Me levanto a las 5:30 de la mañana para iniciar un trayecto que implica abordar tres autobuses del Va y Ven Yucatán rumbo a mi cita médica en el IMSS. Me corresponde la unidad médica familiar 61, en Los Héroes, en Mérida, Yucatán.
Por inercia reviso el teléfono: en Instagram aparece un anuncio de la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY).
Justo hacia donde me dirijo, este lunes se resentirá una nueva crisis, como parte del complicado panorama financiero que enfrenta el Va y Ven Yucatán: en seis rutas habilitarán camiones y taxis como “apoyo” ante la ausencia de unidades del moderno transporte público Va y Ven, retiradas por falta de pago a los concesionarios.
Esto no es nuevo, hace cuatro días también incorporaron taxis a la ruta Circuito Metropolitano para brindar el servicio, debido a una merma en las unidades.
Cobrarán en efectivo y no los ocho pesos habituales. Un golpe a los usuarios. Esto es: el renacimiento del transporte público en Yucatán, son los camiones viejos a 10 pesos el pasaje.

Recuerdo que la semana pasada sucedió con el Metropolitano y que la ruta de Cholul ya empezó a recortar corridas por las noches.
Ahora es la ruta que me lleva a recoger un medicamento. Y entiendo que cualquier día, a cualquier persona, tocará a otra ruta: un deterioro lento, sistemático e inocultable del transporte en Mérida.
El problema inmediato del transporte público en Mérida
Es fin de quincena. Para garantizar mis pasajes cargué lo que tenía a mi tarjeta de viajes. No tengo efectivo ni saldo en la nómina. Como yo, miles de trabajadores están en la misma situación.
Pero eso no parece importar a los funcionarios, siempre listos para improvisar parches en lugar de soluciones.
¿Qué hacer a las 7:00 de la mañana? Retiro $100 con la tarjeta de crédito, con comisión incluida. Más gasto.
Recuerdo también lo que implica volver a tratar con los camioneros de siempre: gran parte de ellos groseros y peleados con la amabilidad. Decido no arriesgarme, por eso busco una tienda de conveniencia. Compro algo para tener monedas. Otro costo inesperado.
Un viaje al pasado
A las 7:45 logro abordar el primer camión de la ruta 55. El servicio es normal. Me bajo cerca del periférico y tomo la ruta 10002 Circuito Periférico Interior del Va y Ven. Pago como corresponde: $12 el primero, $6 el segundo. Si tengo suerte, el tercero será gratis.
Espero en el paradero de la ruta 44, a la altura de Los Héroes. Ahí está lo anunciado: un camión viejo, desvencijado, con el letrero escrito en el parabrisas, no hay otra opción.
Subo en ese viaje al pasado. Entrego un billete de 20 pesos y me devuelven dos monedas de 5. El chofer es amigable. Sólo dos personas viajan. Otros pasajeros que estaban en espera no quisieron subirse. Solo ellos saben. No están enterados o deciden esperar. Pero yo no puedo. Mi cita es a las 9:15. Tengo que viajar.

Es un reencuentro con el ruidero del motor, de las ventanas desajustadas, de las partes desprendidas o colgantes. Es la constatación de la degradación de la manera en que se viaja. El transporte público en lugar de avanzar, camina en reversa.
El camión desvencijado avanza con su aureola de pasado. Al avanzar sobre la calle 156, a altura de la 117, de Los Héroes, el chofer observa que hay un pasajero en espera, en la parada. Se detiene.
Un joven con mochila al hombro sube. Pregunta si puede pagar con su tarjeta amarilla porque no tiene efectivo. La respuesta es negativa. Se baja. ¿Qué hará? ¿Esperará? ¿Sabe lo que ocurre?
“Ya no habrá Va y ven”
A las 8:55 llego al IMSS 61. El otro pasajero que viajaba también se baja. Les dice a los 5 pasajeros que esperan “¡Ya no habrá Va y ven!; súbanse si quieren ir al centro”.
Empiezan a subir. Ya no volteo a ver si todos lo hacen, porque me interesa llegar ya a las instalaciones.
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Camiones viejos… ese es el renacimiento del transporte en Yucatán
Mi visita es rápida, porque sólo debo recoger una receta para la farmacia y que me la suministren. A las 9:35 estoy de salida. A ver con qué me encuentro para mi retorno.
Busco el paradero. Han empezado a arreglar la calle. Un carril está bloqueado. Espero, bajo el intenso sol matutino. Aunque hay una estructura formal, el ángulo no proporciona sombra.
Para mi sorpresa, aparece un autobús del Va y Ven. Se detiene en la esquina por la obstrucción. Bajan los pasajeros.
Nada de esos “inspectores” que anunciaron estarían en algunas paradas, entre ellas la del IMSS Los héroes para “coordinar la operación y orientar a los usuarios”. No los vi ni cuando llegue, ni ahora que voy de regreso.
Llegan otras personas. Le hacen señas al camión y corren hacia la esquina para alcanzarlo.

