CIUDAD DE MÉXICO.- Gilda Margarita Austin y Solís, madre del exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) Emilio Lozoya, conserva protección contra su arresto.
En cuanto la mujer llegue a México, deberá comparecer ante un juez de amparo sin que la Fiscalía General de la República (FGR) pueda detenerla.
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Suspensión definitiva
El juez Primero de Distrito de Amparo en materia Penal declaró infundado un incidente con el que la FGR pretendía dejar sin protección a la mamá del exfuncionario contra la orden de aprehensión emitida en el Reclusorio Norte, por el caso Odebrecht.
La medida que protege a Gilda Austin y Solís de ser detenida hasta que esté en posibilidad de regresar al país es una suspensión definitiva concedida por el juez Primero de Distrito.
“La resolución interlocutoria de 31 julio del año en curso continúa surtiendo sus efectos legales y con los requisitos de efectividad establecidos en la misma”, resolvió.
Esto, al declarar infundada la petición de la FGR para dejar sin efectos la suspensión.
Lavado de dinero
El 24 de julio pasado, agentes de la Policía de Alemania adscritos a Interpol detuvieron a la madre de Lozoya cuando vacacionaba en la isla de Juist.
Dicha captura fue en cumplimiento a la orden emitida por un juez de control del Reclusorio Norte por lavado de dinero y asociación delictuosa.
La FGR indicó que solicitará su extradición, por lo que la suspensión definitiva implica que, una vez que llegue a México, la mujer deberá ponerse a disposición del juzgado de amparo sin que la Fiscalía pueda detenerla.
El organismo federal señala a la mamá de Emilio Lozoya porque el 22 de noviembre de 2012 recibió de la empresa Tochos Holdings Limited, ligada a su familia, 185 mil dólares en una cuenta de BBVA Bancomer.
El único beneficiario de esa cuenta es el exdirector de Pemex.
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Este dinero, según la FGR, lo utilizó Marielle Helene Eckes, esposa de Lozoya, para comprar una residencia en Ixtapa, Guerrero, en un millón 900 mil dólares.
La FGR presume que ese dinero forma parte de los 10.5 millones de dólares que la constructora brasileña Odebrecht.
Supuestamente la firma entregó ese monto a Emilio Lozoya como “pago” a cambio de contratos con Pemex.
