CHETUMAL.- Un caso que ha conmocionado a la ciudadanía avanza con nuevas medidas judiciales. Recientemente, un juez otorgó prisión domiciliaria a Briseidy N., una de las personas implicadas en el presunto crematorio fraudulento de mascotas en Chetumal, Quintana Roo.
Esta resolución surge mientras continúa una investigación que incluye múltiples denuncias por fraude y delitos ambientales, tras el hallazgo de decenas de cadáveres de animales en predios baldíos.
Además, el caso ha generado una profunda indignación entre ciudadanos afectados y defensores de los derechos de los animales, ya que los servicios del presunto crematorio incumplieron lo pactado y representaron una grave violación a las normas sanitarias y de bienestar animal.
Detalles del presunto fraude
De acuerdo con las autoridades, el establecimiento identificado como Casa Xibalbá ofrecía servicios de cremación de mascotas, urnas biodegradables, certificados y la entrega de cenizas.
No obstante, las investigaciones revelaron prácticas irregulares: los hornos de cremación no operaban correctamente y, en lugar de incinerar los cuerpos de los animales, estos eran colocados en bolsas de plástico y abandonados en lotes baldíos. Mientras tanto, a los dueños se les entregaban urnas rellenas de tierra.
TE PUEDE INTERESAR: Ante el Día de la Virgen de Guadalupe, la Iglesia llama a la unidad en México
Hasta ahora se han localizado al menos 150 cadáveres de mascotas en predios cercanos al negocio, muchos reconocidos por sus dueños.
Además, existen más de 200 denuncias de personas que contrataron el servicio y que señalan un agravio directo a su confianza.
Los implicados, entre ellos Briseidy N. y Guillermo Alejandro N., señalado como propietario, enfrentan acusaciones por fraude, maltrato animal, delito ambiental y usurpación de funciones.
Prisión domiciliaria para Briseidy N.
La determinación del juez de otorgar prisión domiciliaria a Briseidy N. representa un nuevo capítulo en el proceso.
Aunque las investigaciones continúan, esta modificación en la medida cautelar causó inconformidad entre la sociedad, sobre todo por la magnitud del daño emocional causado a las familias que confiaron a este negocio el descanso digno de sus mascotas.
Derivado del escándalo, las denuncias no sólo abarcan el fraude económico, sino también el maltrato animal y la violación de normas ambientales y sanitarias.
Por ello, organizaciones civiles y ciudadanos piden sanciones ejemplares, así como un reforzamiento de la regulación para los servicios funerarios de mascotas.
Asimismo, muchas víctimas exigen auditorías estrictas y supervisión continua para garantizar que cualquier crematorio cuente con permisos vigentes, procesos transparentes y la entrega real de cenizas cuando se ofrece ese servicio.