Lo abordo. Regreso al 2025: unidad híbrida, aire acondicionado, pago con tarjeta. Por el tiempo transcurrido, alcanzo el tercer y cuarto viaje sin costo para mi regreso. Esos son los contrastes.
Incertidumbre por crisis en el Va y Ven Yucatán
Hoy, lo único seguro es la incertidumbre. Nadie sabe qué pasará más tarde o mañana, cuando de nuevo use el transporte público para presentarme a mi jornada laboral vespertina.
Un día una ruta afectada, otro otra. Así es el sistema de transporte público del Va y Ven en Yucatán, hoy, en Mérida.
Voces ciudadanas: “¿Cuál operativo? ¡Es un paro!”
Reviso las redes sociales. Leo la lluvia de mensajes en la página de Facebook de la ATY. La indignación está desbordada:
La dependencia anunció anoche lo que pasaría hoy como un “Operativo de Transporte Garantizado”, pero las personas observan que en realidad se trata de “un paro (del transporte público) por falto de pago”
Malenny Magaña: “¿Cuál operativo de transporte? ¡Es un paro por falta de pago! Es ilógico que no le puedan pagar a los concesionarios, pero sí recurren a los colectivos para cubrir la ruta. ¿Cuál es la verdadera razón?”
Max Pérez: “Y qué hago con el dinero que ya había cargado a mi tarjeta!? Dios mio, que administración más incompetente”.
Erika Diablx: “Todas las semanas metiéndole un montón de dinero a mi tarjeta para que desde hoy no la puedas usar, con $200 pesos atorados, y resulta que tengo que pagar en efectivo ahora por ir en un taxi que seguro irá lleno al centro. Tengo que llegar a trabajar para comer, muchas gracias ATY, se ve que te encanta buscar ‘alternativas’. Dejen de quedar mal y hagan su trabajo”.
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Crisis de gestión del transporte golpea directamente al usuario
La crisis de gestión del transporte, golpea directamente al usuario, quien debería ser el centro de todo servicio público.

Ricardo Villanueva: “¿Y esto se le ocurrió a uno solo? ¿O lo idearon entre todos juntos?”.
Daniel Ceballos: “¿Por qué hace 1 año hicieron que todos cambiáramos de las tarjetas azules a las verdes para que ahora se tenga que pagar en efectivo? ¿Por qué preferir pagar a unos concesionarios que dan un servicio obsoleto?”.
Raul Balam Puc: “Pésima administración, como perjudican al Usuario”.
En un mensaje de X que emitió esta tarde, la ATY, que dirige Jacinto Sosa Novelo, ya le llama “Operativo Emergente de Transporte” y admite “los problemas financieros que enfrenta el Sistema de Transporte”.
🚍 Operativo Emergente de Transporte
— Agencia de Transporte de Yucatán (@Agencia_ATY) September 29, 2025
La Agencia de Transporte de Yucatán trabaja fuertemente para que todas y todos los usuarios lleguen a su destino, incluso ante los problemas financieros que enfrenta el Sistema de Transporte #VaYVen. pic.twitter.com/He4iEXLHuZ
Ante la crisis financiera grave del Va y Ven Yucatán Jacinto Novelo Sosa, anunció el pasado 22 de septiembre, que se encuentran en proceso de transición del esquema de “kilómetro garantizado” al de “kilómetro recorrido”, con el objetivo de reducir costos y dar mayor viabilidad económica al sistema de transporte.
Previamente, los concesionarios del transporte público de Mérida plantearon un bono de movilidad a los trabajadores que utilicen el servicio.
Sin embargo, este lunes 29 de septiembre, se difundió con amplitud que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Yucatán, presidido por Claudia González Góngora, rechazó la propuesta, ya que es “obligación” de autoridades resolver la situación financiera.
Así está el transporte público en Yucatán. Así, la autoridad. Así, los ciudadanos.
