficiente, pues se garantiza el ingreso al permisionario aunque haya rutas sin pasajeros.

En cuanto a las medidas para enmendar la situación, insiste en que se tomarán en las mesas de trabajo, pero adelanta que una reestructuración tendría que pasar por rutas más eficientes y la sustitución de grandes autobuses por unidades pequeñas en los recorridos donde la demanda sea baja.

Causas del problema

A continuación, las partes medulares de la entrevista con el titular de la ATY:

  • ¿Qué es lo que nos vendió el gobierno anterior, y que caló mucho entre la gente? Desde luego, mejores unidades. Teníamos camiones de 18 años de antigüedad y traer unidades modernas fue apantallador, pero un sistema de transporte es mucho más que eso.
  • Hay tres causas principales de la crisis del subsistema Va y Ven. La primera es que iniciaron un sistema de esta magnitud sin un estudio técnico actualizado de origen y destino. Eso es fundamental. Utilizaron uno que se hizo en 2013.
  • Cuando se hace un modelo de esta dimensión se tiene que empezar con estudios técnicos, es decir, cuánta gente se mueve en transporte público, a dónde va, de qué puntos viene…
  • Esto es importante porque me va a dar dos datos relevantes: la forma en que debo estructurar la malla de servicios, que es el conjunto de rutas, y la cantidad y características de vehículos que debo tener para cubrir esas rutas.
  • Si hay rutas de diez pasajeros, entonces debo tener vehículos para diez pasajeros y no para 70. Ése es uno de los desastres del subistema Va y Ven.
  • Pasó algo muy relevante: no se identificó que después de la pandemia (de Covid) la movilidad se fragmentó, se pulverizó. Y no solo en Mérida, sino en cualquier ciudad del mundo, No arrancas un sistema de movilidad después de la pandemia sin haber conocido estos datos.
  • La segunda causa es que, al no haber estudios técnicos, se tomaron decisiones de manera improvisada, ocurrencias. Incluso en infraestructura. La Avenida Internacional, por ejemplo. La calle 39 también… Ve las estaciones vacías.

Un “pecado mortal”

  • Siguiendo esta línea de desaciertos, se incorporaron camiones en demasía, y todos del mismo tamaño. Independientemente de las características, de demanda de aforo, esto es un pecado mortal para un sistema de transporte, porque no todas las rutas son iguales y no todas demandan el mismo nivel de ocupación. Eso lo puedes advertir cuando se hace un estudio técnico.
  • La tercera causa: en medio de las ocurrencias no se identificaron las fuentes de soporte financiero y presupuestal. Cuando haces un programa así tienes que ubicar de dónde vas a sacar dinero.
  • Aquí se supone que ya sabían cuánto iba a costar el modelo. Se sabía con cuántas unidades se empezaba, cuántas habría en 2021 y cuántas iban a aumentar en 2022. Ya sabían que cada camión iba a costar de 31 pesos a 34 pesos por kilómetro recorrido.
  • ¿Qué hicieron? Pues ahí te van las rutas —las rutas viejas de siempre—, ahí te van los camiones y ve cómo los pagas. Cuando tienes 20 unidades (en circulación) quizá te mueres de la risa con el pago, pero solo el año pasado metieron 537 autobuses y todos en el segundo semestre.
  • A ellos ya no les tocó asumir el costo. Y además de eso nos dejaron una deuda de 400 millones de pesos, de compromisos por cumplir.
  • Actualmente hay 105 rutas del Va y Ven. Contra la percepción que se tiene, se cubre solo el 70 por ciento de la ciudad. El 30% que nos falta es del sur y el oriente de la ciudad (Continuará).